Por Andreu Missé
El diario.es, 16/02/2015.
Hervé Falciani lleva varios años
comprometido en una guerra particular contra uno de los bancos más antiguos y
poderosos del mundo, el The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC),
en el que estuvo trabajando más de siete años. Su objetivo ha sido poner al
descubierto el papel del banco en las operaciones de evasión de impuestos de
las grandes empresas a través de los paraísos fiscales. Poco a poco ha ido
cerrando el círculo de sus indagaciones y ahora concentra sus energías en
lograr una nueva ley que proteja a los “whistleblower”, las personas que hacen
sonar la alarma o denuncian las ilegalidades que se han producido en un banco,
una empresa o la Administración pública.
La entrevista fue realizada en
París por el director de Alternativas Económicas, Andreu Missé, para
el número de enero de la revista, pocas semanas antes de que una investigación
periodística internacional sobre los datos de la llamada Lista Falciani haya
sacado a la luz la implicación de empresarios como el fallecido banquero Emilio
Botín, deportistas como Fernando Alonso, dirigentes como el rey de Marruecos
Mohamed VI o cantantes como Tina Turner.
Usted tiene un
conocimiento muy directo de cómo funcionan los bancos en los paraísos fiscales.
La reciente investigación realizada por Gabriel Zucman estima que el patrimonio
financiero de los paraísos fiscales es de unos 5.800 millones de euros, que
representa el 8% del patrimonio financiero mundial de las familias. ¿Encajan
estas cifras con sus indagaciones?
Estas cifras indican lo mínimo de
lo que realmente se evade. Están basadas en los datos oficiales de los propios
bancos. Pero estas cifras no tienen en cuenta, por ejemplo, ni los diamantes,
ni los bonos al portador, que son mucho más difíciles de controlar.
¿Existe una estimación de
esta parte no declarada de dinero opaco que se mueve en el mundo de los
paraísos fiscales?
Creo que puede ser un tercio de lo
declarado. Una buena referencia es ver lo que ocurre en los puertos francos,
donde entre un tercio y la mitad de lo que allí se mueve es economía opaca.
Usted localizó 130.000
cuentas cifradas en el banco HSBC. Pero este banco es sólo uno de los diez mayores
que operan en Suiza. ¿Se puede tener una idea del volumen de dinero opaco que
hay en el mundo?
En Suiza hay unos 500 bancos
privados, y los diez más importantes tienen el 50% de los fondos. El dinero de
las cuentas secretas en los centros offshore (paraísos fiscales)
representa más del 60% de la deuda externa mundial (unos 76.000 millones de
dólares en 2012). Estos son datos públicos. Hace dos años se hablaba del 40%,
pero ahora ya estamos en el 60%.
Usted estima que de
España salen todos los años unos 40.000 millones de euros hacia los paraísos
fiscales para evitar el pago de impuestos.
Sí, lo hemos calculado con
técnicos de la Agencia Tributaria. En Francia son unos 60.000 millones y en
toda Europa la cantidad oscila entre 100.000 y 300.000 millones de euros.
¿Quién protege a los
paraísos fiscales en Europa?
Quienes los utilizan. Las
empresas y los bancos, por supuesto. Un paraíso fiscal no es un país que existe
como tal. Son los bancos y las empresas que se ponen de acuerdo con los
políticos para crear paraísos fiscales en determinados Estados. El propósito es
facilitar el modo de no pagar impuestos.
Estos Estados protegen la
evasión y persiguen a quienes la denuncian, ¿no es así?
Hay que ver lo que está pasando
con algunas empresas. En el caso del HSBC, en Suiza me han perseguido porque he
denunciado los hechos sin investigar al banco. Ahora en Luxemburgo van a
perseguir a la persona de Price Waterhouse Coopers que ha denunciado la evasión
fiscal de grandes empresas conocida como LuxLeaks. La justicia suiza no va a
mirar qué está pasando, y la justicia francesa, en lugar de investigar lo que
ha ocurrido, me va a investigar por espionaje económico. La justicia está sólo
al servicio de los bancos y las empresas.
¿Es posible acabar con
los paraísos fiscales?
Sí, por supuesto. Ante todo, lo
que se necesita es educar a la gente. El funcionamiento de los paraísos
fiscales es muy sencillo. Lo que se necesita es educación de los ciudadanos y
una ley que proteja a los denunciadores, a las personas que descubren las
irregularidades. Si alguien que va a efectuar una estafa sabe que puede ser
denunciado, lo tiene mucho más difícil. El problema no es obtener la
información, lo que hace falta es la protección de los informantes. Los jueces
muchas veces no pueden utilizar información porque no les es posible proteger a
las personas que la facilitarían.
¿Cómo funcionaría una ley
de protección de los informantes en un país europeo?
Si mañana hubiera una ley en
España que protegiera a los informantes, se podría obtener información sensible
de bancos de otros países europeos. Entonces los denunciantes podrían ir a
España si estuvieran protegidos. Incluso, si lo necesitan, se les podría
cambiar el nombre y darles dinero.
¿Piensa en una
compensación para los denunciantes?
Podría ser, por ejemplo, un
porcentaje de todo lo que se va a recaudar. Sería el fuego contra el fuego. Si
existiera una ley así, se acabaría con el 99% de los casos.
¿Qué otros medios puede
haber para acabar con esta situación?
Para los bancos cada día es más
importante la reputación. Cuando la pierden no saben cómo recuperarla.
Sí, aquí hemos visto el
desprestigio que han tenido con los desahucios y las preferentes.
Echar a la gente de sus casas es
lo peor de todo porque es una cosa que puede ver todo el mundo. La opinión
pública está cambiando mucho su opinión sobre los bancos. Un ejemplo es lo que
está ocurriendo en Suiza. Hasta hace poco era un país conocido como un lugar de
ricos con chocolates y relojes. Pero esto está cambiando y hoy hay miedo de que
mañana pueda existir una ley que proteja a los denunciadores. Porque ellos
saben que la reputación es lo único que necesitan para continuar haciendo lo
que quieren hacer.
¿Qué información ofreció
al Gobierno español junto a las listas de evasores?
Le di la información de todo lo
que se necesitaba para llevar a cabo una auditoría interna. Lo hice para que
una justicia independiente lo pueda desarrollar. No es sólo una lista de
nombres.
¿La información la dio
primero al Gobierno francés y éste la envió después a España?
No. El Gobierno francés empezó
dando sólo una pequeña parte en la que había la lista de los españoles que
tenían di-nero en el banco HSBC. Le di al fiscal anticorrupción todo lo que
necesitaba para sus investigaciones. Una pequeña parte fue dada a España en
2010. En 2012 y 2013 se dio la última parte. Ahora las autoridades están
investigando todo lo que se entregó.
Desde que empezó con sus
acciones han aparecido muchas nuevas denuncias y actuaciones. ¿Cómo está
organizada la lucha contra la evasión fiscal?
La información está en varios
paquetes en la nube. Uno es el de HSBC en Jersey. Otro paquete fue el de HSBC
de Ginebra, que lo sacó otra persona del ICIG (Consorcio Internacional de
Periodistas de Investigación). Otros son los de LuxLeaks y Offshore Leaks.
Tenemos un montón de paquetes. Quienes gestionan esto forman una comunidad muy
amplia. Esta información que existe en la nube es nutrida por todas las
personas que luchan contra los paraísos y la corrupción y a la vez comparten
toda esta información. Es una nube de lucha. Es como un banco de datos
ciudadano. Es un archivo de hechos, una idea parecida a la del The World
factbook de la CIA.
¿En qué se diferencia su
actividad de la de WikiLeaks?
WikiLeaks sólo difunde
información a través de la prensa. Nosotros queremos obtener información que
sea útil para la investigación que están realizando los jueces, las agencias
tributarias, los ciudadanos y los políticos.
¿Tiene una idea de cuánto
ha podido recuperar la Hacienda española con su trabajo?
Hay que hacer una precisión. No
es sólo las personas de las listas, sino todas las conexiones que se descubren.
Cuando conoces a una persona a través de una lista, también conoces sus
conexiones por medio de una transacción, de una llamada de teléfono móvil o de
una dirección, porque todo esto se halla en la base de datos. Cuando la Agencia
Tributaria cita a alguien de la lista y le advierte de que si no comparece
llamará a la policía, en el 90% de los casos el afectado llega con
documentación.
¿Es lo que hicieron con
Botín?
Con Emilio Botín ya habían llegado
a un acuerdo.
¿Los acuerdos
proporcionan mucha información?
La información tiene un efecto
multiplicador. Hemos hablado de 130.000 personas que corresponden a 400.000
cuentas y a 1,6 millones de transacciones. ¿Qué significa esto? Son
transacciones que revelan mucho más. Se pueden saber las conexiones con otras
bancas, con otras personas. Se puede saber con qué bancos están trabajando, con
qué otros países están trabajando.
¿Cómo se están
desarrollando sus trabajos sobre la elaboración de un mapa de bancos y
transacciones?
Es una cosa que está empezando.
En Francia, por ejemplo, está el Tracfin (Tratamiento de la Información y
Acción contra los circuitos financieros clandestinos), dependiente del
Ministerio de Finanzas. Cada vez que hay una transacción y aparece una palabra
o algo extraño, Tracfin hace un chequeo de todas operaciones y toma nota de las
rarezas. Esto se podría generalizar y permitiría elaborar un mapa de todas las
transacciones y analizarlo como hacen las empresas con big data (acumulación
masiva de datos).
¿Es difícil la evasión
fiscal a través de los paraísos fiscales?
Es muy fácil. Creas una empresa
fuera y te vendes un servicio a ti mismo. Muchas de estas operaciones se hacen
a través de Marruecos o Túnez. En estos países se crean sociedades fantasmas a
través de las cuales se venden y se pagan servicios que no han existido.
¿Parece ser que son los
bancos implicados en la evasión fiscal los que buscan a empresas para
proponerles estos servicios?
Sí, porque la evasión fiscal en
sí es legal. Es la razón por la que los gobiernos son impotentes ante los
bancos. Lo llaman “optimización fiscal”. El ejemplo más claro es LuxLeaks.
Ofrecen el servicio de no pagar impuestos en tu país, y esto es legal hoy.
Usted es un profesional
de la informática y un día, en 2008, descubrió que el banco HSBC tiene un
sistema de evasión fiscal.
No es exactamente así. Es que he
nacido en el ambiente bancario de un paraíso fiscal como Montecarlo, Mónaco.
Desde joven me encontré con otras personas como yo, que estaban muy frustradas,
que sentían mucho dolor por todo lo que sabían y no poder hacer nada. Esto es
algo que crece contigo. Sólo me faltaba la posibilidad de actuar. Cuando
encontré el modo de agrupar toda la información necesaria, fue cuando empecé a
actuar públicamente.
¿Qué opinión le merecen
los bancos?
Los bancos son los señores
feudales de hoy día. Son un poder sin contrapoder, sin oposición. Se sostienen
por la falta de educación de la gente.
¿Qué le mueve a correr
estos peligros que le han llevado a la cárcel?
Reconozco que no es nada lógico.
Lo digo sinceramente. Pero cualquier persona normal que viera lo que está
ocurriendo hubiera podido actuar igual. Yo ya había compartido esos
sentimientos con mis padres, que me decían “mira qué mierda de mundo”. Pero
entonces no tenían recursos para cambiar las cosas como ahora con Internet y la
nube. Hoy tenemos alternativas que no existían hace veinte o treinta años.
¿Alguna institución
pública o privada le ha ofrecido dinero?
Jamás. Lo que me ha permitido
seguir adelante han sido los amigos, la familia, y el trabajo, por supuesto.
¿Ahora de qué vive?
De mi trabajo. He trabajado
varios años en distintas investigaciones. Ahora he terminado una última misión
para el Estado francés en la lucha contra el fraude del IVA, que ha durado un
año como experto en sistemas de análisis y datos. Antes había trabajado al
servicio de la Agencia Tributaria.
¿Y le pagaba el Gobierno
francés?
Me pagaba un instituto de
investigación que es dependiente de la Direction Générale des Finances
Publiques. Con anterioridad había trabajado sobre proyectos europeos de
investigación acerca de inteligencia artificial.
¿Qué piensa hacer ahora?
Cambiar de vida. He hecho todo lo
que podía hacer. Tengo planes para los próximos seis meses con la finalidad de
ayudar a otros países; por ejemplo, Argentina, India, Alemania y Estados
Unidos. Pero después de este tiempo probablemente lo que haga sea cambiarme de
nombre para emprender otra vida y continuar de un modo más discreto. Así estaré
a la espera de que advierta un modo de luchar más eficaz.
Hace cuarenta años, la
principal actividad de Luxemburgo era la siderurgia. ¿Por qué este país se ha
convertido en un paraíso fiscal?
Luxemburgo es un caso típico de
lo que está ocurriendo con los paraísos fiscales. Sólo hay que ver el ejemplo
de Jean-Claude Juncker. ¿Por qué Luxemburgo es un paraíso fiscal? Porque las
empresas y los bancos han encontrado políticos con los cuales pueden trabajar,
con lo que pueden hacer las operaciones que más les convienen.
Parece como si el negocio
de Luxemburgo fuera vender su soberanía. Ofrece su Estado a las empresas y a
los bancos que quieren eludir el pago de impuestos. En los últimos treinta años
han cambiado la producción de acero por las finanzas. ¿Cómo se ha producido
este cambio?
En realidad, en Luxemburgo hacen
lo mismo que en Somalia. En Somalia, cuando no han podido más con la guerra
civil se han convertido en piratas. Es lo mismo. En Luxemburgo hacen como los
piratas. Han encontrado otra fuente de ingresos. Por otra parte, ofrecer no
pagar impuestos es legal aunque no sea moral. Si se hicieran públicas sus
actividades financieras, tendrían que buscar otra manera de actuar porque se
negocio se ampara en el secreto.
¿QUIÉN ES?
Hervé Falciani (Mónaco, 1972) es
conocido por su contribución a la lucha contra la evasión fiscal. Ingeniero de
sistemas, aportó información que permitió la localización de 130.000 cuentas de
supuestos evasores fiscales del HSBC, en cuya filial suiza trabajó siete años.
Las investigaciones de estos hechos permitieron a EE UU multar al banco con
2.000 millones de dólares. Francia y España han recuperado ciertas sumas de
dinero no declarado. Falciani estuvo preso cinco meses en España por sus
actividades. Ha colaborado con el partido X.
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