jueves, 26 de febrero de 2015

¿Una máquina para aplastar banqueros? Bienvenido al hogar de las tragaperras delirantes


Por Cristina Sánchez
El diario.es, 24/02/2015. (Extracto).

Tim Hunkin, dibujante y presentador del programa de finales de los 80 'La vida secreta de las máquinas', lleva cuarenta años fabricando de forma artesanal máquinas con un humor irreverente. Trabajar en un reactor nuclear, blanquear capitales, aplastar banqueros o disparar a obras de arte son algunas de las divertidas locuras que ofrecen a cambio de unas monedas. Ahora tienen un nuevo hogar en Londres: 'Novelty Automation', una sala de recreativos inútiles que acaba de abrir sus puertas.

Algunos tienen un don especial para el manejo de cables, herramientas, matemáticas o planos, y acaban siendo ingenieros. Otros nacen con una inusual habilidad para manipular lápices y plasmar el humor en ilustraciones, y se hacen dibujantes. El inventor británico Tim Hunkin reúne todas esas cualidades, y las ha combinado de distintas formas a lo largo de su dilatada carrera.

En los años 70, publicó más de 7.000 dibujos en el diario 'The Observer' explicando el mundo de una cómica forma. Años después, dirigió 'La vida secreta de las máquinas', un programa de televisión en Channel 4 que mostraba a los británicos cómo funcionaban las máquinas de su vida diaria, desde la aspiradora hasta el televisor. También ha desarrollado proyectos tan variopintos como gigantescos y originales relojes para fachadas (el último para el museo Exploratorium de San Francisco), automatismos para exposiciones e incluso puertas automáticas para las jaulas de los tigres en el zoo de Londres.

Sin embargo, la creaciones de las que más se enorgullece este ingeniero ya sexagenario son las que ha fabricado íntegramente con sus propias manos, en las que ha plasmado su sentido del humor de una forma inusual: las tragaperras extravagantes. "Solía pasar la mitad del año trabajando en otros encargos, pero hace un par de años me di cuenta de que nunca serían tan satisfactorios como las máquinas recreativas. La gente se siente mucho más implicada que cuando ve un reloj público o cualquier otra cosa que he hecho", cuenta Hunkin a HojaDeRouter.com.

Sus automatismos son muy especiales. Los jugadores golpean a los banqueros que emergen con ayuda de un instrumento de inversión (un martillo), creando a juicio de Hunkin una experiencia bancaria real, en la que al final el banquero siempre acaba ganando; blanquean capitales (las monedas de la máquina) huyendo de los reguladores financieros con un brazo magnético que sobrevuela Londres; e incluso operan un reactor nuclear, teniendo cuidado con el manejo del uranio para no destruir el mundo y obtener un caramelo final, o para ser más precisos, un residuo nuclear comestible.

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