domingo, 17 de abril de 2016

El Ejecutivo de Renzi agilizará los desahucios para ayudar a la banca



Por Giovanni Vegezzi
El Economista.es, 18/04/2016.

Para compensar un fondo de rescate más pequeño de lo necesario hace falta agilizar la recuperación de los créditos en mora. Tras años de indecisión, el Gobierno italiano intenta dar una solución definitiva al problema de la banca. Roma acaba de presentar un fondo de 6.000 millones participado por las grandes entidades del país, por otros inversores financieros (sobre todo seguros) y también por el banco postal CDP (aunque en minoría, con una contribución de 300 millones).

El fondo denominado Atlante tendrá dos objetivos: de un lado, participará a las ampliaciones de capital de los bancos en apuros; del otro, comprará créditos dudosos, interviniendo en el más arriesgado tramo junior que no está cubierto por las garantías públicas recién introducidas por el tramo senior.

Faltan por definir los detalles, pero su eficacia dependerá de cuánto Atlante podrá gastar: participando en las ampliaciones de los dos bancos cooperativos que están a punto de salir a bolsa (Popolare di Vicenza y Veneto Banca) el fondo utilizaría 2.500 millones, con 3.500 millones para comprar créditos dudosos. La cifra parece una gota en el mar de los 360.000 millones de créditos dudosos que según los últimos datos del FMI lastran la banca italiana, 200.000 de ellos incobrables.

Sin embargo, el ministro de Economia italiano, Pier Carlo Padoan, ha asegurado que Atlante, comprando deuda en el tramo junior, librará otros recursos, generando un "efecto apalancamiento de al menos 50.000 millones".

Al mismo tiempo, el Gobierno estudia ayudar a los bancos agilizando la recuperación de los créditos. "Ahora necesitamos una intervención para reducir el tiempo que se precisa para recuperar un crédito. Se puede aumentar la transparencia de los diferentes tribunales italianos, que tiene tiempos muy diferentes", comentó Roberto Nicastro, consejero delegado de la nueva entidad, que reúne los cuatro pequeños bancos regionales rescatados a finales de 2015, durante el Forum banca y empresa, organizado la semana pasada en Milán por el diario italiano Il Sole 24 Ore.

Nicastro, además, subrayó que "mientras en países como Austria o Alemania un juicio se resuelve en 18 meses, en Italia para recuperar un crédito necesitamos más de siete años".

La norma que el Gobierno estudia aprobar en "tiempos muy breves", según ha anunciado el viceministro de Economía Enrico Morando, debería abarcar todos los créditos, incluso las hipotecas. "Los créditos dudosos son también consecuencia de una mala organización. Si, como se ha anunciado, se permitirá cobrar rápidamente los activos en garantía, el problema se resolverá. Se trata de una intervención fundamental. Necesitamos tiempos europeos, de 18-24 meses. No tiene sentido esperar durante años una sentencia en caso de impago de una hipoteca", ha explicado Giuseppe Castagna, consejero delegado de BPM, el banco que acaba de anunciar su fusión con Banco Popolare para crear la tercera entidad financiera de Italia.

"Tras la aprobación de la garantía pública sobre la cesión de créditos dudosos y la creación del fondo Atlante, este paso es determinante. Si se reduce el tiempo de recuperación de los créditos, se aumenta la eficacia del fondo", añadió durante el Forum Alessandro Rivera, directivo del Tesoro de Roma.

Los grandes bancos, en riesgo

La solución elegida por Italia (un camino obligado, ya que Roma ha decidido desentender durante años los problemas de la banca y ahora la Comisión Europea ya no permite inyecciones de dinero público) presenta alguna ventajas, entre otras, la creación de un inversor privado italiano en un mercado protagonizado por los grandes fondos norteamericanos.

Sin embargo, esconde también muchos riesgos: la agencia de rating Fitch avisó la semana pasada que los bancos grandes y medianos "impulsados por el Gobierno a participar en el nuevo fondo de rescate" podrían ver debilitada de su "solidez financiera". "Los rating podrían verse afectados si hubiera nuevas peticiones por parte del Gobierno para que estas entidades ofrezcan nuevo soporte extraordinario al sector", explica la agencia de calificación en su documento dedicado al fondo Atlante.

Los dos principales bancos del país, Intesa Sanpaolo y Unicredit, participarán al fondo con 1.000 millones cada uno, pero ya desembolsaron 900 millones cada uno a finales de 2015 para intervenir cuatro bancos locales en quiebra. Junto a ellos, han asegurado su participación otras entidades medianas como BPM, a pesar de su compromiso para fusionarse con el aparentemente menos solido Banco Popolare.

El problema es que, con las cotizaciones de la banca italiana que han perdido un tercio de su valor en lo que va de año, las ampliaciones de capital de las entidades en crisis son una inversión bastante arriesgada.

Por esto, los grandes grupos esperan una norma sobre la recuperación de los créditos que agilice su venta, beneficiando los bancos en apuros y aliviando el fardo de las entidades empujadas, a pesar suyo, por el Gobierno a participar del fondo de rescate.

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