Por Marta Luengo
(Eko-TV).
El Salmón
Contracorriente, 14/04/2016.
El panorama financiero empezaba
el año 2016 con fuertes vaivenes: el derrumbe de la bolsa china arrastraba al
resto de parqués a los números rojos. La devaluación del yuan comenzada a
finales del verano pasado pasaba factura en los países emergentes que se
apuntaban a la guerra de divisas. Por su parte el petróleo, acentuaba su caída
y el resto de materias primas seguían la misma senda. ¿Qué significan estas
Turbulencias Financieras? A ello dedicamos el último EKO.
El contexto: la financiarización de la economía
El concepto de financiarizaión de
la economía debe entenderse no solo desde una vertiente puramente cuantitativa,
es decir, como el fuerte aumento de la importancia de los mercados, los
productos y actores financieros, si no añadiendo un componente cualitativo en
el que la relación de la economía real con las finanzas es prácticamente de
subordinación, invirtiendo la relación que se suponía que debía haber.
Es a partir de la década de los
años 70 que comienza el brutal desacople entre los mercados financieros y el
resto de la economía no financiera. Por ejemplo, las transacciones de divisas
aumentaron desde los 15.000 millones de dólares en 1973 hasta los 1,26 billones
en 1995. Otro dato que muestra certeramente el creciente peso de las finanzas
es la capitalización bursátil sobre el PIB: entre 1980 y 2001 pasa del 50% al
152% en EEUU, del 8% al 103% en Francia y del 9% al 61% en Alemania [1].
La financiarización se ha
producido en todas las esferas y actores de la actividad económica. Por un
lado, las familias han visto como a pesar del estancamiento de los salarios
podían mantener un consumo estable, incluso creciente gracias al crédito. El
mecanismo de la deuda ha conseguido atrapar a la mayoría de la sociedad, pero
no lo ha hecho sin coste: la precarización y la caída en la participación de
los salarios en el PIB, factores que debilitan el poder de negociación de los
trabajadores, son la otra cara de la moneda.
Por su lado, las empresas no
financieras entran de lleno en esta lógica al imponerse el paradigma de la
maximización del valor del accionista. Cada decisión empresarial, sin
excepción, debe dirigirse a la consecución de este objetivo. Este modelo de
gestión empresarial ciego ante cualquier variable que no sea el aumento de
variables como la ROE (retorno sobre el capital) conlleva una dramática caída
de la tasa de inversión productiva, que tarda más en dar rentabilidades
menores, y una asunción de riesgos siempre crecientes.
Por su parte, los Estados se ven
subyugados ante un poderoso mercado financiero: el mercado de deuda pública,
que ha acabado determinando la políticas económicas nacionales. Sin embargo,
los Estados son también, como señalan Bibiana Medialdea y Antonio Sanabria,
impulsores del proceso de financiarización puesto que propician y facilitan su
emergencia y consolidación.
La situación actual: flexibilización monetaria y esquemas ponzi
La extensión del modelo esbozado
conforma el caldo de cultivo en el que comenzó la crisis que parece no acabar y
en la que los bancos centrales están empleando una batería de medidas que no
hacen sino agravar la inestabilidad propia de los mercados financieros.
Medidas como las casi ilimitadas
inyecciones de liquidez y la flexibilización cuantitativa solo alimentan el
casino que nos gobierna, provocando continuas apreciaciones de los activos
financieros y permitiendo que la rueda de la financiarización no deje de girar.
Esta última es la consecuencia directa, por ejemplo, del aumento del abanico de
avales (colaterales) que se pueden presentar en la ventanilla del BCE a cambio
de liquidez. En concreto, la aceptación de una amplia gama de valores
respaldados por activos (los conocidos como ABS) ha sido una forma de rescate
encubierto de empresas como la financiera de Volkswagen.
Por su parte la flexibilización
cuantitativa provoca inflaciones de activos y la bajada de las primas de riesgo
en una completa distorsión de los tipos de interés. Consiste en la compra por
parte del banco central de distintos activos como deuda pública, aumentando de
esta forma el balance del mismo. Este exceso de liquidez, dado en proceso de
dominio de las finanzas del que venimos hablando, no se está empleando en
inversión productiva, en salvar a las personas o en cambiar el modelo
insostenible, sino que se queda en el circuito financiero alimentando esquemas
ponzi al dirigirse a los mercados de derivados o cuando las empresas utilizan
el dinero que reciben para comprar sus propias acciones e incrementar así su
valor o el dividendo. Entre todas las que estallen cuál será burbuja que nos
lleve de nuevo al aviso es la pregunta que cada vez más analistas se hace.
Estas medidas de aumento de la
liquidez se han ido produciendo a lo largo y ancho del globo, salvando bancos y
empresas no financieras de la quiebra en una patada hacia delante que no ha
resuelto los problemas de fondo del sistema financiero (alta concentración,
falta de solvencia, políticas inadecuadas, etc.). De ahí que cuando aparecen
las turbulencias financieras, todos mantengan la respiración ante un sistema
que no ha hecho más que agrandar los antiguos problemas. Parece que los bancos
centrales han podido controlar las turbulencias de principios de año, ¿se han
calmado definitivamente? ¿volverán?.
El programa: Turbulencias Financieras
El último programa fue
esclarecedor de las causas que nos han llevado a esta inacabable crisis. Los
invitados fueron muy didácticos y nos explicaron en qué se ha convertido el
sistema financiero, cómo se ha ido alejando de su objetivo original. Fue una
mesa de alto nivel: Mónica Melle, profesora de Economía Financiera, UCM; Juan
Ignacio Crespo, analista financiero independiente y colaborador en varios
medios de comunicación, y Juan Laborda, profesor en el IEB y la Universidad
Carlos III. También emitimos cortes de la entrevista en exclusiva con Ángel
Vilariño, consultor financiero internacional y profesor de la UCM.
Se generó un interesante debate
entre Juan Laborda y Juan Ignacio Crespo sobre las consecuencias de la
financiarización, el segundo veía más efectos positivos que negativos en este
proceso. Los otros dos invitados, argumentaron en contra de esta tesis. Resultó
un programa que se hizo corto para muchos seguidores, no queremos hacerte más
spoiler, te recomendamos que cuando tengas un rato, no te lo pierdas.
Notas:
[1] Sanabria Martín, Antonio,
Medialdea García, Bibiana, La financiarización de la economía mundial: hacia
una caracterización. Revista de Economía Mundial, 2012_
Disponible en:
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