ADICAE, 01/04/2016
Según un informe reciente publicado por la FUNCAS, publicado
en abril de 2016, desde el comienzo de la crisis en 2008 a septiembre de 2015,
el número de entidades de crédito ha cáido un 24% (de 286 a 198). Esto ha suepuesto que las
cinco mayores entidades disfrutan de una cuota de mercado del 58%.
A nadie se le escapa que el riesgo de que esto derive en
actuaciones contrarias a la competencia, y
por tanto perjudiciales a los clientes, se incrementa, máxime en un
mercado como el bancario, que ha maltratado sistemáticamente los derechos de
los consumidores con prácticas comunes. Baste recordar las clásulas suelo,
impuestas prácticamente por todas las entidades; o las recientes “comisiones en
cajeros”, puesta en práctica por las entidades con mayor peso de negocio, como
caixabank y al que rapidamente querían adherirse Santander y BBVA.
Lo llaman
"redimensionar", pero es "concentración"
Según los registros del Banco de España, en diciembre de
2007 existían en nuestro país la friolera de 201 entidades de crédito,
incluyendo bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito. En diciembre de
2014 esta cifra se ha reducido hasta 140. Si en términos cuantitativos estas
cifras permiten apreciar la criba tras 9 años de crisis, todavía son más
elocuentes si tenemos en cuenta que las entidades que más se han reducido han
sido precisamente las cajas de ahorros, entidades más extendidas entre la
ciudadanía: de 46 cajas de ahorros ahora todas se han convertido en bancos. Es
evidente que no hacía falta tantas entidades, ni tantas sucursales, que sólo
han servido para colocar productos
trampa a los consumidores; pero en modo alguno puede tolerarse una
concentración de poder financiero de estas características y en tan poco
tiempo. Es pernicioso para los consumidores y para la economía.
16 entidades
controlan el mercado bancario
En efecto, la desaparición cuantitativa de entidades y
sucursales ha dado lugar a una concentración bancaria donde apenas 16 entidades
controlan un 90% del mercado español; y cuatro de ellas (Santander, BBVA,
Caixabank, Popular y Bankia) el 60% de las operaciones de activo y pasivo que
se realizan en nuestro país. El negocio bancario se concentra ahora en menos
manos. Si en la época de gestación de la crisis ni había competencia entre
entidades ni se respetaban los derechos de los consumidores, la transformación
del sistema bancario ha mantenido y reforzado estas pautas de comportamiento.
El nuevo panorama
bancario trae créditos a coste abusivo
El nuevo mapa bancario concentrado hace mella en los
consumidores. Los datos del Banco Central Europeo confirman que España es el
país de la Eurozona donde el tipo de interés de los créditos es de los más
elevados. Según los últimos datos del Banco de España de diciembre de 2015, los
hogares españoles pagaron de media un 9,13% por un crédito al consumo de
duración entre 1 y 5 años, mientras en la Eurozona la media es de 5,24%. En
hipotecas a más de 10 años, el tipo medio en España es de 2,75%, mientras que
en la zona Euro es del 2,41%. Y ello en un contexto donde el precio oficial del
dinero, marcado por el Banco Central Europeo, es del 0%.
Un papel relevante
para la defensa de la competencia
Es evidente que el papel cada vez más concentrado de las
entidades financieras puede condicionar el coste de los servicios bancarios.
Por ello los intereses de los consumidores deben un lugar cada vez más central
en las estrategias de control tanto del organismo responsable de la competencia
(la CNMC, Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) El riesgo de que
el sector bancario acabe como el mercado eléctrico se pone de manifiesto en el
nuevo panorama financiero. Al margen de crear unidades específicas y programas
de actuación concretos dentro de la CNMC, muchos países ofrecen soluciones
interesantes, como la implicación de las organizaciones de consumidores en esta
tarea, fomentando vías de cooperación y actuación conjunta para vigilar y
denunciar las concertaciones de precios y costes.
Un cambio urgente para
los supervisores del mercado financiero
Los cambios del mapa bancario y los fraudes masivos que han
sufrido los consumidores han ido de la mano. Este hecho no ha provocado sin
embargo hasta el momento ni un solo movimiento de reforma en los organismos
reguladores: CNMV y Banco de España. Su papel en la gestación de la crisis y en
los escándalos de las preferentes o las cláusulas suelo han sido determinantes.
Por ello, son necesarias reformas de calado que los convierta en herramientas
útiles en la protección de los consumidores financieros. Tras la puesta en
marcha del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), organismo europeo que se va a
encargar de la supervisión financiera a los 120 principales bancos de la zona
euro, se hace necesario un organismo específico que vigile las prácticas de las
entidades con sus clientes. En España y en Europa. En Estados Unidos la
experiencia de la crisis hizo que el gobierno Obama pusiera en marcha una
específica Agencia de Protección al consumidor financiero con notables poderes.
Esta tarea está todavía pendiente en España y en Europa.
Disponible en:
http://usuariosdebancayseguros.adicae.net/?articulo=3173
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