Por Roberto Serrano
Lluch
El diario.es,
29/09/2016.
Preferentista por accidente desde el 28 de febrero de 2014,
cuando falleció mi padre, súbitamente, el mismo día que recibió en su oficina
de Bankia de toda la vida (más de 40 años como cliente), los 25.268,74€
provenientes del arbitraje de consumo de las preferentes de Caja Madrid.
Fallecimiento sobrevenido, posiblemente, por el desenlace de tanta angustia
contenida durante los dos años previos, sin saber, si recuperaría los ahorros
de toda una vida de 83 años de sacrificio y moderación.
Sacrificio y moderación que no habéis tenido ninguno de los
63 exconsejeros y exdirectivos de Caja Madrid y Bankia, que ahora estáis
sentados en ese banquillo de la vergüenza. No vergüenza por los delitos que se
os imputan, si no por los usos que habéis hecho del dinero ajeno. Ahora queréis
evitar la condena con argucias jurídicas de plazos y defectos formales, sin
asumir vuestra responsabilidad, ni pedir siquiera disculpas por tanto daño como
habéis infringido a través de la entidad de la que erais consejeros o altos
directivos.
Lo que mi padre ganó con sudor, vosotros sudabais por
gastarlo en un obsceno catálogo de vicios, sin importaros que ese dinero había
sido sustraído con engañosas prácticas comerciales a cerca de 300.000 ancianos
de sus casi 11.000 millones de euros ahorrados, en esa otra vergüenza que
fueron las preferentes.
Mi padre no se dejó aconsejar por mí en agosto de 2009,
cuando por dificultades tuvo que recuperar parte de su inversión (8.000€). Mi
insistencia a que retirara toda la inversión ante la demora en la devolución de
parte de sus preferentes no pudo contra los argumentos que esgrimían los
empleados de Caja Madrid. De haber conocido en aquel momento vuestra dudosa
moral, que desde octubre de 2014 sabemos a través del uso que hacíais del
dinero de las black card, no hubieran faltado argumentos para ni siquiera
comprar vuestras preferentes.
En mi peregrinar, acompañando a mi padre por instituciones,
manifestaciones, partidos políticos, medios de prensa y un largo etcétera, pude
acercarme y comprender a mi padre y a cientos de ancianos más con similares
circunstancias.
Sin embargo, no comprendo ni comprenderé como vosotros,
excúpula directiva y exconsejeros de Caja Madrid y Bankia pudisteis derrochar
casi 11 millones de euros para unos usos tan ajenos de los objetivos que deben
prevalecer en una entidad financiera, que fue reconocida como una de las más
solventes de Europa. Vuestra moral cuan diferente es del origen filantrópico de
las Cajas de Ahorros del siglo XIX, y que para el caso de Caja Madrid surgiera
en 1702 como Monte de Piedad por iniciativa del sacerdote aragonés Francisco
Piquer, para lucha contra la usura, dando a los pobres préstamos gratuitos
prendarios con alhajas y ropas para satisfacer las necesidades más básicas como
la salud.
Y de salud quiero hablar, no de la que hayáis podido sentir
mermada en este inefable proceso, exconsejeros y exdirectivos, sino de la que
perdió mi padre José Manuel, antes de morir, con noches de insomnio y
pensamientos en bucle por haber sido engañado. También de la salud de los otros
tantos, compañeros de lucha, que ya no están y que estando se sienten peor en
sus dolencias. Este hecho, es lo que hace dos años nos unió a un grupo de
afectados y científicos, para estudiar desde la evidencia qué efectos tuvieron sobre
la salud de los afectados la circunstancia de haber perdido todos sus ahorros
depositados en una entidad bancaria como Bankia.
El próximo lunes 3 de octubre, estos científicos se reunirán
en la Escuela Nacional de Sanidad y debatirán todo el día, desgranando los
datos obtenidos de cientos de afectados para, a través de la evidencia, llegar
a conclusiones. Todos, sin conocer los resultados del estudio que publicará
próximamente FinSalud, creemos saber cuáles son.
-Roberto Serrano LLuch es hijo de afectado y presidente de
AdaBankia y Patrono de Finsalud.-
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