Por Jesús Rivasés
El Periódico,
07/08/2017.
Hay un negocio bancario que no está en la banca, pero que es
tan real que, en todo el mundo, mueve unos 100 billones de dólares y en España
alrededor de 1,34 billones de euros, según el estudio y los cálculos que han
realizado los profesores Santiago Carbó Valverde y Francisco Rodríguez
Fernández, para la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), uno de los
principales centros de pensamiento, investigación y divulgación económica de
España.
La banca en la sombra -'shadow Banking'-, a pesar de su
nombre, no es una actividad clandestina, ni irregular. Tiene características
bancarias, pero que se realiza al margen o en paralelo a los bancos. En
resumen, es el dinero que mueven los fondos de inversión, las compañías de
seguros, las financieras, los prestamistas y las Socimis, como canalizadoras de
inversiones inmobiliarias. En España, no ha planteado problemas, pero en el
resto del mundo contribuyó al estallido de la crisis, como apunta el Banco de
España, que gobierna Luis María Linde, en su Informe sobre la crisis financiera
y bancaria en España, 2008-2014.
La importancia de la banca en la sombra en el mundo es
evidente. Mueve/controla el 28,8% de los activos financieros mundiales. Es
decir, casi la tercera parte del dinero existente –en la forma que sea- está
cobijado por esa banca en la sombra que, por otra parte, no tiene ninguna
connotación peyorativa entre los expertos. Sin embargo, tras la Gran Recesión,
el grupo de países del G-20 reclamó medidas para evitar que cada vez más
actividades financieras acabaran en la banca en la sombra. El problema es que
esas prácticas, legales y en teoría ortodoxas, están menos reguladas que las
bancarias, lo que hace que muchas entidades financieras las utilicen en lo que
se denomina fuera de balance.
El paraiso de la banca en la sombra son los Estados Unidos,
en donde se concentra el 27,1% de toda esta actividad. Detrás le siguen el
Reino Unido, con el 10,5%; las Islas Caimán, 6,5%; Alemania, 6,3%, y
Luxemburgo, 5,2%, mientras que la banca en la sombra española apenas representa
el 1% de la de todo el mundo, lo que no le resta importancia interna porque su
volumen –considerado en sentido amplio- excede con creces el billón de euros.
La crisis, no obstante, también provocó un descenso en esa
actividad ya que en el 2010 alcanzó 1,53 billones de euros. Los profesores
Carbó y Rodríguez no ven grandes peligros en estas actividades, siempre que
reguladores y supervisores se y calculen "los riesgos y las probabilidades
de contagio" y no se escapen a un mínimo control. Además, avanzan que, en
el futuro, las llamadas fintech, financieras tecnológicas, aumentarán el
perímetro de la banca en la sombra, porque incluso podrían "realizar
actividades crediticias u otras propias de los bancos" que los reguladores
intentarán controlar, si pueden, claro, porque ahí están el bitcoin y otras
monedas virtuales.
Hay un negocio bancario que no está en la banca, pero es tan
real como 100 billones de dólares.
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