Por Paula Peñacoba
Público.es, 09/08/2017.
Hace diez años estalló la crisis de las hipotecas subprime,
el prólogo de lo que, trece meses después, fue la mayor crisis financiera que
provocó una fuerte recesión en todo el mundo industrializado.
Los bancos de Estados Unidos venían comercializando hipotecas
con un nivel de riesgo de impago superior a la media del resto de créditos (las
subprime). Esas hipotecas se empaquetaban como títulos de deuda y se vendía,
como productos de financieros de alta calidad. Y la burbuja fue engordando, al
ritmo en que se calentaba el sector inmobiliario estadounidense; hasta que
estalló.
Entre julio y agosto de 2007, empiezan los problemas para
fondos, bancos y agencias hipotecarias en EEUU a medida que las hipotecas
subprime resultan fallidas. El 9 de agosto el contagio alcanza Europa: el banco
BNP Paribas suspende tres fondos por la falta de liquidez. Comienza la histeria
en los mercados, y el BCE y la Reserva Federal de EEUU tienen que realizar
inyecciones masivas de liquidez, para calmar las tensiones. Pero la inestabilidad
seguirá, hasta el golpe definitivo con la caída de Lehman Brothers, el 15 de
septiembre de 2008.
Los analistas y expertos apuntan que la burbuja financiera
fue posible, en gran medida, por la desregulación y levantamiento de controles
que siguió al mandato de Ronald Reagan, que otros presidentes no quisieron o
pudieron frenar. La bola de nieve fue creciendo hasta que arrastró a todo el
sistema financiero mundial.
Las heridas de aquella crisis todavía no han cicatrizado.
Pero entre los ciudadanos queda la impresión de que los responsables o
culpables de aquella crisis no han tenido su castigo. Un informe de Washington
remitido al Congreso estadounidense señala que apenas 35 banqueros fueron
sentenciados en los tribunales por la crisis. Y según un informe reciente del
diario británico Financial Times apunta que los grandes bancos norteamericanos
han pagado más de 150.000 millones de dólares en multas por la crisis.
Estos son los protagonistas de aquella crisis que todavía
seguimos pagando.
Alan Greenspan:
Presidente de la Reserva Federal entre 1987 y 2006, fue el
padre de la doctrina de la "exuberancia irracional", que dirigió las
políticas financieras anti regulación que llevó a cabo EEUU en la época y fue
señalada por muchos como uno de los pilares de la crisis hipotecaria. El famoso
economista admitió en octubre de 2008 que en su fe ciega en la economía de
mercado cometió un “error” al suponer que los intereses de las entidades
financieras siempre estarían alineados con los de sus accionistas y que estas
nunca asumirían más riesgos de los que podían afrontar.
Greenspan abandonó su cargo en la Reserva Federal en 2006,
meses antes del estallido de la crisis, dejándolo en manos de su número dos,
Ben Bernanke. Poco después, fundó su propia consultoría económica, Greenspan
Associates, que asesora a bancos y fondos de inversión. También ha servido como
asesor de inversiones en Deutsche Bank y en el fondo de inversiones de alto
riesgo Paulson & Co. Greenspan fichó como asesor económico en Advisors
Capital Management en septiembre de 2016.
El expresidente de la Reserva Federal Alan Greenspan presta
juramente en una comparecencia en la comisión del Congreso estadounidense sobre
la crisis financiera, en abril de 2010. AFP/Alex Wong
Bear Stearns y Washington Mutual Inc.:
El banco de inversiones Bear Stearns y la caja de ahorros
Washington Mutual se aprovecharon sin mesura del negocio de las hipotecas
basura, llegando a acumular respectivamente 87.000 y 45.600 millones de dólares
en subprime en los comienzos de la crisis. Investigaciones judiciales
determinaron más tarde que ambas entidades incurrieron en prácticas
fraudulentas en la gestión de los bonos hipotecarios.
Bear Stearns engañó a sus inversores, mintiéndoles sobre la
calidad de los títulos que les vendía, en gran parte conjuntos de créditos
hipotecarios sin valor y con muy alto riesgo. Por su parte, Washington Mutual
estafó a prestatarios e inversores, convenciendo a los primeros para contratar
préstamos que no iban poder pagar y posteriormente empaquetándolos y
ofreciéndoselos a los segundos, enmascarando durante todo el proceso su riesgo
real con documentos falsos y otras trampas.
La codicia acabó pasándoles factura. Bear Stearns caería en
mayo de 2008, mientras que Washington Mutual aguantó sólo hasta septiembre de
ese año. El hundimiento de WaMu es considerado -por las dimensiones de la
entidad, la principal caja de ahorros del país hasta entonces- la mayor
catástrofe bancaria de la historia de Estados Unidos. Ambos organismos fueron
adquiridos por el gigante bancario JP Morgan Chase, que tuvo que hacer frente a
cuantiosas multas por las acciones delictivas de las entidades.
La mayoría de los ejecutivos de Bear Stearns han seguido
trabajando en el mundo de las finanzas, en posiciones similares en otros
bancos. Thomas Marano, el director de la división de financiación hipotecaria,
ha dirigido desde entonces varias compañías de gestión e inversión hipotecaria.
Jeffrey Verschleiser, director de títulos respaldados por activos, ha ocupado
varios altos cargos en Goldman Sachs. Michael Nierenberg and Baron Silverstein,
ambos de la división de bonos hipotecarios de Bear Stearns, ostentan puestos
similares en Bank of America. Jeff Mayer, co-director de renta fija de Bear
Stearns, ha trabajado en lo mismo en UBS y Deutsche Bank.
Sólo Ralph Cijoffi y Matthew Tanin, que gestionaban fondos
de inversión libre que alcanzaron la bancarrota en 2007, fueron sancionados por
su papel en la crisis.
Tuvieron que pagar entre los dos un millón de dólares para
liquidar los cargos. El director ejecutivo de Bear Stearns en la antesala de la
crisis, Jimmy Cayne, se dedica a jugar al bridge de manera profesional. El de
Washington Mutual, Kerry Killinger, es fundador y director de la empresa de
inversiones Crescent Capital Associates.
Lewis Ranieri:
Conocido como el padrino de los bonos hipotecarios, se le
atribuye la creación de la titulización, proceso mediante el cual activos no
líquidos (como las hipotecas) se agrupan mediante ingeniería financiera para
convertirse en títulos que se comercializan más fácilmente. Ranieri, entonces
vicepresidente de la banca de inversión Salomon Brothers, es el fundador y
actual presidente de Ranieri Partners, una asesoría de inversiones inmobiliarias.
Fannie Mae y Freddy
Mac:
La Asociación Nacional Federal Hipotecaria (conocida
popularmente como Fannie Mae) y la Corporación Federal de Préstamos
Hipotecarios para la Vivienda (Freddy Mac) son las principales agencias
hipotecarias de Estados Unidos, espolvorizadas por el gobierno hasta que
tuvieron que ser rescatadas por él en los inicios de la crisis.
La primera fue creada en 1938 y la segunda surgió en 1970.
Su misión era dinamizar el mercado hipotecario, comprando estos créditos a los
bancos para que ellos pudiesen mantener su liquidez y conceder aun más.
Lo que falló durante el auge de la burbuja inmobiliaria fue
precisamente que los emisores de préstamos hipotecarios encontraron un mercado
alternativo a Fannie y Freddy mucho más provechoso, en el que podían vender
activos que no cumplían los estrictos criterios de las agencias. Para evitar
quedarse atrás, alrededor de 2006 Fannie y Freddy comenzaron a adquirir ciertos
bonos subprime, avalados por las agencias de rating.
Cuando la burbuja explotó, Fannie y Freddy, que operaban
exclusivamente en el mercado hipotecario, se precipitaron al colapso, y
tuvieron que ser rescatadas por el gobierno. Su destino permanece a día de hoy
sin determinar.
Las agencias de
'rating':
Las agencias de rating, encargadas de calificar la calidad
de los activos financieros, han sido acusadas de inflar las puntuaciones de
paquetes de hipotecas basura, alentando así a los inversores a asumir
inconscientemente riesgos elevados. Las agencias recibían la remuneración por
emitir calificaciones directamente de los emisores de los bonos, lo que pudo
crear conflictos de intereses. La competición entre ellas también ha sido
señalada como una posible causa de este comportamiento.
Moody’s y Standards & Poor tuvieron que abonar 864 y
1.375 millones de dólares respectivamente a las autoridades estadounidenses
para resolver alegaciones de manipulación de calificaciones, además de
comprometerse a implementar estándares éticos rigurosos. Esta segunda parte
parece estar resultando dificultosa para las agencias. Según un informe de la
Comisión de Bolsa y Valores, recogido por el New York Times, a finales de 2015
se seguían detectando irregularidades en la conducta de las firmas.
Kathleen Corbet, directora de la mayor agencia de ratings,
Standards & Poor, antes y durante la crisis de 2007, fundó en 2008 Cross
Ridge Capital LLC, firma especializada en capital riesgo, que también dirige.
Raymond McDaniel, director de Moody’s en esas fechas, continúa al frente de la
agencia.
Goldman Sachs:
El banco de inversiones Goldman Sachs salió airoso, con
ganancias de más de 4.000 millones de dólares, de la crisis hipotecaria que
dejó temblando a las principales entidades bancarias del mundo. Un informe de
la Comisión Levin, con representantes del Subcomité Permanente del Senado para
Investigaciones, señaló en 2011 que esta posición ventajosa se pudo deber a que
Goldman Sachs engañó a sus inversores para venderles activos ligados a
hipotecas basura, para después adoptar posiciones bajistas contra estos
activos, lo que produjo un doble beneficio para el banco. Sin embargo, la
Justicia estadounidense resolvió que no había en el informe evidencias
suficientes para investigar penalmente al banco o a sus ejecutivos.
Para acallar esta y otras denuncias, Goldman ha pagado más
de 5.000 millones de dólares en multas a la Administración de EEUU. Su director
ejecutivo en la época, Lloyd Blankfein, continúa en el cargo.
John Paulson:
El multimillonario fue el gran beneficiario de la crisis
hipotecaria. Apostó por el estallido de la burbuja inmobiliaria y ganó 3.700
millones de dólares cuando su predicción resultó acertada, recibiendo duras
críticas por enriquecerse de las pérdidas generalizadas.
Desde 2011, el fondo de inversiones que dirige, Paulson
& Co., ha menguado en dos tercios de su valor, pasando de los 36.000
millones de dólares en 2011 a 10.000 millones en la actualidad. Sin embargo,
una nueva apuesta inmobiliaria y política podría cambiar su suerte.
Paulson es uno de los principales accionistas de Fannie Mae
y Freddie Mac, las grandes agencias hipotecarias que pasaron a manos del
gobierno estadounidense al ser rescatadas en 2007 y siguen bajo control de los
poderes públicos. Con un valor mínimo actualmente, sus inversores permanecen a
la espera de que este se dispare cuando sean privatizadas.
Parece que este momento podría llegar inminentemente. El
nuevo secretario del tesoro estadounidense, Steve Mnuchin, es un gran
partidario de que el gobierno se desvincule de estas agencias. También lo es el
presidente Donald Trump, que Paulson apoyó desde los inicios de su campaña
electoral, sirviendo como consultor económico de su campaña y dotando al comité
de inauguración de la presidencia de 250.000 dólares.
De izquierda a derecha, los financieros George Soros, James
Simons, John Alfred Paulson, Philip Falcone, y Kenneth Griffin, prestan
juramento en una comparecencia en el Congreso estadounidense, en noviembre de
2008.
AIG:
La compañía aseguradora American International Group
concedió seguros contra el impago de los bonos hipotecarios, entendiendo que
estos activos, calificados como muy seguros, rara vez serían objeto de
incumplimientos de pago.
Nada más lejos de la realidad. El desplome de las hipotecas
puso la empresa al borde de la quiebra, forzando al gobierno de Estados Unidos
a rescatarla, con un préstamo de emergencia de 85.000 millones de dólares. El
rescate se produjo al día siguiente de la quiebra de Lehman Brothers y la
negativa del gobierno a intervenir en más rescates bancarios. En el caso de
AIG, el gobierno señaló que el impacto de su caída en la economía habría sido
tan grande que hacía ineludible su intervención.
AIG continúa operando hoy en día. Su director general en la
época, Maurice R. Greenberg, dirige la aseguradora Starr Co. & Inc. Joseph
Cassano, director del equipo de AIG que vendía seguros contra el impago en
Londres, considerado el “paciente cero” del colapso global, ha desaparecido de
la esfera pública.
Lehman Brothers:
EL gigante financiero Lehman Brothers, cuarto banco de
inversión más importante de Estados Unidos, se declaró oficialmente en
bancarrota el 15 de septiembre de 2007. El gobierno de Estados Unidos rechazó
rescatar la entidad, aduciendo a un "riesgo moral" de que todos los
bancos exigiesen el mismo trato en caso de fallar.
Un informe judicial durante la evaluación de su proceso de
liquidación halló que los ejecutivos de la empresa habían incurrido en
"riesgos excesivos", cometiendo "errores de juicio" al
invertir descontroladamente en hipotecas basura y otros activos tóxicos y no
prever el desenlace final. Además, apuntaba que los altos cargos habían
manipulado las cuentas de la entidad para maquillar su insolvencia hasta que se
hizo evidente.
Tras el hundimiento de la entidad, Dick Fuld, su director
ejecutivo, lanzó en 2009 Matrix Advisors, una empresa de asesoramiento a
pequeñas empresas para desarrollo de negocio y acceso a capital. El director de
inversiones de Lehman Brothers, Hugh McGe III, asumió varios puestos en la
directiva de Barclays a partir de 2008 y dirige ahora Intrepid Financial
Partners, LLC, que él mismo contribuyó a fundar.
Merril Lynch:
Al banco de inversión Merril Lynch le estaba yendo de maravilla
con el negocio de las hipotecas y derivados. Registró un crecimiento de un 40%
de su valor en 2006 y decidió adquirir First Franklin, compañía especializada
en préstamos de riesgo elevado, para continuar su expansión.
La oleada de impagos hipotecarios de 2007 alcanzó de lleno
al banco. El 15 de septiembre fue adquirido por Bank of America, con ayudas
públicas para garantizar su sustento. Bank of America se ha tenido que hacer
cargo de multas por acciones leales contra la actuación previa a la crisis de
Merril Lynch y sobre la información provista sobre el estado de la entidad
durante la compra.
El director ejecutivo de Merril Lynch llegó al consejo de
administración de Alcoa, multinacional de aluminio, al poco de constatarse la
crisis. Sus principales directivos, Osman Semerci y Ahmass L. Fakahany, han
continuado sus carreras profesionales en sectores dispares. Semerci reflotó
Duet Groupuna, gestora de patrimonio con sede en Londres, de la que ahora es
director ejecutivo. Por su parte, Fakahany, permanece establicido en Wall
Street, donde dirige restaurantes de lujo.
Phil Gramm y Chris Todd:
Ávido defensor de la desregulación finaciera, el senador
republicano Phil Gramm trató de presentar las hipotecas subprime como un
ingrediente esencial del sueño americano y contribuyó al auge de la
titulización. Una ley con su nombre, la Ley Gramm-Leach-Bliley de 1999, eliminó
las estrictas reglas impuestas al sector financiero tras la Depresión,
permitiendo a Wall Street embarcarse en la especulación de alto riesgo.
El senador de Texas fue el que más contribuciones recibió de
bancos comerciales en sus campañas electorales entre 1989 y 2002 y de los cinco
que obtuvieron más donaciones de Wall Street. Gramm nunca perdió la confianza
en el mercado, llegando a afirmar que la crisis financiera era una “recesión
mental” en julio de 2008, tres meses después de la caída de Bear Stearns y
cinco antes de la de Lehman Brothers.
Desde su retirada del Senado en 2002, Gramm trabajó como
vicepresidente del departamento de inversiones de UBS, empresa suiza de servicios
financieros, pasando a ser asesor de la entidad en 2012. En marzo de 2016, fue
nombrado consejero económico del candidato republicano a la presidencia Ted
Cruz.
El senador demócrata Chris Dodd, presidente del Comité de
Banca del Senado entre 2007 y 2010, se resistió a endurecer las regulaciones de
Fannie Mae y Freddie Mac, abogando en su lugar porque estas agencias
concediesen hipotecas menos fiables, esperando facilitar así a los segmentos
más pobres de la población adquirir viviendas en propiedad. Dodd recibió entre
1989 y 2008 donaciones por valor de 165.000 dólares de Fannie y Freddie, más
que cualquier otro miembro del Congreso, según explica The Guardian
El senador de Connecticut tendría tiempo de retractarse de
este impulso desregulador. Junto con el entonces presidente de la Comisión de
Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, Barney Frank, fue
responsable de redactar la ley Dodd-Frank, firmada por Barack Obama durante su
primera legislatura, que establecía una rigurosa reglamentación para poner
límites a la temeridad de Wall Street.
Dodd dejaría el Senado en 2010, convirtiéndose en marzo de
2011 en director de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, el grupo
de presión de los principales estudios de Hollywood. Chris Dodd abandonará su
posición al frente del lobby en septiembre de este año.
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