Por Andreu Missé
El País, 19/11/2018.
Las recientes pruebas de resistencia realizadas por la
Autoridad Bancaria Europea (EBA) a las 48 principales entidades han revelado
que las más solventes son dos bancos públicos. No se trata de una ligera
ventaja sino que cuentan con el doble o triple de capital que la mayoría de
bancos europeos. Bancos más capitalizados quiere decir más solventes, es decir,
más capacidad para asumir pérdidas y en consecuencia menor riesgo de coste para
los contribuyentes en caso de quiebra.
El banco con más fortaleza es el alemán NRW.Bank cuyos
propietarios son el Estado de Renania del Norte - Westfalia y la asociación
regional de cajas de ahorros. En un escenario adverso la entidad contaba con un
capital que representaba el 34% de sus activos, el triple de los bancos
españoles e italianos. El banco, con un balance de 147.000 millones, declara
que su misión es respaldar al estado propietario para apoyar la economía, la
vivienda y las infraestructuras de los municipios.
El segundo mejor clasificado ha sido el holandés BNG Bank,
que en las peores condiciones, obtuvo un ratio de capital del 22 % con unos
activos de 140.000 millones de euros. La mitad de las acciones del banco
pertenecen al Estado holandés y el resto a los municipios.
Ambas entidades pertenecen a la Asociación Europea de Bancos
Públicos, que agrupa más de 90 entidades con más 190.000 empleados y un balance
conjunto de 3,5 billones. Un sector financiero esencial en la UE dedicado a
promover la economía sostenible y el desarrollo social.
La tercera entidad más solvente es el banco sueco Swedbank,
que aunque no es público, cuenta como principales accionistas a las fundaciones
de cajas de ahorros que lo crearon.
Es cierto que no todos los bancos estatales han tenido tan
buen comportamiento como los citados, pero es reseñable que los más solventes
con notable diferencia sean públicos. La radiografía objetiva de la banca europea
que ofrece la EBA contrasta con la demonización de las instituciones públicas
que se realizó en el Congreso el pasado octubre en el debate de la propuesta de
Unidos Podemos que impulsa la creación de un polo público bancario basado en
Bankia y el Instituto de Crédito Oficial.
Al analizar las causas de la crisis financiera en nuestro
país no se puede caer en el simplismo y atribuirla en exclusiva a la existencia
de las cajas de ahorros y a su naturaleza jurídica. Las razones del desastre
están claramente asociadas a una gestión irresponsable de ciertos directivos.
Pero de estas responsabilidades no escapan los bancos como nos recuerdan el
Banco de Valencia o del Banco Popular.
Los tratados europeos "no prejuzgan de ningún modo el
régimen de la propiedad en los Estados miembros". Una posición basada en
la experiencia que enseña que no se deben excluir las ventajas tanto de las
entidades públicas como privadas. Lo sensato sería mantener el modelo mixto de
entidades públicas y privadas que caracteriza la estructura financiera de los
países más estables y democráticos.
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