Por Joan Faus
El País, 07708/2014.
Sigue acentuándose la cascada de penalizaciones en Estados Unidos por los
excesos de los bancos con las hipotecas basura. El Gobierno de Barack Obama y
Bank of America ultiman un acuerdo para acabar con la acusación del Departamento
de Justicia de que la entidad engañó a inversores al venderles paquetes de
hipotecas de riesgo en la antesala de la crisis financiera de 2008. La entidad
pagaría entre 16.000 y 17.000 millones de dólares (12.700 millones de euros)
para resolver el litigio, lo que supondría el acuerdo más elevado con un banco
en EE UU. El anterior récord, también por irregularidades con las hipotecas subprime,
lo ostenta JPMorgan
Chase, que a finales de 2013 acordó con el Departamento de Justicia una multa
de 13.000 millones de dólares (9.700 millones de euros).
Las negociaciones entre Bank of
America y la Administración no han finalizado, según informan medios
estadounidenses, pero ambas partes habrían llegado a un principio de
entendimiento. El segundo banco por activos del país pagaría en efectivo 9.000
millones y el resto lo abonaría mediante medidas de alivio a clientes, por
ejemplo flexibilizando préstamos. A finales del año pasado la entidad ya pagó
una penalización de 6.000 millones de dólares a la Agencia Federal de Finanzas
Inmobiliarias por negligencias similares.
Hace unas semanas, Bank of
America reclamaba al Departamento de Justicia una multa inferior en 3.000
millones de dólares alegando que estaba siendo castigado injustamente porque
buena parte de las malas prácticas hipotecarias las cometieron dos entidades
problemáticas que adquirió -con el beneplácito del Gobierno- en plena crisis:
Merrill Lynch y Countrywide. En conjunto, los tres bancos vendieron a
inversores privados entre 2004 y 2008 alrededor de 965.000 millones de dólares
en paquetes hipotecarios -una cifra muy superior a la de sus competidores-, de
los cuales cerca de tres cuartas partes provenían de Countrywide.
Pero a finales de julio Bank of America, según fuentes citadas por los medios,
habría cedido a la presión del Gobierno que le habría amenazado, si no aceptaba
el acuerdo superior a los 16.000 millones, con iniciar otro proceso legal por
otras irregularidades de Merrill Lynch. En paralelo, un juez federal de Nueva
York dictaminó por esas fechas que el banco tenía que pagar 1.270 millones por
un antiguo programa de hipotecas de Countrywide. Todo ello habría llevado al
consejero delegado de Bank of America, Brian Moynihan, a dar finalmente su
brazo a torcer, ansioso por enterrar definitivamente las batallas judiciales y
pasar página de los excesos del pasado.
De hecho, los costes
legales mermaron los resultados de Bank of America en el segundo trimestre de
este año, cuando registró un beneficio de 2.290 millones de dólares,
casi la mitad de lo que había ganado un año antes.
En caso de rubricarse el acuerdo,
llegaría a les tres semanas de que Citigroup, el
tercer grupo financiero de EE UU, alcanzara un acuerdo con el Departamento de
Justicia por el que aceptó una multa de 7.000 millones de dólares
(5.140 millones de euros) por diseñar y vender hipotecas tóxicas. En los
últimos años, la Administración Obama ha sido acusada, desde varios ámbitos, de
no ser lo suficientemente agresiva en perseguir judicialmente las negligencias
de los grandes bancos de Wall Street que propiciaron la debacle financiera de
2008.
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