Por Vicenç Navarro
Público.es, 28/08/2014.
Uno de los ejemplos más claros de
la continuidad del poder financiero a lo largo de cambios políticos
sustanciales en Europa y en España es el caso del Deutsche Bank, uno de los
seis bancos más importantes del mundo y uno de los más influyentes en Europa.
Su sede está al lado del Banco Central Alemán (el Bundesbank), el cual, a su
vez, está al lado del Banco Central Europeo, el eje del sistema financiero
europeo, cuyo comportamiento ha contribuido, en gran medida, a generar y
mantener la enorme crisis financiera y económica europea, que ha sido
particularmente perjudicial para el bienestar de las clases populares de
España. Mírese como se mire, el Deutsche Bank ha jugado un papel clave en la
generación de la gran recesión en la Eurozona, incluyendo en España. Es por lo
tanto importante conocer sus orígenes y su historia, que adquiere especial
relevancia durante el periodo de gobierno del nazismo en Alemania.
El Deutsche Bank fue el banco
personal de Hitler, jugando un papel clave en el desarrollo de las políticas
nazis, de las cuales se benefició extensamente. En parte, su gran riqueza
derivó de la confiscación de las propiedades, tanto alemanas como extranjeras,
que el Estado nazi alemán realizó durante su expansión en el resto de Europa.
Esta realidad, ocultada durante mucho tiempo, está siendo documentada en
juicios que las víctimas (muchas de ellas judías) están ganando en su intento
de recuperar sus propiedades. Con la colaboración de la Gestapo y de las SS, el
Deutsche Bank ingresó en sus arcas dinero, joyas, cuadros y otras propiedades
de las poblaciones victimizadas por el nazismo, que incluían, además de judíos,
otros grupos étnicos y políticos (como comunistas, socialistas y anarquistas),
que el nazismo deseaba eliminar en los territorios conquistados. Es
sorprendente que no haya sido hasta hace relativamente poco cuando se ha
documentado este enorme latrocinio. El caso más conocido es el del Congreso
Mundial Judío, que ha reclamado, en un juzgado de Nueva York, la compensación
para las víctimas judías. Entre estas víctimas están las poblaciones gaseadas
en los campos de exterminio de Auschwitz, campos, por cierto, también
financiados por el propio Deutsche Bank (John Schmitt,”Deutsche Bank Linked to
Auschwitz Funding”, The New York Times, 05.02.1999). A estas denuncias
han seguido otras denuncias, llevando al Deutsche Bank a los tribunales
intentando recuperar los fondos y/u obtener una compensación para las víctimas.
En España, este banco apoyó
también tanto el golpe militar del General Franco como las ayudas militares del
gobierno nazi a España, obteniendo generosos beneficios de esta financiación.
En realidad, la historia del Nazismo no puede explicarse sin entender como éste
se financió. Y ahí es donde el Deutsche Bank jugó un papel central. En la
medida que los archivos del Deutsche Bank se van abriendo, se va descubriendo
(medio siglo más tarde) el papel central que jugó dicho banco en el desarrollo
del Nazismo y sus aliados, el fascismo italiano y el español. No ha habido
ningún intento de recuperar el dinero robado a españoles, judíos y/o
republicanos, expropiados por el nazismo o el fascismo en España, en contra de
lo que ha ocurrido en la propia Alemania, en los países del Este de Europa y en
Italia. La complicidad de las autoridades españolas en este olvido histórico es
un indicador más de la baja calidad de la democracia española.
El Deutsche Bank generador
de la crisis actual
El Deutsche Bank, que fue
dividido en varios componentes después de la II Guerra Mundial, apareció de
nuevo, unido y con gran esplendor, expandiéndose rápidamente por Europa y por
EEUU, adquiriendo otros bancos con prácticas consideradas inapropiadas, incluso
por prensa financiera como el Wall Street Journal, lo cual,
considerando la enorme tolerancia de este rotativo hacia comportamientos
claramente deshonestos, cuando no criminales, de la banca, es todo un hecho
digno de subrayar. El Deutsche Bank, por ejemplo, jugó un papel clave en el
escándalo Enron, cuando aquella compañía ocultó enormes pérdidas que causaron
la miseria de millones de ciudadanos estadounidenses. El Deutsche Bank ha sido
también uno de los bancos que más promocionó hipotecas basura en EEUU (y
probablemente en España), claramente a sabiendas y concientes de las
consecuencias tan negativas que tuvo para la población afectada. En realidad,
el Comité del Senado de EEUU que analizó las causas de la crisis financiera
iniciada en 2007, señaló al Deutsche Bank como uno de los bancos que contribuyó
más a generar, mediante prácticas especulativas, la burbuja inmobiliaria en
aquel país y su explosión, creando la mayor crisis financiera desde principios
del siglo XX (cuando tuvo lugar la Gran Depresión). No ha habido un estudio
semejante en el Senado o en la Cámara Baja española. Si lo hubiera habido, el Deutsche
Bank habría salido también muy mal parado. Este banco ha invertido 12.000
millones de euros en inversiones, muchas especulativas, en España (18.000
millones en Italia), habiendo sido también una de las instituciones financieras
más responsables de la crisis financiera en España.
La explosión de la burbuja
inmobiliaria en EEUU creó una situación de pánico, pues el Deutsche Bank creyó
que podría afectar a sus intereses. De ahí que paralizara cualquier transacción
con otros países, incluyendo España, lo que determinó la explosión de la
burbuja inmobiliaria. Ahora bien, el Deutsche Bank quiere recuperar su dinero
en España. Y de ahí que, a través de su influencia en el gobierno y en el
Parlamento alemán, estas instituciones aprobaran un préstamo de 100.000 millones
de euros para que el Estado español rescatara a la banca, incluyendo el
Deutsche Bank. Y uno de los objetivos de los recortes es pagar al Deutsche
Bank, entre otros bancos.
El Deutsche Bank está esparcido
por todo el mundo, financiando algunas de las mayores violaciones de los
derechos humanos que han ocurrido en estos últimos años. Ha financiado, por
ejemplo, la empresa minera AngloGold Ashanti y sus fuerzas mercenarias (FNI),
responsables de crímenes contra la humanidad en la República del Congo. En
Sudán, el banco ha financiado varias empresas petrolíferas responsables de los
horrores de Darfur. En Indonesia, ha financiado a la empresa minera de oro y
cobre Freeport-McMoRan, conocida por haber destruido regiones enteras del país
contaminando sus ríos y manantiales, siendo, además, una de las mayores
accionistas de empresas productoras de bombas atómicas y uranio.
La Eurozona está entrando en la
tercera recesión (ver mi artículo “¿Recuperación? Estamos entrando en la
tercera recesión”, Público, 26.08.14). Pero a la Banca, la situación
le está yendo muy bien. Y el Deutsche Bank no es una excepción. Según la BBC
los beneficios de este año han subido un 87% solo el año anterior, con la
friolera cantidad de 3.200 millones de euros. Pero a la vez se continúa
despidiendo a sus empleados, habiéndolo hecho con 6.400 empleados. Como ha
indicado Reinhard Butikofer, dirigente del Partido Verde Alemán, “es
incomprensible para mí que el Deutsche Bank, uno de los bancos con más
beneficios actúe tan cínicamente destruyendo puestos de trabajo, contribuyendo
al elevado desempleo en Alemania”. Conociendo su historia no tendría que ser
tan incomprensible. Así se comportan los que en la práctica han gobernado y
continúan gobernando en Europa hoy.
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