Por Ángeles
Gonzalo Alconada
Cinco Días,
18/08/2014.
Los responsables de los
principales bancos españoles –Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia,
Popular y Sabadell–, coinciden en su gran mayoría. Aseguran que la
reestructuración financiera española ha concluido, a excepción de algún que
otro coletazo que pueda quedar. Y pese a las críticas iniciales, ahora creen
que el Gobierno ha operado, en general, bien y la reforma y saneamiento del
sector han sido positivos. Eso sí, culpan de toda la hecatombe del sector a las
cajas de ahorros.
No esperan sorpresas en los test
de estrés que pueda provocar nuevos ajustes y fusiones en España. Pese a ello,
no descartan que en los próximos dos o tres años vuelva a producirse otra ronda
de fusiones como consecuencia de la todavía baja rentabilidad del negocio
bancario, que provocará la caída de alguna entidad más en ese periodo. Eso es
al menos, lo que los consejeros delegados de estas seis entidades han recalcado
en la presentación de resultados correspondiente al primer semestre del
presente ejercicio.
De momento, y con la
reestructuración en su recta final, la crisis ha provocado en España el
cierre de casi 13.000 oficinas bancarias, lo que equivale a la suma de
la red de CaixaBank, que tiene 5.716 oficinas, Santander con 3.609 sucursales
en el país, y BBVA, con 3.231 agencias si no se cuentan aún las más de 700 que
sumará con la integración de Catalunya Banc. Este recorte supera el 30%
de la red existente en 2008. En los últimos 18 meses se ha acelerado
el ritmo de cierres, sumando más de 4.600. De ellos, unas 600 sucursales se han
clausurado solo en el último trimestre. Santander ha cerrado casi 400 en estos
tres meses y Catalunya Banc ha cerrado 153, correspondientes a la red de fuera
de Cataluña.
Desde que la crisis comenzó a
mostrar sus primeros síntomas se han cerrado una de cada cuatro sucursales
bancarias, regresando a los niveles de los años 80. En esa década fue cuando
las cajas de ahorros iniciaron un muy tímido despegue, que tuvo su punto algido
entre los años 90 y los siete primeros años del presente siglo.
En 2008, primer año en el que se
procedió a un selectivo cierre de agencias bancarias y también ejercicio en el
que se batió récord de oficinas, había en España 45.662 locales. Ahora operan
32.894, número que aún se irá reduciendo como un cuentagotas, poco a poco.
Cuando se inició la crisis existían
en España 55 entidades financieras, ahora hay 16 firmas si se tiene en
cuenta Caja Laboral y Cajamar (hay más rurales, pero son muy pequeñas) y
Deutsche Bank y Caixa Geral, ya que Barclays está de retirada. También hay un
nuevo actor, Evo Banco, primera entidad financiera española dependiente de un
fondo de inversión, Apollo, pero su dimensión es muy reducida también.
La concentración bancaria ha sido
de tal nivel que hasta marzo el 58,3% de la red estaba en manos de las
seis mayores entidades, porcentaje que sobrepasará el 60% una vez BBVA
integre Catalunya Banc, banco adquirido en subasta a finales del pasado mes.
En 2007 CaixaBank, Santander,
BBVA, Sabadell, Popular y Bankia (con las siete cajas que dieron origen a esta
firma) sumaban el 44,4% del total de las oficinas, porcentaje que se rebajó al
43,6% en 2010. Desde entonces han ido acaparando cuota, pese a que todas estas
entidades también han sufrido en mayor o menor medida ajustes, siendo el más
dramático el de Bankia, que cerró el pasado año más de 1.000 sucursales como
consecuencia de su plan de reestructuración impuesto por Bruselas, tras recibir
ayudas por 22.424 millones.
Sabadell ha sido el único banco
que en estos años de crisis ha logrado crecer en número de oficinas debido a
sus operaciones corporativas (ha integrado Banco Guipuzcoano, CAM, Caixa
Penedès, Banco Gallego y la filial española de Lloyds.
También ha sido, como es lógico,
el único que ha incrementado en un 20% su plantilla, con casi 18.000 empleados.
Ibercaja también la ha subido por su fusión con Caja3. Bankinter ha aumentado
el número de trabajadores en un 1%. Llama la atención que BBVA (que solo ha
recortado su plantilla en un 4%, como Popular) y Bankinter sean las entidades
que tienen de media más empleados por oficina. Nueve en el caso del banco que
preside Francisco González, y 11 en el caso del banco que dirige María Dolores
Dancausa.
El que ha metido más
tijera ha sido BMN, con un 34% menos de personal. De los 214.187
empleados en el sector hasta marzo, el 64% trabaja en la gran banca, frente al
46,6% en 2008.
1,7 millones más de negocio
por empleado
La concentración del negocio
bancario en unas 13.000 sucursales menos en algo más de seis años y la
reducción de plantilla han supuesto una mayor agrupación de esta actividad por
local y trabajador. En 2007 el volumen de negocio (créditos y depósitos) que
manejaba de media cada empleado de banca ascendía a 9,98 millones de euros,
cifra que en marzo del presente año ha pasado a 11,7 millones, o lo que es lo
mismo, 1,7 millones más por persona. Si se desglosan estas cantidades por tipo
de negocio, la conclusión es que cada empleado manejaba de media en el cuarto
trimestre de 2012 unos 6,34 millones de euros en créditos, cantidad que
descendió a los 6,19 millones en el primer trimestre de 2013 tras el traspaso
de los activos inmobiliarios a Sareb por parte de las entidades con ayudas.
Desde entonces las cifras han ido subiendo ligeramente, para llegar al primer
trimestre de este año a los 6,3 millones. La media sectorial de depósitos por
empleado ha pasado de 4,836 millones de euros en el último trimestre de 2012 a
los 5,4 millones en marzo de este año. También ha sufrido una importante
variación el número de habitantes por sucursal bancaria. España era, de hecho,
el país con más oficinas por persona, una por cada 1.003 habitantes en 2007.
Era tan densa su red bancaria, que pese a que la reestructuración bancaria del
país ha sido la más drástica de Europa, su número de oficinas por español sigue
siendo la más densa, con una agencia por cada 1.386 habitantes.
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