Por Eduardo
Segovia
El Confidencial, 24/08/2014
El discurso oficial de las
grandes empresas españolas se ha sumado con entusiasmo al mensaje triunfalista que lanzó Mariano Rajoy sobre la
recuperación económica al inicio de las vacaciones. Pero en privado
su visión es mucho más oscura. Al menos la de la banca, que es la clave para la
salida de la crisis. Según confiesan sus ejecutivos, la recuperación no
se ve por ningún lado: siguen adjudicándose inmuebles por falta de
pago, siguen refinanciando a empresas que saben que no van a poder devolver
nunca sus préstamos y el aumento del crédito es casi testimonial.
"La recuperación económica
es aún muy leve, la mejora que muestran las grandes cifras aún no se
traslada a la calle, las gente no está mejor en el día a
día Y todavía queda un tiempo para que veamos el final de la crisis",
señala un ejecutivo de una entidad importante que oficialmente habla de reducción
de la morosidad y de aumento del crédito.
Precisamente, la mejoría de las cifras de morosidad (llevan bajando todos los
meses desde febrero) se ha interpretado como un indicador del final de la
crisis para la banca. Sin embargo, una fuente de otra entidad relevante
descarta esta visión: "La morosidad se ha frenado porque los bancos
seguimos adjudicándonos inmuebles y seguimos refinanciando empresas,
dándoles más tiempo, a pesar de que sabemos que nunca vamos a recuperar esos
créditos. Si no lo hiciéramos, la mora no habría dejado de marcar máximos
históricos".
Respecto al ladrillo, es
verdad que las principales entidades han reducido su stock gracias al
aumento de las ventas en el último año, y que el ritmo de entradas es muy
inferior a los peores años de la crisis. Pero eso no significa que
hayan dejado de entrar inmuebles en los balances de la banca.
"Todos los días entran nuevos activos procedentes de empresas y
particulares que llevan años intentando devolver sus préstamos y a los que se
han concedido facilidades, pero que al final han tenido que tirar la
toalla porque era imposible", explica una de las fuentes.
No
sólo es la banca la que duda de que la recuperación sea tan sólida como asegura
el presidente. Los últimos datos de comercio exterior muestran una
ralentización preocupante, que cuestiona la capacidad de las exportaciones para
seguir siendo el principal impulso del crecimiento
Refinanciaciones a mansalva
En cuanto a las refinanciaciones,
son significativas operaciones recientes como las de Amper, Esther Koplowitz, Sacyr o Prisa; por cierto, es muy significativo que las entidades
corran a deshacerse de deuda del grupo de comunicación con una quita de
'sólo' el 25% . O el crédito de 1.000 millones de los 'bonos
patrióticos' de la Generalitat de Cataluña. Por no hablar de la llamativa refinanciación concedida por Bankia al Valencia Club de Fútbol,
en la que le otorga 15 años más para pagar el crédito de 230 millones con
tres años de carencia de capital. Unas refinanciaciones que ya no hay que
provisionar gracias a la marcha atrás del Banco de España en esta materia.
Claro que hay veces que la banca también se rinde y prefiere quedarse con la
empresa antes que seguir dando patadas hacia delante sin sentido, como en el
caso de San José.
En esta situación, un
incremento del crédito es casi impensable. "Todos los bancos
afirman que están aumentando la nueva producción de crédito, pero este
incremento está muy lejos de los niveles necesarios para salir de la crisis y
los diferenciales a los que se concede son todavía demasiado altos como para
que casi nadie pueda asumirlos. Hace falta que se reduzca de verdad el riesgo
para que los diferenciales bajen, y para eso todavía falta", según uno de
los ejecutivos consultados. El propio BCE confirma que los estándares de crédito en España no se han relajado,
al contrario que en el resto de Europa.
Las cifras macro también
siembran dudas
No sólo es la banca la que duda
de que la recuperación económica sea tan sólida como asegura el presidente del
Gobierno. Los últimos datos de comercio exterior muestran una ralentización
preocupante, que sumada al deterioro del PIB en Alemania,
Francia e Italia, cuestiona la capacidad de las exportaciones para seguir
siendo el principal impulso del crecimiento español. El Gobierno insiste en mantener sus previsiones de crecimiento,
pero cada vez más economistas las cuestionan.
En todo caso, el sector
financiero considera que lo peor ha pasado: "No es que las cosas
vayan a ir todavía a peor, es que todavía no han empezado a mejorar y van a
tardar en hacerlo", según una de las fuentes consultadas. "No creemos
que vaya a haber más paro, pero sí que el actual se va a reducir muy lentamente",
añade otra. Lo mismo ocurre con la propia banca: "El problema no es que el
deterioro vaya a hundir a nadie más que haya que rescatar, sino que no vamos a
poder dejar de hacer provisiones ni liberarlas, lo que va a impedir que la
rentabilidad del negocio mejore desde los niveles mínimos actuales"
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