Por E. Contreras
El Economista.es,25/08/2014.
Con los primeros signos de
recuperación económica algunos indicadores bancarios ofrecen síntomas de
mejora: el hundimiento del crédito parece que se frena y la entrada de nuevos
impagos muestra señales de agotamiento.
Pero el deterioro de los activos,
en su globalidad, sigue sin detenerse. La banca dio por perdidos 73.065
millones de euros hasta final de 2013, cifra que excede en 9.308 millones o el
14,59% los 63.757 millones acumulados hasta el ejercicio previo.
Son los llamados
"fallidos", catalogación que reciben los activos cuando la expectativas
de recuperación son casi nulas. El volumen se ha disparado un 129,34% desde
2009, detalla la Memoria de Supervisión del Banco de España. Bajo este título
se alojan las financiaciones que han pasado, sin éxito, todo el proceso de
recobro desde que saltan las alarmas de apuros del cliente; y otros activos
como son los préstamos condonados.
Para tener mejor imagen del
menoscabo causado por la crisis en el balance de la banca, es preciso sumar los
créditos dudosos o morosos, denominación que reciben nada más acumular el
cliente tres cuotas de amortización sin pagar. La suma de fallidos y dudosos
elevó el problema a 270.300 millones el pasado año -197.235 millones eran solo
dudosos-, un 17% superior a los 231.245 millones del año previo y los 125.186
millones de 2009.
El boquete tiene gran parte de su origen en la alegría con que se financió el boom
inmobiliario. A finales de 2013, el sector arrastraba 173.900 millones
entre financiación problemática e inmuebles adjudicados, equivalente al 8,2% de
su balance. Solo los activos adjudicados ascendían a 79.100 millones, cubiertos
con provisiones al 49% de su valor, estima el servicio de estudios de La Caixa.
Cuando una operación suma tres
impagos, el Banco de España exige considerarla dudosa y comenzar a efectuar
provisiones por si deriva en un quebranto irrecuperable. En ese momento se
activa toda la maquinaria para dar facilidades al cliente a fin de que se ponga
al corriente y restaurar la calificación de "normal" a la operación:
rebajas en los intereses, ampliar el plazo de repago, refinanciaciones, etc.
Si el proceso es infructuoso
pasan al cajón de fallidos y las entidades los dan de baja de los balances. En
la práctica no representan riesgo alguno porque han sido provisionados en su
totalidad y no devorarán más recursos. Han dejado de ser problema contable pero
resultan alto expresivos de la gravedad de la crisis.
El volumen engorda a un ritmo
acelerado fruto de distintos factores, aunque el más determinante es que, una vez
completado el saneamiento e intentado, sin éxito, ayudar al cliente a pagar la
deuda con facilidades en su abono, el último capítulo es declararlo fallido. Y
una vez realizada la dotación hay un incentivo en la venta de carteras fallidas
por las que pujan casi medio centenar de especialistas en recobro y de fondos
extranjeros.
Los inversores suelen pagar
apenas entre un 1 ó 5% del valor nominal en créditos al consumo y hasta el 50%
si la financiación está avalada con inmuebles que pueden quedarse al ejecutar
la hipoteca. Para la banca, cualquier ingreso es plusvalía al estar totalmente
provisionado. Los compradores confían en recuperar entre un 5 y 15% del importe
volviendo a ofrecer facilidades de pago al cliente o permitiéndoles simplemente
cancelar la deuda con un abono similar. Es el equivalente a permitirles que
dejen su deuda atrás con quitas del 85 ó 95%, algo fuera de la práctica
bancaria por riesgo de contaminar la gestión.
Se estima que el pasado año
pudieron venderse carteras con créditos e inmuebles por un valor nominal de
6.000 a 10.000 millones, aunque son transacciones confidenciales y muchas nunca
salen a a luz.
Lo razonable es que la cartera de
fallidos irá a más por el elevado saldo en dudosos. Ha de pasar un año o
incluso varios para que la entidad desista de su recuperación desde que se
declaran los primeros impagos. Tras alcanzar un récord el pasado enero, el
saldo de morosos se ha deslizado hasta 185.862 millones en, es decir, 11.414
millones menos desde el máximo histórico. Habrá que comprobar si dicha
disminución es por menor entrada de impagos o porque muchos se dan por perdidos
y van a engrosar la cartera de quebrantos.
Disponible en:
http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/50023286782/empresas-finanzas/noticias/6029222/08/14/La-banca-da-por-perdidos-73000-millones-por-impagos-en-financiacion-el-14-mas.html#.Kku8dIqTxF9aHSj
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