martes, 26 de agosto de 2014

La banca da por perdidos 73.000 millones por impagos en financiación, el 14% más.


Por E. Contreras
El Economista.es,25/08/2014.

Con los primeros signos de recuperación económica algunos indicadores bancarios ofrecen síntomas de mejora: el hundimiento del crédito parece que se frena y la entrada de nuevos impagos muestra señales de agotamiento.

Pero el deterioro de los activos, en su globalidad, sigue sin detenerse. La banca dio por perdidos 73.065 millones de euros hasta final de 2013, cifra que excede en 9.308 millones o el 14,59% los 63.757 millones acumulados hasta el ejercicio previo.

Son los llamados "fallidos", catalogación que reciben los activos cuando la expectativas de recuperación son casi nulas. El volumen se ha disparado un 129,34% desde 2009, detalla la Memoria de Supervisión del Banco de España. Bajo este título se alojan las financiaciones que han pasado, sin éxito, todo el proceso de recobro desde que saltan las alarmas de apuros del cliente; y otros activos como son los préstamos condonados.


Para tener mejor imagen del menoscabo causado por la crisis en el balance de la banca, es preciso sumar los créditos dudosos o morosos, denominación que reciben nada más acumular el cliente tres cuotas de amortización sin pagar. La suma de fallidos y dudosos elevó el problema a 270.300 millones el pasado año -197.235 millones eran solo dudosos-, un 17% superior a los 231.245 millones del año previo y los 125.186 millones de 2009.

El boquete tiene gran parte de su origen en la alegría con que se financió el boom inmobiliario. A finales de 2013, el sector arrastraba 173.900 millones entre financiación problemática e inmuebles adjudicados, equivalente al 8,2% de su balance. Solo los activos adjudicados ascendían a 79.100 millones, cubiertos con provisiones al 49% de su valor, estima el servicio de estudios de La Caixa.

Cuando una operación suma tres impagos, el Banco de España exige considerarla dudosa y comenzar a efectuar provisiones por si deriva en un quebranto irrecuperable. En ese momento se activa toda la maquinaria para dar facilidades al cliente a fin de que se ponga al corriente y restaurar la calificación de "normal" a la operación: rebajas en los intereses, ampliar el plazo de repago, refinanciaciones, etc.

Si el proceso es infructuoso pasan al cajón de fallidos y las entidades los dan de baja de los balances. En la práctica no representan riesgo alguno porque han sido provisionados en su totalidad y no devorarán más recursos. Han dejado de ser problema contable pero resultan alto expresivos de la gravedad de la crisis.

El volumen engorda a un ritmo acelerado fruto de distintos factores, aunque el más determinante es que, una vez completado el saneamiento e intentado, sin éxito, ayudar al cliente a pagar la deuda con facilidades en su abono, el último capítulo es declararlo fallido. Y una vez realizada la dotación hay un incentivo en la venta de carteras fallidas por las que pujan casi medio centenar de especialistas en recobro y de fondos extranjeros.

Los inversores suelen pagar apenas entre un 1 ó 5% del valor nominal en créditos al consumo y hasta el 50% si la financiación está avalada con inmuebles que pueden quedarse al ejecutar la hipoteca. Para la banca, cualquier ingreso es plusvalía al estar totalmente provisionado. Los compradores confían en recuperar entre un 5 y 15% del importe volviendo a ofrecer facilidades de pago al cliente o permitiéndoles simplemente cancelar la deuda con un abono similar. Es el equivalente a permitirles que dejen su deuda atrás con quitas del 85 ó 95%, algo fuera de la práctica bancaria por riesgo de contaminar la gestión.

Se estima que el pasado año pudieron venderse carteras con créditos e inmuebles por un valor nominal de 6.000 a 10.000 millones, aunque son transacciones confidenciales y muchas nunca salen a a luz.

Lo razonable es que la cartera de fallidos irá a más por el elevado saldo en dudosos. Ha de pasar un año o incluso varios para que la entidad desista de su recuperación desde que se declaran los primeros impagos. Tras alcanzar un récord el pasado enero, el saldo de morosos se ha deslizado hasta 185.862 millones en, es decir, 11.414 millones menos desde el máximo histórico. Habrá que comprobar si dicha disminución es por menor entrada de impagos o porque muchos se dan por perdidos y van a engrosar la cartera de quebrantos.

Disponible en:
http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/50023286782/empresas-finanzas/noticias/6029222/08/14/La-banca-da-por-perdidos-73000-millones-por-impagos-en-financiacion-el-14-mas.html#.Kku8dIqTxF9aHSj

 


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