Por Rosa Guevara
Landa
Rebelión, 02/02/2016.
Este luchador, dirigente y diputado imprescindible en el que
se está convirtiendo (que ya es) Alberto Garzón Espinosa [AGE] nos ha regalado
otro de sus excelentes textos de intervención en el global-imperial-felipista.
Como nos corren a boinazos a las de rebelión si reproducimos los artículos que
publican, hago una glosa –con algún complemento- del artículo del diputado
“casi medio millón de votos” de Unidad Popular-IU [1].
Para situarnos un poco el marco general, desde el punto de
vista de la clase obrera (especialmente si pensamos en compañeras
trabajadoras), podría ser descrito así: porcentaje de los contratos parciales
en España en 2015: 35% (6,5 millones). Contratos realizados a lo largo de ese
año: 18,6 millones. Contratos temporales: 17,07 millones, el 92% (los contratos
por horas alcanzaron los 6,4 millones). Nivel de empleo en 2006: 20,6 millones;
empleo en 2015: 17,9 millones. Duración media de los contratos en 2006: 79
días; en 2015: 53,4 (decremento del más del 30%). Tasa de temporalidad a
finales de 2015: en torno al 26%. Porcentaje de los trabajadores a tiempo
parcial que preferirían un empleo en jornada completa: 62%
Me centro en el artículo de nuestro joven diputado.
Durante los próximos meses nuestro país tendrá que enfrentar
nuevos e importantes retos sociales, políticos, económicos y ecológicos, señala
AGE (sin olvidarse del último atributo). Por eso no parece que tenga mucho
sentido “que el debate actual, sobre la conformación de un nuevo Gobierno, esté
girando en torno a abstracciones y riñas de poder en el seno de los partidos.
El clásico quítate tú que me pongo yo”. No, no lo tiene, o cuanto menos no
tiene un sentido marcadamente democrático y de izquierdas. Al contrario,
apunta, “lo sensato es el planteamiento de propuestas concretas, programáticas,
que ofrezcan una respuesta válida a todos esos retos. Y, sobre esas propuestas,
el debate serio y honesto”. Es una razonable llamada al
programa-programa-programa del que tanto se rieron (insultos incluidos) cuando fue
formulado por el maestro Julio Anguita, alguien de quien un profesor mío,
Francisco Fernández Buey, siempre hablaba con admiración y camaradería.
Uno de esos retos, recuerda AGE, es el que afectará al
sistema financiero español. En el corazón de las tinieblas del poder, allí nos
sitúa. “Como es sabido, la reciente crisis financiera y la política de los
últimos gobiernos han cambiado completamente el panorama del sector”. Casi de
forma generalizada, las cajas de ahorro se han transformado definitivamente en
bancos y unas pocas entidades se han hecho con el control del mercado”. El
viejo sueño de las familia Botín, los grandes muñidores del actual sistema
bancario oligárquico. Al mismo tiempo, recuerda AGE, “la política de
privatización de las ganancias y socialización de las pérdidas del Gobierno del
PP ha permitido sanear los balances de muchas entidades e incluso nacionalizar
de facto algunas de ellas”. Bankia sería un ejemplo.
Sin embargo, matiza el diputado de UP-IU, “la economía real
no parece haberse beneficiado de todo ello y, en tanto el sistema financiero
vive de la economía real -cosa que tiende a olvidarse demasiado a menudo-, han
vuelto las tensiones al sector”.
La presunta recuperación económica, que AGE describe muy
bien como “en realidad bonanza macroeconómica y miseria microeconómica”
(recuérdense los datos iniciales), está basada “en la inyección billonaria de
dinero en el sistema financiero internacional”. Lo sabido que no hay que
olvidar digan lo que digan: “los principales bancos centrales del mundo
desarrollado han abierto una barra libre de liquidez que ha inundado el sistema
financiero y ha animado los mercados durante los últimos años”. Subieron las
bolsas, aunque no pasen ahora por su mejor momento, “bajó la prima de riesgo y,
en suma, aquellos actores que operaban en el sistema financiero vieron cómo
continuaba el flujo de dinero -y de especulación- y con ello también sus
ganancias”. Pero, y este es un punto muy importante, “por lo general ese dinero
no ha bajado a la economía real, que sigue asolada por el paro, la precariedad
y la desigualdad, y estas prácticas solo han servido para mantener los
indicadores macroeconómicos aparentemente sanos”. Su conjetura, incluso su
predicción sin fecha (como no podía ser de otro modo): “Pero lo que realmente
hay de fondo es la crudeza de las burbujas financieras, y las tensiones y las
contradicciones no tardarán mucho en estallar. De hecho, ya vemos algunas
señales en la situación reciente de las bolsas en Estados Unidos y China”.
Para AGE, una nueva crisis financiera internacional “es una
hipótesis cada vez más plausible”. Las condiciones objetivas están dadas. “Las
consecuencias para una economía como la nuestra serían dramáticas, más aún
cuando los últimos años no han sido aprovechados para fortalecer los
instrumentos públicos”.
Empero, en su opinión, “estamos a tiempo de responder si un
nuevo Gobierno manifiesta y pone en marcha tal voluntad política”. La
propuesta, para AGE, es aquí clara (y también distinta): “paralizar de forma
inmediata el proceso de privatización de las entidades financieras
nacionalizadas y aprovechar la situación actual para conformar y extender un
polo de banca pública que permita afrontar con mayores garantías los retos
próximos”. NO es una quimera, no es radicalismo, no es la revolución
socialista. Es una alternativa de política económica pensada desde los de
abajo, como diría el autor de Leyendo a Gramsci.
Las observaciones y propuestas finales del dirigente de
UP-IU: 1. No cabe duda de que el sistema financiero español, como el europeo,
necesita una regulación más estricta que alinee sus intereses a los de la
economía real. 2. Hay que revertir esa desconexión que existe entre el mundo
financiero y la economía real. 3. Es fundamental que exista un polo de banca
pública con la que poder proteger a la ciudadanía y a nuestros ahorros. 4. Con
ello, facilitar una política de alquiler público barato. 5. Reducir el
imponente poder de la oligarquía financiera, establecer líneas de crédito a
sectores productivos relevantes y transformar nuestro modelo productivo.
Todo ello, afirma AGE de forma más que razonable, no sólo es
necesario sino “que también posible… si se quiere”. Y nosotras queremos por
supuesto
PS. ¿Conjeturan la autoría de los siguientes pasajes? “La
reciente recuperación del mercado laboral no se ha trasladado a una mejora de
los índices de pobreza y exclusión social, que continúan creciendo y se sitúan
entre los más altos de la UE”. “Hay más pobreza en todos los niveles, incluida
la pobreza severa, por elevado paro de larga duración y por el rápido
crecimiento del trabajo a tiempo parcial, que se sitúa entre los más elevados
de Europa”.
¿En quién han pensado? ¿En Alberto Garzón Espinosa? Frío,
frió. Son del informe “España 2016”, que la Comisión Europea presentará el
próximo 24 de febrero.
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