Por Miguel Carrión
El diario.es, 11/02/2016.
Los mercados financieros europeos no ganan para sustos en lo
que va de año. El último aviso lo ha dado Deutsche Bank, cuyas acciones
perdieron un 10% el martes, se recuperaron ligeramente el miércoles y en la
sesión del jueves han cerrado con una caída del 6%, perdiendo casi un 40% de su
valor bursátil en lo que va de 2016. Las
bolsas europeas se desploman por miedo a la banca, el Ibex ha cerrado
con una caída del 4,9% y la bolsa alemana del 2,9%. Estas son algunas de las
cuestiones más importantes que planean sobre el primer banco alemán y que
profundizan el derrumbe bursátil.
¿Es Deutsche Bank el
nuevo Lehman Brothers?
Probablemente sea exagerar, pero es verdad que Deutsche Bank
es un banco de los llamados sistémicos, por su tamaño y centralidad en el
sistema financiero. Además, al ser un banco de inversión está más apalancado,
más endeudado y menos capitalizado, que otros. Y un tercio de su balance es el
valor de mercado de sus derivados. Al mismo tiempo también es el banco
"demasiado grande para quebrar" ( too big to fail) por antonomasia, y
existe el convencimiento de que el Gobierno alemán no sólo no lo dejará caer
sino que no miraría con buenos ojos un intento de adquisición extranjero. El
ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble dijo el martes que no le
preocupa Deutsche Bank, pero los inversores no le hicieron caso y siguieron
vendiendo.
¿Por qué cae Deutsche
Bank en bolsa?
A Deutsche Bank no le ha ido demasiado bien en los últimos
años. Sus acciones llevan perdiendo valor a ritmo lento pero seguro desde 2009,
cuando parecía que lo peor de la crisis financiera en Alemania había pasado
(Alemania rescató sus bancos ya en 2008 por medio del SoFFin, un mecanismo
parecido al FROB español). Sin embargo, Deutsche Bank ha tenido muchos
problemas desde entonces, en particular legales ya que se ha visto envuelto en
casi todos los escándalos internacionales de la banca de inversión, como por
ejemplo la manipulación del Euríbor o del Líbor.
En sus recién publicadas cuentas anuales declaró pérdidas de
casi 7.000 millones de euros como resultado de provisiones para hacer frente a
posibles futuros gastos legales, así como de reconocer importantes deterioros
en el valor de algunos activos. El banco está embarcado en un proceso de
reestructuración de dos años para el que han fichado especialmente al actual
consejero delegado, John Cryan, y en el que espera reducir plantilla en 35.000
personas en todo el mundo.
Las perspectivas del banco no son buenas porque su modelo de
negocio de banca de inversión se enfrenta al entorno de bajos tipos de interés,
a la desaceleración de China, o al posible impacto de la salida del Reino Unido
de la Unión Europea. Los accionistas han perdido la confianza o la paciencia.
¿Por qué oscilan
tanto las acciones?
Hay quien opina que es el momento de comprar acciones de
Deutsche Bank, y los más atrevidos se lanzaron el miércoles a hacerse con lo
que consideraban una ganga porque en realidad es un banco barato en comparación
con otros. Pero Deutsche Bank ha hecho dos cosas que no han ayudado mucho, y se
rumorea sobre una tercera que sí podría echarle un cable.
Lo primero fue publicar sendas cartas a los empleados del consejero
delegado asegurando a la plantilla que el banco es “sólido como una roca”, y
del director financiero diciendo que el banco tiene suficiente liquidez para
pagar los intereses de sus ‘cocos’. Ninguna de las dos cartas impresionó a los
inversores. Lo que sí pareció convencerlos fue el rumor de que el banco se
prepara para una recompra de miles de millones de euros de sus propios bonos.
¿Cocos? ¿Qué es eso?
Los cocos u obligaciones convertibles contingentes son
instrumentos híbridos -como las preferentes- de capital, muy apreciados por los
supervisores porque permiten a los bancos financiarse más barato que emitiendo
acciones. Hacen posible recapitalizar el banco automáticamente en caso de
dificultades. Esto es así porque contienen cláusulas que convierten los cocos
en acciones si se deteriora el capital del banco, o si el banco deja de pagar
los intereses sobre ellos. Por eso es importante que Deutsche Bank asegure que
puede pagar los intereses sobre ellos, aunque los inversores no se dejaron
impresionar.
¿Y la recompra de
bonos?
Eso sería una demostración de fuerza por parte del banco.
Demostraría por una parte que le sobra liquidez, y es verdad que Deutsche Bank
declara activos líquidos por valor de más de 200.000 millones de euros en sus
estados contables. Se habla de recomprar la friolera de 50.000 millones de
euros en bonos, comparable a su valor contable, más del doble que su
capitalización bursátil, y entre un cuarto y un tercio de toda su deuda
emitida.
También demostraría que está dispuesto a confirmar sus
palabras con su dinero y recomprar sus bonos ‘senior’ porque cree que están
baratos en el mercado secundario. Al reducir su deuda, haría el remanente más
fácil de pagar, y mejoraría el precio de sus seguros de impago (CDS). Y la
mejora de los CDS mejoraría el valor de las acciones. Parece que sólo el rumor
ya sirvió para revertir el miércoles la caída sufrida por las acciones el
martes pero no fue suficiente para contener las pérdidas en la sesión del
jueves.
¿Y por qué cae de
nuevo hoy?
No hay nueva información que lo justifique, así que quizás
es la falta de información. El banco sigue sin confirmar oficialmente la
recompra de bonos y los inversores se impacientan.
¿Y el resto de los
bancos europeos?
Desde principios de año caen las bolsas de todo el
continente arrastradas por sus bancos. Pero los inversores también están
vendiendo bonos de bancos y gobiernos, y comprando seguros de impago (CDS).
Esto quiere decir dos cosas: los inversores no se fían de los bancos, pero
tampoco se fían de que los estados no los tengan que volver a rescatar. Parece
que a los inversores no les acaba de convencer la tan cacareada unión bancaria,
que se supone que iba a romper el círculo vicioso entre bancos y gobiernos.
Con el año nuevo entró en vigor una nueva Directiva Europea
de Reestructuración y Resolución Bancaria que exige que, en caso de
reestructuración de un banco antes de recapitalizarse con dinero público deben
asumir pérdidas los accionistas, bonistas subordinados, y en algunos casos
hasta los bonistas ‘senior’ o los depositantes por encima de la garantía de
depósitos de 100.000 euros.
No habían pasado tres semanas desde la entrada en vigor de
la nueva norma cuando se desplomaron en bolsa los bancos italianos. Siguieron
cayendo durante dos semanas más incluso después de que el Gobierno italiano
llegase a un acuerdo con las autoridades europeas de competencia sobre una
especie de banco malo. Los inversores no se fían.
Pero para los bancos italianos había excusa: en el otoño se
habían reestructurado cuatro pequeños bancos obligando a los bonistas
subordinados a asumir pérdidas, y llevándose por delante a miles de
preferentistas, como en España en 2012, con suicidio de un pensionista
incluido.
Para lo que no había razón aparente es para lo de esta
semana. El lunes caían fuertemente los bancos de toda la periferia -en especial
los bancos griegos, que se supone que se habían recapitalizado en diciembre
superando las expectativas más optimistas- y después los bancos de Centro
Europa, con todas las miradas puestas en Deutsche Bank. Por eso podemos decir
que la unión bancaria no funciona. Aunque hay quien le echa la culpa a los
bancos centrales porque las políticas de tipos negativos y de recompra de bonos
a la postre reducen los márgenes de intereses al reducir la diferencia entre
los tipos de corto y de largo plazo.
Disponible en:
http://www.eldiario.es/economia/Deutsche-Bank-derrumba-Lehman-Brothers_0_483301897.html
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