Por Jorge Zuloaga
Vozpópuli, 30/10/2016.
La banca española sigue sin desenladrillar su balance. Las
principales entidades financieras acumulan pérdidas de 2.419 millones en 2016,
sólo con datos de Banco Popular, Sabadell, CaixaBank, BBVA y Santander. A pesar
de que la situación mejora frente a hace un año, -los números rojos se reducen
un 16%- sigue siendo preocupante, suponiendo un lastre para unas cuentas ya de
por sí debilitadas por los bajos tipos de interés.
Lidera las pérdidas Banco Popular, que con 27.700 millones
en activos inmobiliarios es el banco con más tarea pendiente en el saneamiento
de su balance. Su sociedad del ladrillo arrastra números rojos de 723 millones
en 2016, y todo ello sin que haya todavía aflorado gran parte de las
provisiones pendientes. Las pérdidas podrían ascender a 2.000 millones a final
de año, después de provisionar más de 4.000 millones.
Al igual que la mayor parte de los bancos, Popular ha dejado
para el último trimestre la adaptación a la nueva normativa contable del Banco
de España, que entró en vigor el 1 de octubre. La mayoría de los banqueros dice
que ponerse al día "no tendrá un impacto relevante" en sus cuentas,
aunque sí que implicará elevar la morosidad y cambiar provisiones de unas
partidas a otras.
"Estamos avanzando en el proceso. Hemos optado por usar
modelos internos, cuyo desarrollo hemos terminado hace poco. Ahora tenemos que
contrastar los datos y validarlos antes de final de año. De momento no tenemos
información de que pueda suponer un impacto significativo", explicó en
resultados Jordi Mondéjar, director de intervención de CaixaBank. De momento,
la entidad catalana ha reducido a la mitad sus pérdidas inmobiliarias durante
2016, de 1.014 millones a 517 millones.
El que ya ha puesto al día sus provisiones es Banco
Sabadell, que calcula el impacto de la circular en 350 millones, de los que
dotó en el primer semestre los 200 millones que necesitaba. Por ello, los
números rojos en el ladrillo se han disparado de los 395 millones de los nueve
primeros meses de 2015 a los 648 millones anunciados esta semana.
Banco Santander también aplazó al último trimestre la
adaptación a la nueva norma, descartando un impacto extra en provisiones, pero
reconociendo que la morosidad se elevará en 300 millones. De los grandes
grupos, es el que menos pierde en ladrillo, 217 millones entre enero y
septiembre.
La situación de Bankia es similar, ya que tal y como
anticipó José Sevilla, consejero delegado, en los dos próximos meses habrá
"un pequeño aumento de los dudosos, ya que para algunos refinanciados se
endurece la clasificación contable. Los efectos globales serán poco
materiales". Esta entidad no facilita sus pérdidas inmobiliarias, ya que
son asumibles tras traspasar casi todo su ladrillo en 2012 a Sareb.
Por su parte, tanto BBVA como Bankinter ven incluso
posibilidades de liberar algunas provisiones a final de año, aunque las destinarían
a otras partidas y el efecto sería neutro.
Todo ello refleja que la tendencia general del sector es que
todavía hay agujero por aflorar en el ladrillo, lo que se acentuará en los dos
próximos años con la adaptación a la normativa internacional IFRS 9. Por si
fuera poco, esta falta de provisiones llega en un momento crítico, ya que las
entidades han sufrido un frenazo del 6% en márgenes y del 8% en beneficio, sólo
teniendo en cuenta el negocio en España. La tormenta está lejos de amainar en
el sector.
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