Por Andreu Missé
El Diario.es, 04/06/2018.
El periodista, economista y escritor Joaquín Estefanía ha
realizado la tarea más difícil: explicar las revoluciones y contrarrevoluciones
de los últimos 50 años. Y, sobre todo, cómo las ha vivido y afrontado la
generación que ahora se jubila y a la que el autor pertenece.
El libro 'Revoluciones' (Galaxia Gutenberg) cuenta la la
historia que empezaron los jóvenes en 1968 en distintas partes del mundo, desde
Berkeley hasta París, Berlín, Madrid y Barcelona, y todo lo que ha ocurrido
después. En realidad, es un relato mucho más completo en que a un lado del ring
están los años mágicos -1968, (Mayo), 1999, (movimiento antiglobalización y
2011 (los indignados)-, y en el otro los reactivos: 1979 y 1980 (Margaret
Thatcher y Ronald Reagan), 2001 (los neoconservadores) y 2016 (Donald Trump).
El autor ordena y analiza de manera sistemática y rigurosa
el impacto que han tenido estas revoluciones en un relato comprensible en el
que se apoya no tan solo de filósofos, políticos y economistas, sino también de
historiadores, cineastas y poetas. Discípulo predilecto de Javier Pradera,
Estefanía (Madrid, 1951) ha dedicado dos años de trabajo exhaustivo en la
elaboración de este libro que incorpora las reflexiones y vivencias de toda una
vida de periodista comprometido en la consecución de una sociedad más libre y
justa. El autor se confiesa "partícipe y testigo de una generación que
amaneció a la madurez con la alegría revolucionaria de Mayo del 68 y que se
jubila en pleno vigor de una revolución conservadora y de los populismos de
extrema derecha".
Es una realidad constatable que en el momento de escribir
este ensayo fundamental para comprender las transformaciones económicas y
sociales que ha experimentado el mundo, las ideas conservadoras se encuentran
en plena hegemonía. Quizá por ello, el autor para reafirmar sus convicciones,
ha querido acabar su relato con unas esperanzadoras palabras del filósofo y
político francés Benjamin Constant: "Desde que el espíritu del hombre
emprendió su marcha (...) no hay invasión de bárbaros, ni coalición de
opresores, ni evocación de prejuicios que pueda hacerla retroceder".
Es también el mensaje que recoge la metáfora de Marx sobre
los topos, símbolo de la izquierda política, que representa al revolucionario
que trabaja con sigilo y paciencia para transformar la sociedad. En esta misma
línea, el autor menciona también las palabras del líder sesentayochista de la
IV Internacional, Daniel Bensaïd, para expresar la labor del topo. "Él
encarna el rechazo a resignarse a la idea de que la historia está llegando a su
fin".
Estefanía reconoce la inspiración que le proporcionó la película
La mejor juventud, (2003), de Marco Tullio Giordana, que relata las vivencias
de una familia italiana desde la década de los sesenta del siglo XX hasta
nuestros días. El autor confiesa que "este libro ha tratado de ser un
correlato, en un contexto muy distinto, y no en el terreno de la ficción, sino
en el del ensayo de aquella película". "A través de los
acontecimientos del último medio siglo, - a veces vividos de modo directo,
siempre seguidos obsesivamente mediante el uso de los distintos medios de comunicación,
en su edad de oro-, el autor ha sido partícipe y testigo de una generación que
amaneció a la madurez con la alegría revolucionaria de Mayo del 68 y que se
jubila en pleno vigor de la revolución conservadora y de los populismos de
extrema derecha que amenazan con llevarse por delante muchas de las conquistas
civilizatorias de este tiempo".
Este es un libro de ideas, de las ideas que han fundamentado
las revoluciones de este último medio siglo. El autor sintetiza en los
siguientes factores que unificaron los tres movimientos protagonizados
fundamentalmente por los jóvenes –Mayo del 68, antiglobalización e indignados-.
En primer lugar, destaca "la rebelión contra todo tipo de autoridad"
que implicaban luchas en territorios muy distintos como la educación, la
familia o los medios de comunicación tradicionales.
Un segundo factor de unificación de estos tres movimientos
ha sido la indignación por "la desigualdad con la que los infortunios
golpeaban en cada momento a los distintos segmentos de la sociedad".
Estefanía precisa cómo el concepto de clase social se ha ido transformando con
una complejidad creciente, dejando confusos sus contornos. Hay una rebelión
contra las élites, que tratan de que no se sepa de ellas. De esta reflexión
salió el lema Occupy Wall Street "Somos el 99%, el 1% son los otros".
El tercer elemento se refiere a los poderes fácticos contra
los que históricamente se han producido las revoluciones. "Hubo un
tiempo", señala el autor, "en que lo fueron la Iglesia, el ejército y
la banca. Los dos primeros se disolvieron en el ethos de las sociedades
democráticas, y quedó el sistema financiero, los mercados, que devinieron en el
enemigo principal de los jóvenes contestatarios". Un enemigo que cada vez
es más asumido por un creciente número de fuerzas e instituciones a medida que
se van conociendo los estragos de su poder absoluto y malas prácticas. Quizá
por ello como señala el autor podría defenderse que "Mayo del 68 nunca ha
concluido del todo".
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