Por Carlos Sánchez Mato
Attac Madrid, 16/3/2013.
En la madrugada del sábado los
ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea acordaron proporcionar un
préstamo de 10 mil millones de euros a Chipre para que el país rescate a su
sistema bancario. A cambio, se obliga a este gobierno conservador a establecer
un impuesto del 6,75% sobre los depósitos de hasta 100.000 euros y del
9,9% en los depósitos por encima de esa cantidad. Con esta medida, el
estado chipriota recaudará 5.800 millones de euros. Para evitar la huida masiva
de los depositantes, las entidades han retenido ya esa cantidad, y se han
limitado las transferencias para impedir una retirada masiva de fondos.
En definitiva, el
corralito en plena Unión Europea.
El camino que se ha iniciado en
Chipre no tiene vuelta atrás. Se ha cruzado una línea que era el único
obstáculo que impedía en estos últimos años la quiebra del sistema bancario de
la mayoría de los países europeos.
Según se han apresurado a
declarar fuentes del Ministerio de Economía, el rescate que la Unión Europeaha
realizado a Chipre y que incorpora por primera vez la realización de
quitas a los ahorradores “no es extrapolable a ningún otro país”.
El argumento es que Chipre tiene un sector bancario sobredimensionado, una
situación muy compleja y una profunda crisis inmobiliaria. La verdad es que no
parecen argumentos muy tranquilizadores para los depositantes españoles…
Y no lo son porque el sistema
bancario estaba y está en quiebra. El único motivo por el que los ciudadanos
españoles no retiran de forma masiva sus ahorros de las insolventes entidades
bancarias es la confianza en que el Estado protege sus depósitos hasta un
importe de 100 mil euros por titular. Saben que el Fondo de Garantía de
Depósitos no dispone de patrimonio para responder ni a la quiebra de una
pequeña entidad como el Banco de Valencia por lo que su utilidad en caso de una
crisis global como la actual es nula.
Si el Gobierno español
adoptara una decisión similar, se recaudarían más de 148 mil millones de euros
según las estimaciones que podemos realizar con los datos de depósitos de las
entidades bancarias publicados en junio de 2012. De esa cantidad, más de 53 mil
millones de euros corresponderían a los titulares de depósitos de importe
inferior a los 100 mil euros. Desde el miope punto de vista del Gobierno puede
ser muy tentador “meter la mano” en los ahorros de la ciudadanía para
recapitalizar a bancos y cajas de ahorros. Sin embargo, esa actuación
no conseguiría en ningún caso el objetivo perseguido. Los depósitos de la
clientela suponen aproximadamente el 44% de la financiación de los activos del
sistema bancario español. Con toda seguridad se produciría una contracción
brutal de la confianza en la seguridad de los particulares y el efecto sería
demoledor para las entidades.
Hasta ahora, mi opinión había
sido que las élites en el poder no se atreverían a resolver la falta de capital
de las entidades financieras expoliando a los depositantes por la enorme
repercusión política que esas medidas supondrían. Sin embargo, no contaba con
la torpeza de los reunidos esta semana en Bruselas. Solamente una
nacionalización inmediata y permanente de todo el sector bancario puede salvar
los ahorros de los europeos pero no parece que esto forme parte de la agenda de
la Comisión Europea.
El plan diseñado para Chipre es
una experiencia piloto y las consecuencias de esa actuación serán analizadas
con todo detalle por los jefes de Estado y de Gobierno de los países
pertenecientes ala Unión Europea.Silogran atajar las consecuencias de esta
decisión, es decir, si no se produce una huida desesperada de los depositantes
(no solamente de los chipriotas) y una protesta social equivalente a la
magnitud de la tropelía, actuarán de igual forma en la siguiente fase del
rescate bancario que tendrá lugar en los próximos años en los países del Sur de
Europa.
La parte positiva es que,
por fin, se producirá el estallido social.
Disponible en: <http://www.attacmadrid.org/?p=8971>
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