Diario Cinco Días,
8/3/2013.
El duro sacrificio de
saneamientos protagonizado por la banca española durante el pasado ejercicio
podría no haber bastado para conjurar al fantasma del ladrillo. Los analistas
de la agencia de calificación Moody´s estiman que el sector acumula unos
200.000 millones de euros en riesgo inmobiliario que el Banco de España no
tiene reconocidos como tal, por lo que no habrían sido dotados ni traspasados
al banco malo.
“Nosotros hacemos una
catalogación diferente del riesgo inmobiliario, frente a la que realizan los
bancos, sobre el estado de distribución del riesgo crediticio”, avanza Alberto
Postigo, vicepresidente y analista senior del sector financiero en Moody´s,
quien explica que mientras el Banco de España “toma como referencia la
finalidad del préstamo, en Moody´s atendemos al criterio CNAE”. Las siglas
hacen referencia a la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, el
criterio que utiliza habitualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE),
por ejemplo, al catalogar la actividad empresarial de las compañías o de los
trabajadores adscritos a estas. Así, Moody´s, que mide el riesgo crediticio
controlando “a quién” se presta, incluye como exposición al ladrillo los
préstamos dirigidos a dos de los 21 sectores recogidas en CNAE: “construcción”
y “actividades inmobiliarias”. El Banco de España, por su parte, mide el riesgo
valorando “para qué” es el crédito.
La diferencia, ilustran desde la
agencia, es que ante un préstamo concedido a una promotora para la compra de
camiones, el supervisor financiero español no lo catalogaría como riesgo
inmobiliario, dado que su finalidad no es la construcción de un edificio, pero
la agencia sí que lo haría porque esta es la actividad principal de la empresa
que solicita el crédito. La diferencia no es baladí.
El montante mal catalogado no
está saneado ni pasado a Sareb
“Con datos a cierre del 2011, los
préstamos a empresas en los sectores de construcción e inmobiliaria totalizaban
casi 400.000 millones de euros, a los cuales hay que añadir las propiedades
inmobiliarias que los bancos mantienen en sus balances, que totalizan
aproximadamente 100.000 millones. Esta cifra hay que compararla con los aproximadamente
300.000 millones de activos inmobiliarios que fueron objeto de saneamiento a lo
largo del 2012”, revela Postigo. Es decir, habría 200.000 millones de euros en
créditos que no habrían sido reconocidos, ni provisionados, como riesgo
promotor. “Lo que no se haya catalogado como inmobiliario tampoco habrá pasado
al banco malo”, añade el analista.
Desde el Banco de España
atribuyen esta fuerte disparidad en los resultados al cambio metodológico que
el supervisor financiero aprobó en 2011. “Antes las estadísticas estaban
infladas”, aseguran fuentes del Banco de España, que sostienen que una empresa
constructora o inmobiliaria puede desarrollar a su vez otras actividades para
las que requiera crédito y que este no debe etiquetarse como exposición al ladrillo.
“Lo que había es una parte de crédito mal clasificado como inmobiliario, lo que
clasificamos ahora es inmobiliario sin lugar a dudas”, concluyen desde el
supervisor.
El dictamen de la agencia
Más capital requerido. “Mientras
la economía no dé señales de mejora y la morosidad siga creciendo, la situación
de las entidades seguirá siendo delicada por lo que no podemos descartar
necesidades de capital adicionales”, aduce María Cabanyes vicepresidenta senior
de Moody´s.
Riesgo no inmobiliario: Cabanyes
estima que aparte del riesgo inmobiliario existen carteras crediticias que
podrían exigir nuevos saneamientos.
Dinero del rescate: La analista
considera que lo que resta de los 100.000 millones de euros del rescate
bancario es una vía para recapitalizar las entidaes que no puedan hacerlo
solas.
Un ajuste de 80.000 millones
Lo cierto es que, solo para las
cajas de ahorros, dicho cambio metodológico supuso un descenso automático de
76.000 millones de euros en la cifra de exposición inmobiliaria frente a la registrada
el julio anterior. Un cambio que el supervisor justifica por “el proceso de
transparencia que se ha venido realizando progresivamente desde aquella fecha
entre las entidades y el Banco de España para utilizar criterios más estrictos
de imputación a cada una de las carteras, de tal forma que sean más ajustados a
la realidad del riesgo y a la naturaleza de la operación y del cliente”. El
proceso, detalla, supuso reetiquetar unos 27.000 millones como “construcción
civil y obra pública”, 16.000 millones como crédito “a grandes empresas con
garantía inmobiliaria” o 33.000 millones en préstamos para “pymes con garantía
inmobiliaria”.
Tanto el Banco de España como
Moody´s afirman que su sistema es mejor y que seguirán usándolo. Quien dicta
las normas a la banca y quien le pone nota seguirán midiendo con distintas
reglas.
Disponible en:
http://cincodias.com/cincodias/2013/03/07/mercados/1362682339_494530.ht
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