Por Dani Font
Diagonal, 18/03/14.
El pasado domingo, mientras Barcelona se
convertía se una fiesta del deporte individual y de sus patrocinadores en el
maratón de la ciudad, cerca de doscientas personas hacían una marcha
colectiva presentando la campaña por una banca pública, ética y bajo control
social. Dos realidades opuestas que tuvieron un pequeño momento de
tensión cuando uno de los participantes en la reivindicación pidió agua a la
organización deportiva y estos se negaron de todas todas.
Bajo el lema “Hagámosla nuestra!”
las entidades adheridas de momento a la campaña, entre ellas 15M Marina ZF, la
FAVB, los iaioflautas, desBanka, etc., piden que se ponga fin a “la
reestructuración bancaria que se han sacado de la manga para sanear el sistema
financiero, que nos deja en una situación donde cuatro bancos controlan
el 70% del mercado. La solución oficial a la crisis bancaria fue crear
un oligopolio privado, lo cual les da mucho más poder todavía, y nos protege
menos de las prácticas abusivas” comenta Bernat Freixes, miembro de desBanka.
Es por eso que el control social del sistema financiero es un elemento clave
para cambiar las reglas del juego que “impiden cualquier principio democrático
que se quiera ejercer” afirma Freixes. Hoy en día la banca privada es un
negocio donde todo vale. Inversiones especulativas sobre alimentos, armamentos
o deuda pública, la ejecución de desahucios --en España hay más de tres
millones de viviendas vacías según The Guardian que pertenecen a entidades
rescatadas y podrían usarse como parque de vivienda social-- o las estafas por medio de preferentes y otros productos
financieros o con métodos cotidianos como las comisiones abusivas.
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