miércoles, 12 de marzo de 2014

El escándalo de las divisas amenaza a la banca


Expansión.com, 08/03/2014.

En los últimos meses, la investigación global sobre presunta connivencia y manipulación de los operadores en el mercado de divisas extranjeras ha sacudido las respectivas divisiones de más de una docena de grandes bancos, planteando importantes preguntas sobre su forma de actuar.

Para muchos de esos bancos, es el segundo escándalo de este tipo que les afecta en poco tiempo. Las investigaciones sobre la manipulación de tipos interbancarios de referencia como el libor siguen su curso. Hasta la fecha, el caso del libor ha dado lugar al despido de docenas de operadores y ha costado a los bancos cerca de 6.000 millones de dólares en multas de los reguladores.

Tres consejeros delegados –Bob Diamond de Barclays, Piet Moerland, de Rabobank y David Caplin, del bróker RP Martin– perdieron sus empleos como consecuencia directa del caso.

Muchos creen que el escándalo en el mercado de divisas podría ser, como mínimo, igual de impactante. Los bancos están preparados para un posible aluvión de multas multimillonarias, años de litigios civiles y numerosos despidos y renuncias de calado. Los reguladores han hecho advertencias en ese sentido.

La magnitud del mercado de divisas extranjeras, que mueve 5,3 billones de dólares, eclipsa al resto. También está vinculado a un número mucho más amplio de clientes, que en muchos casos pueden demostrar que fueron engañados por la supuesta manipulación de los tipos. Para los grandes bancos de inversión, el caso llega en un momento especialmente malo.

Indagaciones

Más de una docena de reguladores de Europa, EEUU y Asia están llevando a cabo sus propias investigaciones o ayudando en las indagaciones sobre las acusaciones de que se utilizaron los chats y otras formas de comunicación electrónica para compartir información de los clientes y manipular los índices diarios ligados a las divisas.

Las investigaciones, que comenzaron en Reino Unido hace casi un año, se han extendido a todo el mundo afectando al menos a 15 bancos. Nueve de ellos –Barclays, Citigroup, Deutsche Bank, HSBC, JPMorgan, Lloyds, Royal Bank of Scotland, Standard Chartered y UBS– han expulsado temporalmente o despedido a 21 operadores. [BNP y Bank of America se han sumado esta semana.

Los bancos están llevando a cabo sus propias investigaciones. Fuentes implicadas aseguran que están examinando cientos de millones de mensajes enviados por operadores en chats, o por mensajes de texto o de voz.

Algunos bancos, como Barclays, UBS y RBS, tienen acuerdos de no enjuiciamiento o de encausamiento suspendido con el Departamento de Justicia sobre la manipulación del libor, que les obliga a cooperar con las autoridades y les ponen en un serio riesgo si se deduce que han cometido delitos en EEUU en los últimos años.

Según cuatro fuentes familiarizadas con el proceso, es evidente a partir de algunas investigaciones internas de los bancos, que ha habido casos de operadores que han compartido información sobre las carteras de negociación y las órdenes de particulares, con el fin de comparar sus operaciones y adecuar las estrategias comerciales.

De existir connivencia, puede haberse visto facilitada por tres aspectos la estructura arcaica del mercado de divisas, donde aún se cruzan las operaciones por teléfono, a viva voz; una ausencia casi total de supervisión regulatoria; y el control del mercado por un pequeño club de operadores de divisas de un número reducido de grandes bancos.

Cuatro grupos –Deutsche Bank, Citigroup, Barclays y UBS– manejan más de la mitad del mercado. El resultado es un mercado opaco que da a los tráders una clara ventaja sobre sus clientes en lo que se refiere a la información. Los abogados advierten de que las investigaciones internas están en una fase inicial y que aún tienen que localizar muchas pruebas.

Aun así, reconocen que los investigadores han hallado algunos ejemplos de conducta sospechosa, pero siguen existiendo obstáculos para determinar si se violó alguna ley, especialmente en EEUU.

En cambio, desde Bruselas tienen menos obstáculos. Bajo la legislación de la UE, un intento de connivencia bastaría para abrir un caso por cártel, y el mero intercambio de información ha derivado en multas en otras investigaciones.

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