El Confidencial, 30/03/2014.
Domingo 29 de marzo de 2009. El
pánico se apodera del Gobierno de España y del sector financiero. El
Banco de España tiene que intervenir Caja Castilla-La Mancha (CCM)
ante la negativa de Unicaja a absorberla. El Consejo de Ministros
se reúne de urgencia, porque las anquilosadas leyes de resolución bancaria del
momento así lo exigen. Hay mucho miedo a una retirada masiva de depósitos al
día siguiente, a que CCM se convierta en el Northern Rock español. Pero, por
encima de todo, se hace añicos la ficción que ha vendido José
Luis Rodríguez Zapatero, con la complicidad del gobernador del BDE,
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, desde la quiebra de Lehman
Brothers en septiembre de 2008: que España tiene el sector financiero más sólido
del mundo.
Es el pistoletazo de salida de la
mayor crisis financiera de la Historia de España, que cumple hoy cinco años y
que nos ha costado, en números redondos, 100.000 millones en ayudas
públicas, o lo que es lo mismo, 2.175 euros por español. Desde
entonces, se han intervenido o nacionalizado 11 entidades (ocho cajas de
ahorros, dos bancos filiales de cajas y una caja rural) y otras dos han
recibido dinero de los contribuyentes. Hemos asistido a un proceso de
integración sin precedentes, se han cambiado innumerables veces las leyes de
provisiones y solvencia, ha habido que pedir un rescate a Europa de 41.000
millones y, de momento, sólo se han recuperado 1.003 por la venta de
NCG Banco a Banesco (que todavía no se han pagado) y otros 1.304 por la
venta del 7,5% de Bankia. Y falta colocar Catalunya Banc, que requerirá más
ayudas públicas si nadie lo remedia, así como BMN, que pretende salir a bolsa.
Como es de sobra conocido, el
origen de la catástrofe fue la orgía de crédito para
financiar el boom inmobiliario
y de consumo de la década de 2000, con un nulo control de riesgos sobre quién
recibía el dinero fácil y una injerencia constante de los políticos en las
cajas, un endeudamiento masivo de las entidades para prestar mucho más de lo
que tenían en depósitos y una inacción absoluta del BdE para frenar los
excesos, justificada por su confianza ciega en las provisiones anticíclicas que
dotaba la banca española (la famosa genérica), un colchón con el que no contaba
el resto de los países donde la banca se vino abajo en 2008-2009 -y que a la
postre fue como una tirita para luchar contra el cáncer-. Esta burbuja había
permitido crecimientos de beneficios superiores al 20% anual en el sector. Pero
cuando la vivienda se estancó, el edificio mostró que no tenía cimientos y se
vino abajo.
Cuando
la vivienda se estancó, el edificio mostró que no tenía cimientos y se vino
abajoEl pánico por la intervención de la caja que presidía Juan
Pedro Hernández-Moltó no llega a traducirse en una retirada
masiva de fondos (aunque muchos clientes se llevaron sus ahorros) pero sí en
una venta oscura y atropellada a la única caja que mostró interés -los bancos
entonces no podían comprar cajas-: Cajastur, cuyo presidente, Manuel
Menéndez, ve la oportunidad de convertir una pequeña cajita regional
en uno de los grandes jugadores nacionales. Y consigue que le den lo que haga
falta para que se la quedara: una inyección de capital de 1.682 millones, más
un EPA con una pérdida esperada de 4.168 millones. Los EPA son garantías contra
pérdidas de unas carteras de activos tóxicos, normalmente crédito promotor
e inmuebles adjudicados; es decir, el Fondo de Garantía de Depósitos (que es lo
que se usa entonces) asume esa pérdida, pero no necesariamente se
pierde todo. En el gráfico hemos tomado las estimaciones de pérdida
esperada de la Comisión Europea.
Además, el derrumbe de CCM es la
gota que colma el vaso de un Pedro Solbes harto
de que Zapatero niegue la crisis, y por eso dimite en abril de 2009. Su
sucesora, Elena Salgado, insiste en que se
trataba de un caso aislado que no significa que el conjunto del
sistema estuviera en peligro, así que basta con avalar sus emisiones y
comprarles emisiones. Pero el Gobierno ha visto las orejas al lobo y en
junio crea el FROB, un instrumento para ayudar a las entidades con
dificultades a sobrevivir y rescatar sin tanta burocracia a las inviables.
Asimismo, empuja a todo el mundo a emitir preferentes y subordinada para
reforzar sus recursos propios. De esa época son las grandes emisiones que han
tenido que sufir pérdidas con el rescate.
De CajaSur a la
catástrofe
El discurso del caso aislado
salta definitivamente por los aires con la caída de CajaSur, la caja del cabildo catedralicio de
Córdoba, el 22 de mayo de 2010, una vez más después de que fracasen las
negociaciones con Unicaja para salvarla. Su menor tamaño y las lecciones
de CCM permiten que el FROB se estrene con una subasta modélica, que
gana la vizcaína BBK (ahora en Kutxabank) con un EPA que tuvo un coste de
358 millones. La crisis económica ya es una recesión galopante y el sector
inmobiliario se hunde sin remisión. Entonces Salgado y MAFO
encuentran la piedra filosofal para solucionar el problema bancario: las
fusiones ayudadas con 9.674 millones del FROB.
Foto de archivo de la sede de CajaSur en Córdoba. (Efe)Primero
son las llamadas fusiones frías (sistemas institucionales de protección, SIP),
que se tienen que descartar y convertirse en calientes ante la gravedad de la
situación. Algunos barones autonómicos se niegan a fusionar "sus"
cajas con otras comunidades para no perder poder y crean engendros como
NovaCaixaGalicia (hoy NCG Banco), Caja España-Duero y Unnim y
CatalunyaCaixa (CatalunyaBanc) en Cataluña. Entre las interregionales, surgen
BMN, Banca Cívica (donde se mete a la fuerza a Cajasol), Liberbank y, sobre
todo, BFA, donde se integra Caja Madrid y cinco pequeñas cajas regionales, y
donde se obliga a incluir a Bancaja, lo que supone su sentencia de muerte. El fracaso
del nuevo sistema queda certificado cuando Liberbank se niega a incluir a
la CAM -"lo peor de lo peor", según MAFO- por su enorme
agujero y el BdE también tiene que intervenir la alicantna en julio de 2011,
justo una semana despues de que la banca española apruebe sin problemas los
test de estrés. Su subasta es un desastre absoluto, ya que sólo se presenta el Sabadell, que pone unas condiciones
draconianas para comprarla, y se las conceden con tal de venderla: 5.249 de
capital y un EPA con un potencial de 16.000 millones cuya pérdida esperada es
de 7.249.
La imposibilidad de NCG,
CatalunyaCaixa y Unnim de encontrar capital privado hace que tengan que ser
nacionalizadas completamente el 30 de septiembre de ese año. La siguiente en
caer, en noviembre, es Banco de Valencia, al que su matriz, Bankia, se
niega a rescatar. Pero todavía faltaba el big
one. Banca Cívica y Bankia habían salido a bolsa ese verano para
evitarlo. La primera tiene que ser absorbida a toda prisa por La Caixa en marzo
de 2012, esta vez sin ayudas (Fainé se resarce en noviembre con la
compra de Banco de Valencia con las mayores ayudas en relación al tamaño de
todo el proceso, 5.500 millones de capital y hasta 4.350 de EPA). Y en cuanto a
la segunda, la historia es bien conocida: Rodrigo Rato presenta
un plan deseserado de viabilidad en mayo, no es aprobado y la entidad tiene que
ser nacionalizada. Toma las riendas José Ignacio Goirigolzarri y
pide el mayor rescate de la historia: 22.400 millones. Ante la
magnitud del desastre y ante la segunda recesión de la economía, al mes
siguiente el FMI obliga a España a pedir el rescate para sanear el
sistema financiero. Ofrece hasta 100.000 millones, de los que se utilizan
41.000 tras someter al sector a unos test de estrés, esta vez mucho más serios
que los de 2011.
Se
pincha en hueso en la gran asignatura pendiente del rescate: CatalunyaBank,
cuya subasta se suspende en junio de 2012 y se deja desierta en marzo de 2013 En
el lado de las recuperaciones, BBVA gana la subasta de Unnim en marzo de 2012 con un nuevo
EPA y pese a que se le había prometido a Ibercaja, ésta fracasa en su intento
de fusión con Liberbank pero se queda Caja3 tras el rescate, Unicaja por fin se compra algo, Ceiss, aunque después de tres
años de exigencias cada vez mayores, y se pincha en hueso en la gran asignatura
pendiente del rescate: CatalunyaBank, cuya subasta se suspende en junio de 2012
y se reactiva en marzo de 2013 pero queda desierta por la negativa de Economía a conceder un EPA de 1.000
millones al Santander. Ahora ha aplazado de nuevo la venta
-anunciada para principios de año- para buscar una fórmula ante la exigencia de
los candidatos a comprar sin nuevas ayudas. Sólo se ha recuperado
dinero con la venta de NCG a Banesco -1.003 millones que aún no se han pagado y que pueden verse
minorados por garantías de hasta 800- y con la colocación en
bolsa del 7,5% de Bankia por 1.304 millones.
¿Cuánto ha costado
realmente el rescate de la banca?
Prescindiendo de líneas de
liquidez y de emisiones avaladas por el Estado, el primer concepto que debemos
incluir es el dinero público que se ha inyectado a través del FROB (salvo
en CCM, que se intervino cuando todavía no existía el FROB) en
forma de capital en cada entidad para cubrir sus pérdidas y sanear su
balance. Esto asciende a los 61.366 millones citados, según
cálculos del BdE. Este dinero se han entregado en tres fases: el FROB
1, las ayudas concedidas en 2010 a las entidades que tenían
"debilidades transitorias pero eran viables" para que se fusionaran
como panacea para solucionar sus males; el FROB 2, las
inyecciones directas de capital cuando se nacionalizaron al 100%
CatalunyaCaixa, NovaGalicia y Unnim en septiembre de 2011; y el FROB
3, el dinero del rescate europeo recibido en 2012 para tapar los
agujeros detectados en los test de estrés, por un importe que dejaba ridículas
las cifras de las dos ocasiones anteriores.
Sumando los tres procesos, Bankia ha
recibido 22.424 millones, Catalunya Banc se ha
llevado 12.052 y NCG Banco (NovaGalicia),
8.981; en realidad, el FROB inyectó 9.052, pero ha recuperado 71 por
la venta de acciones. En un segundo escalón aparecen Banco de
Valencia, vendida a La Caixa tras inyectarle 5.498 millones
y CAM, que fue a parar al Sabadell con 5.249 de dinero
público. En un tercer nivel tenemos a Liberbank, que
entre las ayudas por la compra de CCM y los CoCos del rescate europeo ha
recibido 1.808 millones; BMN, con 1.645, que otorgan al
FROB el 65% de su capital; Ceiss (Caja España-Duero), que
lleva 1.129 a la espera de que Unicaja se decida o no a absorberla; Banca
Cívica, que recibió 977 millones que su comprador, La Caixa, ya ha
devuelto; y Unnim, con ayudas de 953 millones que
aprovechó BBVA, vencedor de su subasta. Completan la lista Caja3,
absorbida por Ibercaja, con 407 millones, y Banco
Gallego (también comprado por Sabadell), con 245.
De este dinero, se
dan por perdidos 37.000 millones. En 2012, el FROB asumió una pérdida
de 9.176 millones en Bankia, de 6.674 millones en Catalunya Banc,
de los 5.498 millones íntegros de Banco de Valencia, de 3.091
en Novagalicia Banco, de 525 en Ceiss y de 241 en BMN. El fondo de
rescate ya había asumido pérdidas por 10.557 millones en 2011 y por 314 en
2010.
Jaime Echegoyen,
consejero delegado de Sareb, y Belén Romana, su presidenta. (Efe)
EPA, Sareb y otros ajustes
En un segundo nivel, están
los EPA. La Dirección General de Competencia de la Comisión Europea y
el Banco de España tienen estimaciones de pérdida esperada, es decir, de la
parte de esos EPA que se va a tener que pagar (que es la que hemos tomado aquí
en vez del valor total de la cartera). El BdE la cuantifica conjuntamente en
6.506 millones. Según los cálculos de Bruselas, ésta alcanza los 6.981 milllones
en un escenario normal o 8.214 millones en uno estresado (es decir, si la
economía empeora y las pérdidas aumentan). Y a eso hay que sumar una
especie de prima de seguro contra pérdidas no esperadas en algunos casos
(CAM, Unnim y Banco de Valencia), que los compradores no pagaron y, por tanto,
también son ayudas de Estado. Su importe es de 2.537 en el escenario base
y 2.360 millones en el estresado. Finalmente, hay otros 1.666 millones por el
ahorro de capital que implica la reducción del activo de estas entidades (lo
que está cubierto por el EPA se saca del balance). En total,11.183
millones en el escenario base.
Individualmente, las ayudas
esperadas por EPA (tomando sólo el escenario base para hacer un cálculo más
conservador) son de 7.249 millones en el caso de CAM-Sabadell, 2.709
millones en el de Unnim-BBVA, 1.225 en el de Banco de Valencia-La Caixa y
358 para Cajasur-BBK. En el caso de CCM hay
un baile de cifras según las diferentes fuentes (su adjudicación fue un proceso
muy opaco); la AEB estima la pérdida del EPA en 4.168 millones.
La
palma se la lleva, cómo no, Bankia, para la que estima que el importe de la
ayuda a través de Sareb alcanza 12.000 millones. La cifra es muy superior a la
calculada por la Dirección General de Competencia de la CE para las demás
entidades rescatadasNo se vayan todavía, que aún hay más ayudas a través
de Sareb. No se trata de los 2.192 millones que ha invertido el FROB en el
banco malo, sacados también del rescate europeo; eso en principio no se ha
entregado a los bancos sino que se ha invertido en un vehículo que se ha
quedado con los activos tóxicos y que se supone que va a ofrecer una alta
rentabilidad a sus accionistas. Bruselas es más sutil y considera que las
ayudas públicas vienen porque el precio pagado por Sareb a los
bancos por sus activos (el precio de transferencia) es superior al de mercado.
Y como ese sobreprecio no lo habrían conseguido vendiendo los activos en el
mercado, es ayuda de Estado. Dicho de otra forma, que los descuentos con los
que se han traspasado los créditos y los inmuebles deberían haber sido mayores
(Bruselas lo
cifra en el 72% como media y el 75% para los pisos terminados), lo
que habría obligado a más provisiones, más pérdidas y más inyecciones de
capital público.
Esta
decision de Bruselas ahora ha empezado a materializarse
con unas provisiones por deterioro de activos de 250 millones en las
cuentas de Sareb en 2013. La palma se la lleva, cómo no, Bankia,
para la que estima que el
importe de la ayuda a través de Sareb alcanza 12.000 millones. La
cifra es muy superior a la calculada por la Dirección General de Competencia de
la CE para las demás entidades rescatadas: 2.100 millones para BMN, 1.600
millones para Catalunya Banc, 1.300 para NCG, 1.000 para Liberbank, 717 para
Ceiss, 690 para Caja3, 500 para Banco de Valencia y 282 para Banco Gallego
(incluyendo una protección por si se revisan los precios de transferencia,
el llamado
"riesgo Sareb", que también ha conseguido Unicaja en Ceiss).
Finalmente, hay algunas ayudas
adicionales que se han concedido en forma de créditos fiscales en las dos
compras de Sabadell (CAM y Banco Gallego) y por el capital que no tuvo que
poner (lo puso el FROB) en su filial Banco de Valencia cuando fue intervenido en
el caso de Bankia, por un total de 2.823 millones. Y las garantías contra
sentencias por las preferentes, litigios de seguros y otros concedidas a
Banesco en NCG por 800 millones y a Unicaja en Ceiss por 401. Con todo
esto, tenemos que la cifra total de ayudas públicas tal como las calcula
Bruselas superaría ligeramente los 100.000 millones. Desde el Gobierno actual y
desde el anterior se sostiene que habría sido más caro todavía liquidar las
entidades que han caído desde 2009. Pero lo que seguro que habría
salido más barato es acometer un rescate generalizado del sector en 2009
nada más intervenir CCM, como pidió entonces el presidente de la CECA, Juan
Ramón Quintás. Algo que recientemente ha reconocido Ángel Ron,
presidente del Popular.
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