Por Juan Torres López
El País (Andalucía), 30/03/2014.
Las autoridades nos dicen que las
ayudas a los bancos han sido menos de las esperadas y que aquí nunca se
produciría un corralito. Pero lo primero no es cierto y lo segundo lo es solo a
medias.
Los investigadores Miguel A.
Lorente y Juan R. Capella han calculado que las inyecciones directas de
liquidez, las garantías sobre la evolución futura de la cartera de créditos de
los bancos adjudicatarios de las entidades quebradas, las pérdidas que
acarrearán las privatizaciones de los bancos que quedan por privatizar, el
coste del banco malo y los ahorros de impuestos para los bancos que vayan
comprando a otros (solo el grupo Banesco que ha comprado Caixa Galicia se
ahorrará 2.300 millones en el futuro), suponen un coste total de 121.469
millones de euros, suficientes como para haber comprado a todos los bancos
españoles por su valor en bolsa cuando se produjo el rescate. Mucho más dinero
de lo que dicen las cifras oficiales porque estas soslayan conceptos como las
garantías mencionadas o el ahorro de impuestos, aunque es evidente que también
son ayudas a la banca que merman los ingresos del Estado, como el propio
Ministro de Economía ha reconocido. Y si se añadieran los avales y los
préstamos del Banco Central Europeo, ayudas también como las anteriores, el
coste real de rescatar a los bancos españoles sería mucho mayor, 1,4 billones
de euros, según el economista Carlos Sánchez Mato: 23 veces más de las
estimaciones del Banco de España y 538 más de lo que según Cáritas se
necesitaría para “salvar” a las familias españolas sin ingreso alguno.
Tampoco es completamente cierto
que en España no haya habido corralito. Es verdad que no se han
cerrado los bancos para impedir que sus clientes pudieran sacar dinero de sus
depósitos. Pero mediante las preferentes y otras malas prácticas los bancos se
han quedado con los ahorros de millones de españoles, y las medidas del Gobierno
han hecho que los asalariados ganen unos 70.000 millones de euros menos desde
2008 y que las familias españolas hayan perdido otros 60.000 millones de euros
en su renta disponible, sin contar otros recortes. Aquí no ha sido necesario un
corralito para que los bancos se quedaran con el dinero de la gente.
Como tampoco hace falta cerrarlos para las 700.000 familias que no tienen
ingreso alguno porque ya no pueden sacar ni un euro. Nuestro corralito
ha sido mucho más efectivo para los bancos: no se ve a simple vista y así es
más difícil que se proteste por él.
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