Por Joaquín Maudos
Cinco Días, 07/04/2014.
Qué razón tiene la tan repetida
advertencia “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidad futuras”. Y si
no que se lo digan al sector bancario español que, en su negocio en España, ha
terminado el ejercicio 2013 con una rentabilidad sobre activo (ROA) del 0,31%,
frente al 0,89% en 2007 y 0,73% en promedio en el periodo de expansión
1995-2007. En euros contantes y sonantes, ha ganado (beneficio contable) 8.790
millones de euros en 2013, frente a los 25.000 y 18.000 millones de euros que
ganó en 2007 y 2008, respectivamente.
La crisis ha impacto con
virulencia en la banca española. Además de la reestructuración llevada a cabo,
el deterioro del activo ha obligado a realizar un saneamiento de 252.000
millones de euros de 2008 a 2013 (equivalente al 25% del PIB), casi la mitad en
2012 como consecuencia de los dos RDL aprobados por el Gobierno para limpiar
las pérdidas asociadas a la exposición inmobiliaria. Fue tal la magnitud del
saneamiento en 2012, que en ese año la banca terminó con unas pérdidas antes de
impuestos de 87.000 millones de euros, situándose la rentabilidad sobre activo
en el -2,3%.
2013 ha sido el año de la recuperación
del beneficio, ya que el sector bancario español ha terminado el año con un
beneficio contable en su negocio en España de 8.790 millones de euros (0,31%
del activo), dejando atrás las pérdidas millonarias del 2011 y 2012. Son las
menores pérdidas por deterioro de activos lo que explica principalmente la
recuperación de la rentabilidad, ya que el saneamiento realizado en 2013 es
casi la quinta parte del llevado a cabo en 2012.
Si bien la vuelta al beneficio es
una buena noticia, el análisis de las “tripas” de la cuenta de resultados
aporta información que muestra que si bien lo peor de la crisis ha pasado tras
el brutal saneamiento realizado, todavía persisten vulnerabilidades (que es la
palabra preferida por la Troika) de cara al futuro del negocio bancario.
¿Qué hará la banca cuando se
termine el chollo del carry trade? Los ingresos que ha obtenido en 2013 por la
tenencia de deuda pública han alcanzado niveles máximos desde el estallido de
la crisis. Los cerca de 10.000 millones de euros suponen un valor que más que
triplica el de 2007 y representan en 2013 el 36% del margen de interés de la
banca, 10 puntos porcentuales más que en 2012 y casi 4 veces más que antes de
la crisis. Detrás de este aumento está el maná del carry trade por el que la banca
ha accedido a la barra libre de la liquidez del BCE a tipos reducidos, para
destinar la financiación concedida a la compra de deuda pública a tipos mucho
más elevados. Si ese 36% es el porcentaje medio que pesan los intereses de la
deuda pública en el margen financiero, obviamente debe situarse en niveles más
elevados en algunas entidades, que serán por tanto las más vulnerables cuando
se termine el chollo del carry trade.
¿Qué harán algunos bancos cuando
ya no tengan nada que vender tras realizar las plusvalías obtenidas en 2013?
Las importantes desinversiones realizadas por algunos bancos les han permitido
salvar la cara de la cuenta de resultados. Este es el caso de las
desinversiones realizadas por los bancos que han recibido ayudas públicas y que
a cambio han sido obligados a realizar desinversiones tal y como les ha
impuesto el MoU. Para la totalidad de las entidades de depósitos, los
resultados por operaciones financieras (ROF) en 2013 ascienden a otros casi
10.000 millones de euros, el triple que en 2012, aportando el 18% del margen
bruto en 2013, frente al 5,5% en 2012. Por tanto, si quitáramos los 6.700
millones de euros en los que en 2013 han aumentado los ingresos por negocio no
recurrente respecto al valor de 2012, la banca estaría en pérdidas ya que el
beneficio antes de impuestos ha sido de 4.156 millones de euros.
En este contexto, es necesario
recortar costes para ganar eficiencia. En 2013, la banca ha seguido corrigiendo
el exceso de capacidad acumulada durante la burbuja inmobiliaria. Desde el
máximo alcanzado en 2008, la red de oficinas en España de las entidades de
depósito ha caído un 27%, habiéndose cerrado 12.100 sucursales. La mayor caída
se ha producido en 2013, año en que se han cerrado 4.376 oficinas (11,5%
respecto a 2012). Pues bien, a pesar de tal ajuste, en 2013 los gastos de
administración sólo han caído un 0,6%. Y en relación al activo, los costes
medios han aumentado un 12,7%, ya que el activo ha caído un 11,7% en 2013 como
consecuencia del desapalancamiento realizado. En consecuencia, dado que la
caída del margen bruto (6,7%) ha sido muy superior al recorte de gastos, la
ratio de eficiencia operativa de la banca se ha deteriorado 3 puntos
porcentuales. Pero la ratio se deteriora mucho más si al margen bruto le
quitamos los ROF, ya que la ratio de eficiencia recurrente ha empeorado 10,8
puntos porcentuales en 2013.
La banca española tiene un
problema de márgenes. En concreto, en 2013 el margen de intereses ha caído un
18% en términos absolutos y un 7,2% como porcentaje del activo. La caída
hubiera sido mayor de no ser por la “recomendación” del Banco de España de no
remunerar los depósitos por encima de un determinado nivel, lo que sin duda ha
ayudado a que los costes financieros hayan caído un 19,9% en 2013. Los
reducidos tipos de interés de referencia y el aumento de la morosidad (ha
aumentado 3,2 puntos porcentuales desde diciembre de 2012 hasta situarse en el
13,6% a finales de 2013) explican en parte la caída del margen financiero. En
este contexto, la banca se ve obligada a buscar fuentes alternativas de
ingresos, lo que explica el aumento del 66% que se ha producido en 2013 en
otros productos ordinarios. No obstante, no han aumentado los ingresos por
comisiones (han caído un 3%) ni los ingresos por renta variable (han caído un
40%), por lo que el aumento se debe principalmente a los resultados por
operaciones financieras que han aumentado un 205%.
¿Qué harán algunos bancos cuando
ya no tengan nada que vender tras realizar las plusvalías logradas en 2013?
En resumen, si bien lo peor de la
crisis ha pasado y la banca ha realizado un descomunal esfuerzo de saneamiento
de los balances, aumentando además su solvencia, 2014 no va a ser un año fácil
para la banca española teniendo en cuenta el escenario previsible de reducidos
de interés (que dificulta la recuperación de márgenes), de aumento de la
morosidad y de desapalancamiento de la economía. Algunos bancos tendrán que
acostumbrarse a vivir sin el chollo del carry trade y a centrar sus esfuerzos
en la reducción de costes para ganar eficiencia, lo que en algunos casos
exigirá más cierres de oficinas. Los bancos que más plusvalías han realizado en
2013 vendiendo todo lo que podían vender lo tendrán aún más difícil, ya que los
resultados por operaciones financieras son “pan para hoy y hambre para mañana”.
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