Por Daniel Yebra
El Economista.es,
01/08/2016.
Lo advirtió Ana Patricia Botín, presidenta del Santander,
hace meses: "El futuro ya no es lo que era". Después fue su homólogo
en el BBVA, Francisco González, quien lamentó que "la industria bancaria
se ha quedado obsoleta". Y les han acompañado voces del sector en todo el
mundo. El temor es generalizado: junto a las fintech, las gigantes de la
tecnología amenazan el negocio de entidades tradicionales con novedosos
sistemas de pago, servicios de préstamos o sociedades de inversión.
Facebook, Apple o Alphabet "cada día tienen mayor
apetito por ampliar sus líneas de negocio aprovechando su gran imagen de marca
y sus capacidades en cuanto a recursos tecnológicos y financieros?, explica
Rodrigo García de la Cruz, director del programa de innovación y tecnología
financiera del IEB, en la introducción del III Ránking anual de competidores
del sector financiero.
Uno de los sectores que amenaza el "apetito" de
estos gigantes es, efectivamente, el bancario, que, según señala el también
vicepresidente de la Asociación Española de Fintech e Insurtech, "cada año
sufre un incremento de competidores". "La creciente proliferación de
los pagos a través de Internet y del móvil está cambiando la fisonomía de la
industria en todo el mundo", incide PwC en otro estudio.
A las grandes de la tecnología, el informe elaborado por el
IEB suma a PayPal -el abuelo de las nuevas startups financieras-, a las propias
fintech y a los nuevos bancos digitales (Fidor Bank, Atom o Mondo) como los
principales desafíos a los que se enfrenta la industria tradicional. Pero son
Facebook, Apple y Alphabet los que cuentan con un potencial suficiente para
amenazar cualquiera que sea el segmento en el que muestren interés.
El 'Uber bancario'
"Durante los últimos años varios sectores se han visto
afectados por las innovaciones impulsadas por la reducción de las barreras de
entrada y los costes de lanzamiento que ha hecho posible Internet", admite
Fidelity International en otra publicación, en la que recuerda que "dos de
los mejores ejemplos son el impacto de Airbnb en el sector hotelero y la guerra
que libra Uber con las empresas de taxis".
"Ahora parece que llega el turno de la transformación a
los servicios financieros", continúa la firma de inversión, y, según el
informe del IEB, existe la posibilidad real de que "el Uber bancario pueda
venir de una de las bigtech por el volumen de usuarios que tienen, sus recursos
y la innovación que son capaces de desarrollar, adquirir e integrar".
A favor de Facebook, Apple o Alphabet interviene también la
insatisfacción con los actores dominantes del sector bancario heredada de la
crisis de 2008. Especialmente, entre los jóvenes.
Las primeras
disrupciones
En la partida de ajedrez planteada por las bigtech ya se han
efectuado movimientos premonitorios. Facebook puede operar en Europa como
entidad de dinero electrónico tras recibir la autorización del regulador
irlandés y permite enviar o recibir dinero a través de Messenger en Estados
Unidos. Su objetivo más próximo es la prestación de "un servicio que
permita a los usuarios acumular dinero en su propia plataforma y usarlo para
realizar pagos y transacciones", detalla el informe del IEB.
"Esta incursión en el negocio de las transferencias
bancarias a nivel mundial mermaría considerablemente las comisiones aplicadas
por las entidades financieras en este tipo de operaciones", continúa el
estudio, que aclara, eso sí, que "si se analiza el modelo de negocio de
Facebook, parece seguro que no se ve atraído por la rentabilidad de la banca,
pero la información obtenida por prestar servicios bancarios sería de gran
valor para la venta de publicidad, su principal fuente de ingresos".
"No veremos un Facebook Bank o un Google Bank porque
ninguna de las grandes tecnológicas está dispuesta a soportar el peso
regulatorio", comenta Rodrigo García de la Cruz. Otro escenario se
plantearía si "se dinamizara el entorno regulatorio", para lo que
están haciendo lobby a través de la Financial Innovation Now, coalición
conformada por Alphabet, Amazon, Apple, Intuit y PayPal.
Más allá de la barrera regulatoria, hay que tener en cuenta
el riesgo que supone la creciente sofisticación de los criminales cibernéticos.
Ambas razones hacen que, aunque Apple se convirtiera en un nuevo actor
financiero en 2014 con el lanzamiento de Apple Pay, su irrupción se pueda ver
más desde una perspectiva colaborativa que como una amenaza.
La aplicación de la compañía de la manzana permite pagar una
compra en cualquier punto de venta que acepte pagos conctacless desde los
iPhone y los Apple Watch. "Funciona como un servicio de intermediación que
une al cliente, la entidad financiera y el negocio", incide el informe del
IEB. "No parece que el objetivo de Apple sea entrar a competir en los
negocios bancarios", concluye.
El 'universo' Google
Google sí ha demostrado una clara intención de adentrarse en
el sector financiero. "El talento, la tecnología y el capital que acumula,
unida a la gran cantidad de información que posee de los usuarios" son las
principales ventajas de la tecnológica, según Rodrigo García de la Cruz. La
reestructuración que llevó a cabo en agosto del año pasado englobando todos sus
negocios bajo el paraguas de Alphabet fue una inapelable declaración de
intenciones.
Actualmente, el conglomerado tecnológico cuenta con el
servicio de pago Android Pay, el monedero virtual Google Wallet y permite el
envío y la reclamación de pagos a través del correo electrónico Gmail en EEUU y
en Reino Unido. Su brazo inversor, compuesto por Google Venture y Google
Capital, están realizando fuertes inversiones en empresas fintech. Tiene,
además, licencia bancaria en Holanda que aún no ha utilizado y realiza
préstamos en Estados Unidos y Reino Unido a pequeñas y medianas empresas para
que compren espacios de publicidad en su buscador.
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