Por José Antonio
Gómez
Diario 16, 02/01/2019.
Tal y como ya publicamos en Diario16, la Justicia europea
podría declarar nulo el IRPH tras el informe de la Comisión en el que se oponía
frontalmente a la sentencia del Tribunal Supremo que se negó a declarar al
índice como cláusula abusiva y se alineó con el voto particular emitido por uno
de los magistrados. Sin embargo, el Gobierno español presentó observaciones
orientadas a defender los intereses de la banca, alegando que no es necesario
examinar si la cláusula IRPH es o no transparente y afirmando que «no tiene
sentido suministrar las fórmulas de estos tipos oficiales porque el consumidor
medio no va a entenderlas. Además, y para el hipotético caso de que el IRPH sea
declarado nulo por abusivo, el Estado español pide que la nulidad no tenga
efectos retroactivos, por el impacto económico que esta medida tendría en la
cuenta de resultados de las entidades bancarias».
Este interés en que no se pague a las víctimas del IRPH el
dinero que se les ha cobrado de más tiene más que ver con la presión que están
ejerciendo el lobby financiero que con cualquier otra cosa sobre todo cuando
han un posicionamiento favorable a las víctimas del IRPH tanto de la Comisión
Europea como de Pedro Sánchez en referencia a los abusos de la banca ha hecho
saltar las alarmas de las élites financieras. Hay más de 1,3 millones de
afectados y si la Justicia europea dictamina en favor de ellos podría provocar
un verdadero terremoto en el sistema financiero español. Por esta razón, los
mecanismos de defensa de estas élites se han activado y lo han hecho a través
de una advertencia que perfectamente podría ser interpretada como una «amenaza»
velada.
Goldman Sachs ha calculado que el impacto en la banca
española de una resolución favorable a las víctimas del IRPH sería de 44.000
millones de euros, es decir, el dinero que han cobrado de manera irregular por
la aplicación de este índice. Para entender la magnitud comparemos esta cifra
con el impacto de las cláusulas suelo, que fue de 4.000 millones, o de lo que
podría haber afectado la devolución del impuesto de actos jurídicos
documentados, unos 5.000 millones de euros. Si ante estas cantidades se puso
todo el aparato del Estado a trabajar para evitar que la banca pagara a las
víctimas de las cláusulas abusivas, imagínense qué ocurrirá ahora con una
cantidad diez veces superior.
El mensaje que transmite Goldman Sachs a la Justicia es el
siguiente: «A ver qué sentencia vais a dictar, porque podéis tumbar al sistema
financiero español».
El problema que tiene la banca española en este caso es que
ya obtuvo un veredicto favorable del Tribunal Supremo y el caso llegó a Europa,
donde no tienen la «protección» de la disponen aquí. Recordemos que las
cláusulas suelo fueron anuladas por Europa, por ejemplo. Por esta razón la
presión tenía que venir a través de uno de las firmas más influyentes del
mundo, una entidad que tiene como clientes a todos los grandes bancos
españoles.
Para comprobar la dimensión de lo que significan esos 44.000
millones de euros pongámoslo en contexto. En el año 2.017 las principales
entidades financieras de España sumaron un total de 13.471 millones de
beneficios. Por tanto, lo que deberían pagar a los afectados, según el cálculo
de Goldman Sachs, supone el triple de los beneficios obtenidos entre todos los
bancos. ¿Podrán las entidades hacer frente a ello? ¿Quebrará el sistema
financiero español? Las respuestas a esas dos cuestiones son secundarias puesto
que hay que tener en cuenta un aspecto: los bancos ya han cobrado ese dinero,
ya lo han ingresado y lo han utilizado para sus operaciones o para maquillar
sus cuentas.
Ante un fallo positivo para los afectados por parte del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea que pondría a alguno de los
principales bancos en serias dificultades, ha llegado el momento en que la
banca muestre su ética e intente alcanzar acuerdos extrajudiciales con el más
de un millón trescientas mil personas afectadas por el IRPH, acuerdos que
pueden pasar por la capitalización en la hipoteca del dinero cobrado de más o,
directamente, por la devolución del mismo. Ahí se demostraría la ética de la
banca. Sin embargo, ¿lo harán? Todo demuestra que si estas entidades han sido
capaces de incluir todo tipo de cláusulas abusivas en sus contratos no se
espera un comportamiento ético.
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