Por Luis Suárez
El Boletín,
12/08/2018.
Aprovechar los rescates de los bancos a cargo de los
contribuyentes para construir una banca pública que desarrolle una labor
social. La idea ha surgido en varios países a raíz de la crisis financiera, y
el debate se ha centrado últimamente en el italiano Monte dei Paschi y el
español Bankia a raíz de los cambios de gobierno. Sin embargo, ninguna de las
dos entidades parece que dará el paso.
Esta misma semana se conocía que el Gobierno italiano tiene
previsto vender su participación en el Monte dei Paschi di Siena. “Su retorno
al mercado es una meta pactada con la Comisión Europea y no es objeto de
discusión”, según ha afirmado el ministro de Economía del país, Giovanni Tria,
en una entrevista concedida a Il Sole 24 Ore.
Era la primera vez que el ministro se refería al banco más
antiguo del mundo, y se ‘pincharon’ las expectativas levantadas, teniendo en
cuenta que en el “contrato” del acuerdo de Gobierno entre Movimiento Cinco
Estrellas y Liga Norte, la coalición se comprometía a revisar la “misión” de
Monte dei Paschi. De hecho, el portavoz económico de la Liga, Claudio Borghi,
había llegado a declarar que el banco permanecería en manos públicas y se
usaría para proporcionar fondos a las comunidades locales.
El Estado italiano controla un 68,2% de Monte dei Paschi, y
el proceso de privatización debe terminar en 2021, según el acuerdo con
Bruselas.
También en España el cambio de gobierno y el desembarco de
Pedro Sánchez en la Moncloa revivieron las voces que reclamaban la conversión
de Bankia en una banca pública. Tanto Unidos Podemos, que apoyó la moción de
censura presentada por los socialistas, como los principales sindicatos -UGT y
CCOO- han abogado por esta medida, pero el Ejecutivo no se plantea esta
conversión, y el actual equipo dirigente de Bankia, tampoco.
Bankia recibió 22.424 millones de euros de los
contribuyentes a través de diferentes tramos, de los que se han recuperado
2.863 millones a través de ventas de paquetes accionariales y del pago de
dividendos. Bajo la actual legislación, el banco debería estar privatizado para
finales de 2019, aunque está en manos del Gobierno aprobar una prórroga a ese
plazo, como ya hizo en su momento cuando Luis de Guindos era ministro de
Economía.
La banca pública en
España
¿Pero de qué se habla cuando se habla de banca pública? A
diferencia de lo que se suele pensar, las cajas de ahorros eran entidades
privadas, si bien su estructura jurídica hacía que de facto estuviesen
controladas en muchos casos por los gobiernos autonómicos. De acuerdo con la
Asociación Europea de Bancos Públicos (EAPB), que representa a más de 90
instituciones financieras con un total de activos totales de más de 3,5
billones de euros y una cuota de mercado del 15% del sector financiero europeo,
hay dos modelos fundamentalmente: Los ‘Promotional Banks’, que actúan como
complemento de la banca comercial ofreciendo financiación al tejido
empresarial; y las ‘Agencias de financiación local’, que ofrecen financiación
al sector público para llevar a cabo proyectos municipales.
En los casos de Monte dei Paschi y Bankia la aspiración no
era esta, sino mantenerlos como bancos que ofrezcan los mismos servicios que
sus rivales, pero bajo el control del Estado. En España no hay una entidad de
este tipo desde que en 1998 el Gobierno del entonces presidente José María Aznar
finalizó el proceso de privatización de Argentaria, que tenía al mando al
todavía hoy presidente de BBVA, Francisco González.
La banca pública en España concedía todavía a principios de
la década de los 90 un 15% de los créditos, pero ya entonces estaba abocada a
su desaparición. Desde el principio de la democracia, tanto conservadores como
socialistas habían estado de acuerdo en su privatización, al entender que el
sistema financiero privado era capaz de atender toda la demanda de crédito de
la sociedad española. En cualquier caso, se mantuvo un ICO residual para
intervenir en casos excepcionales.
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