lunes, 23 de mayo de 2016

Así es el negocio millonario que se ha generado por los abusos de la banca



Por César Urrutia y Daniel Viaña
El Mundo, 03/01/2016.

Hoy mismo, en algún bufete de abogados, se espera la sentencia que puede llevar al despacho a multiplicar su negocio a través de una demanda colectiva o el agrupamiento de afectados por un contrato distribuido masivamente y declarado fraudulento por un juez. La nómina de productos que están en el objetivo empieza con las preferentes, sigue con las acciones de Bankia tras la salida a Bolsa de la entidad en 2011 y continúa con bonos convertibles, cláusulas suelo... en un negocio potencial de miles de millones de euros por la defensa de centenares de miles de clientes.

Buena parte de los productos de inversión o crédito comercializados en la primera década de este siglo por las antiguas cajas y algunos de los actuales bancos están bajo la lupa de los abogados. Y no sólo los de la banca. A la luz del éxito en las demandas contra los excesos de las entidades, la defensa de clientes y usuarios se ha extendido también a otros sectores de consumo masivo como son operadores de telecomunicaciones o fabricantes de automóviles.
2009, año del despegue de las reclamaciones

Los despachos de abogados más activos en esta respuesta masiva a los excesos fijan en las colocaciones de preferentes desde 2009 el pistoletazo de salida a una lluvia de reclamaciones judiciales. Aunque el Gobierno abrió una vía de arbitraje para 427.000 inversores que recuperaron parcialmente sus ahorros, tres años después las demandas comenzaron a llegar a los juzgados. Hoy, sólo las principales asociaciones y despachos como Adicae, Arriaga Asociados, Bufete Rosales o Ausbanc representan decenas de miles de reclamaciones por miles de millones de euros.

La ola no se detuvo ahí. Otro hito en el despegue de las demandas masivas fue la OPV de Bankia en 2011, con otra andanada de denuncias a partir de 2013. La entidad colocó 824,5 millones de acciones a 3,75 euros por acción, capitalizándose con 3.092 millones de euros. Cuatro años después llegó una avalancha de 60.000 demandas en las que están presentes decenas de despachos de abogados distribuidos por España.

"En julio de 2014 presentamos la primera demanda colectiva en España con 2.570 familias afectadas", explica José Baltasar Plaza, socio director de Bufete Rosales. "A día de hoy llevamos más de 12.000 familias afectadas y aún seguimos firmando y captando más de 25 afectados al día. Quedan todavía muchos y queda tiempo para reclamar", asegura.

Y del tiempo en el que el sector financiero forzó la máquina para capitalizarse captando recursos entre ahorradores quedan aún otros productos cuyas reclamaciones llegan ahora a los juzgados como la emisión de bonos convertibles de Banco Popular (700 millones), por ejemplo.

Pero el caso que mayor interés despierta entre la defensa de los clientes es el de las cláusulas suelo de las hipotecas. No es que estas cláusulas sean ilegales. Lo que los jueces condenan es su opacidad en algunos modelos de contratos. El 9 de mayo de 2013 el Tribunal Supremo declaró nulas todas las cláusulas suelo que no cumplieran los criterios de transparencia.

La sentencia declaró además la irretroactividad de su decisión más atrás de esa fecha apelando al trastorno económico para la banca. Pero dos años después, la Comisión Europea emitió un informe no vinculante que podría abrir la puerta a reclamaciones judiciales por más de 20.000 millones de euros. Adicae agrupa la mayor demanda colectiva en esta reclamación, al representar a 20.000 afectados que piden al juez la restitución de unos 200 millones de euros.

Los bancos, forzados a provisionar las indemnizaciones

Con un ratio de sentencias desfavorables que en muchos casos supera el 95%, los bancos están obligados a provisionar las indemnizaciones. El pasado 23 de diciembre, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) movió a Bankia y su matriz BFA a elevar un 130%, hasta 1.840 millones de euros, sus provisiones para cubrirse frente a las indemnizaciones por la salida a Bolsa de la entidad. La nueva cifra crece en 1.060 millones de euros frente a los 780 de hace tan sólo un año. Bankia no desglosa los conceptos de este millonario fondo, pero asegura que, además de la devolución de lo invertido por cada particular, los costes judiciales que se añaden son "muy relevantes".

Adicae, por ser asociación de consumidores especializada en demandas colectivas, cobra 36 euros en concepto de cuota de socio y 90 euros por costes judiciales. En los contratos de los abogados que representan a demandantes, es frecuente que el despacho exija al ahorrador un depósito con el que cubrir gastos.

Todo lo demás queda a expensas de la sentencia del juez. Cremades, por ejemplo, que representa a más de 1.500 accionistas de Bankia con una inversión de más de 40 millones de euros, establece "un fijo modesto y un variable razonable conforme al importe reclamado".

Así, si el auto condena al banco a indemnizar pagando costas e intereses, el cliente recupera su inversión y el depósito. El bufete -Cremades, Arriaga o cualquier otro- carga entonces sus honorarios sobre el banco. Algunas entidades han indicado que el precio de estos honorarios para juicios en segunda instancia llega a triplicarse respecto al establecido por los propios bancos cuando ganan, alcanzando 4.000 euros. En el caso de Bankia, la paradoja es que la carga de los honorarios de todas las demandas ganadas por la desastrosa salida a Bolsa de 2011 corre ahora, tras el rescate de la entidad a cargo del contribuyente, propietario de un 100% de BFA y un 62% de Bankia a través del Frob.

Según el contrato, se lleva también los intereses. Así, con un interés del 4% -interés legal del dinero entre 2011 y 2014 y un 3,5% en 2015-- sobre una inversión de 10.000 euros realizada en 2011, esos intereses ascenderían hoy a unos 1.600 euros. Sobre 600 millones, serían 96 millones, un premio más que considerable teniendo en cuenta que una vez seleccionados los clientes, el contenido de la demanda es común en muchos aspectos al de otros miles.

Gran porcentaje de éxitos

Una pequeña parte de las demandas se pierde. Y aunque el riesgo de añadir los honorarios de Bankia a lo perdido en la OPV es pequeño, no deja de existir. Si es sin condena a costas, el despacho se queda con el depósito. Pero en los casos con condena a costas, es el cliente quien carga con las costas y los honorarios de los abogados de la entidad, que en el caso de Bankia ascienden a 1.200 euros en segunda instancia.

¿Llegará un momento en el que se agote el filón de las reclamaciones porque las grandes entidades corrijan sus abusos? "Creo que no", contesta Jesús María Ruiz de Arriaga. "En el pasado, incluso habiendo legislación que lo impedía y órganos de supervisión y control (Banco de España, CNMV, Administración, etc.), cometieron abusos con bastante impunidad. Ojalá hayan aprendido. Arriaga Asociados no lucha contra los bancos sino contra los abusos y a favor de los consumidores. Los bancos tienen que existir pero, espero equivocarme, si pasáramos otra crisis, podrían volver a intentar obtener beneficios o capitalización a costa de sus clientes y ahorradores", concluye.

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