lunes, 30 de mayo de 2016

La banca solo asegura el 1% del riesgo operativo por fraude o 'cibercrimen'



Por Eva Contreras
El Economista, 30/05/2016.

La actividad rutinaria de un banco se encuentra expuesta a incontables incidencias por errores humanos, fallos internos en los sistemas o por acontecimientos exógenos. ¿Cómo se puede prever, por ejemplo, los daños derivados de un terremoto, un ataque terrorista o el trastorno económico y, aún peor reputacional, de sufrir sustracción de cuentas de clientes por hackers?

Son riesgos, englobados bajo el capítulo normativo de 'operacionales', que consumen además capital regulatorio y, sin embargo, carecen de coberturas aseguradoras. "De los quebrantos derivados por riesgos operacionales en 2015, solo un 1% estaba cubierto con pólizas", apuntan en la industria.

Las entidades se afanan en controlar estas contingencias con sofisticados sistemas de gestión de riesgos y la adopción de robustas culturas corporativas -una exposición, nada desdeñable, es también el fraude interno-. Pero sorprende el escaso 'blindaje' cuando hacerlo alivia la factura de recursos propios. "Cuando más asegurados tienes tus riesgos operacionales menos capital necesitas para potenciales futuras mitigaciones de esos riesgos", explica Gianluca Piscopo, consejero delegado de Global Corporate de Zurich en España y Latinoamérica.

Alivia el capital regulatorio

Quizá por eso el interés comienza a despertar. "Los bancos se encuentran con nuevas regulaciones y algunos requerimientos que les animan a pesar en fórmulas para optimizar el capital", desvela Piscopo.

El peligro de ataques piratas informáticos se ha colado, como prioritario, en la agenda del Mecanismo de Supervisión Único europeo (MUS). El imparable proceso de digitalización de la banca eleva su vulnerabilidad a un tipo de exposición capaz de provocar un boquete, en quebrantos y confianza, difícil de restañar y preocupa a las empresas. En el último estudio anual de Aon Global Risk el ciberriesgo entra por vez primera entre los 10 temores principales para una empresa, junto al miedo a no ser competitivo, satisfacer las necesidades de clientes o la interrupción del negocio.

El ejercicio de transparencia de la EBA (autoridad bancaria europea, por sus siglas en inglés) de 2015 puso igualmente en evidencia que las contingencias operacionales son las que más capital consumen, por detrás de la exposición al crédito y antes que el riesgo de mercado.

Por otro lado la crisis ha hecho saltar también alarmas. Desastres financieros como las pérdidas de 4.900 millones de euros en Société Générale por la operativa de su broker Jérôme Kerviel, el fraude piramidal de Bernard Madoff, los litigios por manipulación del líbor o euríbor son ejemplos de este riesgos y capaces de hacer tambalearse una entidad, como los robos de cuentas de clientes. Menores, pero más frecuentes, son también los errores en la actividad diaria.

Una situación que, a ojos de Piscopo, requiere solución global. "El reto -refiere el ejecutivo de Zurich- es dar el salto desde las pólizas tradicionales de daños, responsabilidad civil, de fraude o ciberriesgo, y diseñar coberturas más amplias, con productos innovadores y soluciones, al final, holísticas".

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