Por Marta Garijo
El diario.es,
02/05/2016.
Draghi sigue con el bazuca cargado y mantiene los tipos de
interés en la Zona del Euro al 0%. En este contexto de tipos mínimos, la banca
busca alternativas con mayores rentabilidades para captar clientes. La solución
pasa por productos más complejos, como son los estructurados puesto que la
renta fija y los depósitos ofrecen beneficios mínimas. Los expertos advierten
de que nadie ofrece nada gratis, por lo que aconsejan fijarse bien en la letra
pequeña, en el mayor riesgo que implican y en su menor liquidez. La CNMV, por
su parte, está preparando un listado de productos de riesgo con el que busca
advertir a los pequeños inversores sobre aquellos que no ve convenientes para
su perfil.
Con el Banco Central Europeo aguantando el tirón, la banca
tiene que encontrar alternativas a la guerra de los depósitos que llevó a cabo
en el pasado. Si bien es cierto que no se han cumplido las predicciones más
agoreras que apuntaban que las entidades podrían llegar a cobrar por depositar
el dinero en ellas, el tipo de interés medio de los depósitos –en enero el
Banco de España registró que la media estaba en el 0,39%— está lejos de las
épocas de los superdepósitos al 4% cuya proliferación llevó al Banco de España
a limitar en 2013 el interés que podían ofrecer las entidades.
"Es muy complicado conseguir rentabilidad en estos
momentos si no se asume un cierto riesgo", señala Manuel Romera, director
del Sector Financiero de IE Business School.
En este contexto, destaca la oferta de depósitos
estructurados. Estos productos comparten parte del nombre con los tradicionales
pero varían en que la rentabilidad solo se conoce en el momento del vencimiento
puesto que está ligada a la evolución de un subyacente, es decir, que su
rentabilidad dependerá de cómo evolucione, por ejemplo, una acción o un índice
como puede ser el Ibex 35.
"Cuanto más tiempo sigan los tipos bajos de interés,
más estructurados se verán", apunta Jesús Palau, profesor del Departamento
de Economía y Finanzas de Esade, que añade que "si el depósito tradicional
ofrece un 0% y el estructurado un 3% es que algo hay".
Lo que hay es que este 3% no es una remuneración segura
para el cliente, únicamente se retribuirá en el caso de que se cumpla la
apuesta. Esta condicionalidad puede ser, por ejemplo, que la acción de una
determinada compañía repunte más de un 5% o que el precio de un paquete de
valores sea a fecha de vencimiento mayor que en el momento de contratación.
"Lo que debe hacer sospechar a un cliente es cuando ve algo que parece un
regalo. En el mundo financiero no hay regalos. En cualquier estructurado hay
riesgo", resume Palau.
Algunos ejemplos
El nombre de los productos no tiene por qué incluir la
palabra estructurado dentro del nombre. Este es el caso, por ejemplo, del
Depósito Garantizado Digital 36 de Bankinter, que condiciona su rentabilidad a
la evolución de las acciones de Ferrovial y BBVA. Si el precio final de los dos
subyacentes es mayor o igual que sus precios iniciales, la entidad abonará un
cupón del 0,85% mientras que si el precio final no lo es, el cupón será del
0,10%. Todo esto en un periodo de 18 meses desde que se fija el precio inicial
hasta que vence este producto.
Otra de las características que hay que tener en cuenta a
la hora de contratar uno de estos productos es el periodo de vencimiento del
producto. Miguel Ángel Bernal, responsable del Departamento de Investigación de
IEB, explica que los productos de este tipo que se están ofertando tienen en
muchos casos periodos muy largos de vencimiento, lo que les resta potencial.
"No son nada interesantes para los perfiles de personas más inversoras, ni
tampoco para las conservadoras, dado que es un producto que se queda cojo de
rentabilidad", señala.
El inversor tiene que tener en cuenta que retirar el
producto antes de tiempo puede conllevar no ganar nada porque el comportamiento
del subyacente no se ajuste a las condiciones estipuladas. Además, si el
horizonte temporal es muy largo estos depósitos pueden ser un arma de doble
filo si cambiaran las condiciones de la política monetaria europea y hubiera
una subida de tipos.
Otro de estos productos lanzado recientemente ha sido el
Depósito Ahorro Nestlé y Gas Natural que Popular comercializa desde abril. Este
producto tiene un plazo de vencimiento de 18 meses y requiere una imposición
mínima de 10.000 euros que puede realizarse hasta el 31 de mayo. Si se cumple
la condicionalidad de que el precio de las acciones en las fechas establecidas
sea igual o superior a su precio inicial, la rentabilidad será del 0,86% TAE.
En caso contrario, este se reduce hasta el 0,15%.
La rentabilidad de este depósito es bastante más reducida
que otros productos de este tipo que había lanzado la entidad anteriormente
dado que lanzó un producto similar en
febrero (aunque ligado a acciones de Telefónica y Vodafone) en el que ofrecía
un 1,30% si se cumplían las condiciones del subyacente.
El banco online de Sabadell, ActivoBank, también cuenta
con un producto de este tipo referenciado a las acciones de Daimler e Inditex.
El Depósito ActivoBank Acciones
Selección ofrece una rentabilidad del 1,33% si el valor de los índices es
superior al inicial. En caso contrario, si alguno de los valores es inferior se
obtendrá una remuneración del 0,35% TAE.
Bankoa –participada casi en su totalidad por el francés
Crédit Agricole– ha lanzado un depósito
con un interés del 1,2% pero vinculado a un fondo de inversión. La rentabilidad
ofrecida por este depósito depende del porcentaje de la inversión que el
cliente destine al fondo. El menor porcentaje que permite este producto
destinar al fondo es un 30% y un 70% al depósito; en esta opción el TAE que
podría ganar sería de un 0,7%. El 1,2% solo puede lograrse si destina un 70% al
fondo y un 30% al depósito. La inversión mínima es de 24.000 euros.
Avisos a los
usuarios
La CNMV estaría preparando un listado de productos que no
considera adecuados para los pequeños inversores, según publica Cinco Días. De
esta forma, quienes comercialicen estos productos deberán comunicar a los
clientes que estos pueden no ser adecuados para ellos.
En el listado de los productos, habría seis categorías:
los bonos convertibles (más conocidos como CoCos); cualquier tipo de deuda con
una cláusula que implique que el emisor pueda amortizarla; deuda que no asegure
al menos el 90% del capital inicial; los productos estructurados cuando la
entidad no asuma el compromiso de devolver al menos el 90% del importe
recibido; los fondos de inversión garantizados cuando este no garantice por lo
menos un 90% de la inversión y todos los derivados no cotizados en el mercado.
Si finalmente esta guía se publicara, sería un adelanto a
la entrada en vigor de la nueva normativa bancaria, la Mifid II, que busca una
mayor protección de los clientes. Bruselas ha retrasado un año la aplicación de
esta nueva regulación del sector financiero, que no entrará en vigor hasta 2018
frente a la fecha inicial de 2017.
Disponible en:
http://www.eldiario.es/economia/banca-productos-estructurados-oferta_0_509899799.html
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