Por Jordi
Sabaté
El diario.es,
26/04/2016.
"Estamos viviendo una auténtica huida a la
carrera, y si no fuera porque la comparación ofende, se diría que es digna de
la salida de los norteamericanos de Vietnam", asegura a ConsumoClaro
Mario, nombre ficticio de un economista que trabaja en una gran entidad
financiera española y no desea revelar su identidad real ni la de su banco
"en estos momentos de tanta incertidumbre".
Mario nunca ha trabajado de cara al público, sino
en el área de estudios y predicciones económicas, y en principio no se vería
afectado por las profundas reestructuraciones del negocio bancario doméstico en
España, aún así asegura que "ahora nadie se siente seguro". Dice
conocer de primera mano la pauta marcada por el sector: "en los últimos
años, tras las fusiones, ha habido que reorganizar las entidades resultantes
eliminando el exceso de personal y oficinas, y esto ahora se ha acelerado: 2016
será muy duro".
Casi 11.000
oficinas cerradas en tres años
Los datos son elocuentes y corroboran el punto de
vista de Mario: entre junio de 2014 y junio de 2015 se eliminaron más de 1.600
oficinas y se despidió a casi 10.000 empleados. La sangría continua en 2016 con
los anuncios de reducciones del Santander (450 oficinas y entre 850 y 1100
personas), el BBVA (2.800 oficinas y un número desconocido de empleos),
CaixaBank (750 despidos pero manteniendo las oficinas) o Sabadell (moverá el
25% de su parque de oficinas al Reino Unido), por hablar solo de los grandes.
Algunos cálculos estiman el cierre durante 2016 de
9.000 oficinas y el despido de casi 35.000 personas en la que sería la mayor
contracción del negocio bancario en democracia. La banca se retira del barrio,
hace años que ha reducido su interés en el negocio de los pequeños ahorradores,
pero con las políticas de intereses mínimos del Banco Central Europeo (BCE),
las entidades han perdido los complejos y se han quitado la máscara.
Nadie puede culpar a los bancos de que su objetivo
sea hacer negocio y está claro que en la calle, donde el poder adquisitivo se
ha perdido y el interés está rozando el 0%, "lo único que hacen es perder
dinero", según Mario. Este profesional cree que tarde o temprano tenía que
pasar, porque los bancos y cajas también han sufrido mucho: "han pagado
los excesos de los años anteriores a la crisis con los aprovisionamientos
exigidos".
Cláusulas
suelo, la estocada definitiva a una relación de décadas
Además, saben que ahora les toca pagar por los
pecados de temas como las cláusulas suelo o las preferentes, que supondrán en
algunos casos pérdidas importantes. Mario opina que el tiempo de los préstamos
y las hipotecas baratas para todo el mundo ha terminado, que a la larga se ha
demostrado que fue una mala idea extender el crédito al común de los mortales
como se venía haciendo desde principios de la década de los noventa.
La popularización del crédito fue un pecado
global, no solo de España, y las consecuencias son de sobra conocidas:
dramáticas para personas y empresas y a la larga ruinosas para cajas y bancos.
"No se volverá a repetir", insiste Mario.
¿Quiere decir esto que al banco no le interesa
nuestro dinero si no somos alguien? "En buena manera es así",
contesta Mario: "aunque como en todo hay matices, en este momento el
ciudadano medio conlleva demasiados riesgos y muy pocos beneficios con el nivel
de interés actual".
En otras palabras: si no eres un cliente VIP, con
sueldo muy alto o un trabajo muy estable -funcionario medio o alto, por
ejemplo-, el banco pasará de ti; prefiere hacer negocio mediante fondos de
inversión o comprando deuda soberana a los países, que tiene unos intereses
mucho más elevados.
'Carry
trade' para salir del agujero
Precisamente esta última actividad es la que ha
ocupado a los bancos españoles en los últimos años: tras el rescate bancario de
2012, las entidades se dedicaron a utilizar el dinero prestado -a través del
FROB- por el BCE a un interés menor al 1%, para prestarlo al propio Gobierno
español con un interés cercano al 4%.
Esta maniobra, que se conoce como 'carry trade' en
el argot financiero, fue una manera polémica de recuperarse. "Pero no les
quedaba otra si querían capear la crisis y las altas cotas de morosidad, ya que
sabían la mayor parte del dinero procedente de préstamos inmobiliarios
impagados no lo van a recuperar", dice el economista.
De todos modos, parece que los problemas de los
bancos no han terminado; la situación económica mundial puede hacer que ahora
la morosidad no sea de personas, sino de países que vendieron deuda soberana y
que no pueden pagar los intereses, un problema mucho mayor.
Además está el tema de las ppi en Reino Unido, muy
similar a las preferentes españolas, que de momento afecta al Santander con 600
millones de euros, pero que puede alcanzar los 1.800 millones y tocar a otros
bancos españoles.
Vete
acostumbrando a hacer cola y a pagar por todo
Con este escenario, la reacción de los bancos ha
sido unánime: cerrar masivamente oficinas, despedir empleados y ganar eficacia
con la digitalización radical del servicio, que afecta tanto a todas las
operaciones posibles que antes te hacia el empleado como a la captación de
clientes para nuevos productos. Ya lo avisó José María Roldán, presidente de la
patronal bancaria: "que el cliente se vaya acostumbrando a que pagará
comisiones en el futuro".
Mario lo explica así: "si bajas ahora a tu
oficina verás que donde antes había cuatro personas en atención al público
ahora hay una sola y una larga cola de clientes; esta persona, además, te avisa
de que pronto tendrá que cobrarte por gestiones que antes te hacía como si
fueran un derecho que tenías".
La intención es penalizar todo servicio que se
pueda hacer por la página de internet, de manera que se ahuyente al cliente de
barrio hasta que la oficina no tenga sentido y pueda ser cerrada. Pero, ¿qué
pasará con la gente mayor o sin acceso digital? "Tendrán que pagar
comisiones y al final incluso puede que queden desatendidos si no viven cerca
de alguna de las pocas oficinas que quedarán a la larga, porque la tendencia es
a cero sucursales", predice este economista.
Bienvenido
al mundo de los 'Ryanair bancarios'
Mario explica que el negocio de captación también
se desplazará a internet: "la idea es captarte mediante simuladores y
otras herramientas, porque serás tú el que irás a buscar un seguro, un préstamo
o la apertura de una cuenta". Por un lado este sistema tiene la ventaja de
que permite a los bancos ser más competitivos en precios en cuanto a sus
ofertas de seguros o de cuentas bancarias, ya que a esta escala les sigue
interesando nuestro dinero.
Pero al final esta ventaja se convierte en un arma
de doble filo, porque lo que nos darán -ya lo están haciendo- son servicios
'low cost', con contratos muy básicos en los que se pagará progresivamente al
añadir servicios extra. "La idea final", remata Mario, "es hacer
una especie de 'Ryanair bancario', con buen servicio pero en el que sumando al
producto los extras y el coste de gestión del mismo, acabes pagando algo parecido
a lo que pagas ahora".
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