Por Juan Torres López
Nueva Tribuna.es, 20/05/2016.
El Banco de España es quizá la institución pública más
poderosa de España. No dicta leyes pero puede hacer que no se promulguen. No
toma decisiones sobre política económica general pero puede evitar que se
adopten. Es completamente independiente y nadie le puede pedir cuentas, aunque
puede influir y de hecho influye sobre la manera de pensar y sobre lo que
ocurre con el bolsillo de todos los españoles.
En su seno trabajan los que quizá sean los empleados
públicos más privilegiados de España. Reciben elevadísimos sueldos y pensiones
(el ex gobernador Fernández Ordóñez recibió una indemnización de 95 días por
año trabajado en el Banco cuando lo dejó), disponen de residencias de veraneo
prácticamente gratuitas, reciben créditos casi regalados, además de otras muchas
prebendas de todo tipo…
No cabe duda de que allí trabajan los economistas mejor
preparados y los que disponen de mejores medios para analizar la realidad pero
el Banco de España es un completo desastre a la hora de hacer análisis y de
llevar a cabo las funciones que la ley le encomienda.
Como ya va siendo bien sabido, sus directivos no se se
apercibieron de la burbuja inmobiliaria ni de los problemas que estaban
acumulando los bancos y cajas españoles o, mejor dicho, no hicieron nada para
evitarlos, a pesar de que los inspectores lo advirtieron por escrito (ver ¿Para
quién trabaja el Banco de España?).
La escuela de negocios ESADE publica anualmente una “diana”
en la que se muestra el grado de acierto en sus predicciones de diversas
instituciones. Pues bien, el Banco de España es la que peores resultados tuvo
en predicción del PIB y del empleo en 2015, la tercera peor en 2014 en ambas, y
la segunda peor en predicción del PIB y la tercera en empleo en 2013. Demoledor
suspenso en toda regla.
Entre las funciones del Banco de España se encuentra la de
“supervisar el cumplimiento de la normativa específica de las entidades de
crédito” y, lógicamente, eso lleva consigo evitar que éstas cometan abusos
contra sus clientes. Pero también en este campo su actuación es mucho peor que
deficiente como saben millones de
españoles que han sido estafados por los bancos en los últimos años.
Ahora, el ingeniero sevillano Antonio Moreno, conocido
porque desde hace años viene denunciando los fraudes que cometen las empresas
eléctricas con la complicidad de los gobiernos y la judicatura (ver su web
estafaluz.com) acaba de hacer otra denuncia que pone de relieve la actitud
pasiva del Banco de España ante lo que se puede considerar como una auténtico
robo por parte de los bancos (más detalles aquí: El jubilado de las eléctricas
golpea de nuevo: “Hay miles de hipotecas fraudulentas”).
Moreno ha descubierto en un caso concreto que la entidad
Caixabank no utiliza con su cliente el sistema de amortización de la hipoteca
que figura en la escritura sino otro conocido como “hipoteca montaña” que es
mucho más caro (hasta un 20% más) para los deudores.
El propio Antonio Moreno ha explicado claramente el
perjuicio que eso significa para la persona concreta cuyo caso ha estudiado: pasar
de la amortización de hipoteca montaña que le aplican indebidamente al que
consta en el contrato le supone un ahorro de 21.585 euros (hasta el momento)
mientras que de haber seguido en el primero le hubiera costado 60.000 euros
adicionales que hubieran ido al bolsillo del banco.
Moreno sospecha con razón que debe haber miles de casos como
el que él ha estudiado pero lo sorprendente es que el Banco de España ni lo
haya detectado ni haga nada para evitar el auténtico robo que esa actuación de
la banca supone. Como dice el ingeniero, es prácticamente imposible que una
persona normal y corriente, sin buenos conocimientos de matemáticas
financieras, se pueda dar cuenta del cambiazo, de modo que debería ser el Banco
de España, pues para eso le pagamos entre todos buenos sueldos y privilegios a
sus empleados, quien supervisara con eficacia para evitar los engaños. Pero a
la vista está que tampoco en este campo parece que su voluntad sea ponerse del
lado de los españoles de a pie sino encubrir a los bancos.
¿Se trata de incompetencia? La verdad es que cuesta trabajo
creerlo. Es cierto que los métodos de selección del Banco de España priman la
asunción de la ideología económica neoliberal y que solo como un milagro podría
encontrarse un economista crítico en su plantilla y que eso supone un velo que
ciega a la hora de tomar decisiones. Pero no puede ser solo una cuestión de
ideología. Allí están los mejores, los más preparados… ¿Cómo fallan tanto,
sobre todo a la hora de descubrir los abusos de la banca?
Me temo que la explicación no puede ser otra que la
corrupción dominante en nuestra primera autoridad bancaria. Seguramente, no se
trata de una corrupción directa pero sí de una complicidad evidente de sus
dirigentes con los corruptos, con quienes realizan habitualmente malas
prácticas y financian a quienes los hacen. La corrupción no solo consiste en
robar a pleno día sino también en dejar hacer a los corruptos y los bancos
españoles lo son porque la dirección del
Banco de España los ha dejado y los deja hacer prácticamente lo que les venga en
gana, tal y como desgraciadamente se ha podido demostrar en los últimos años.
La corrupción es, también, que quienes deben actuar como servidores del interés
público den prioridad al privado, como demuestra que después de estar en el
Banco de España tantos de sus directivos recalen en las entidades financieras a
las que se supone han controlado previamente, en sus patronales o en los
organismos internacionales que las protegen (el ex gobernador Jaime Caruana, al
que sus inspectores denunciaron por pasividad y actitud complaciente ante los
riesgos que acumulaba el sistema financiero español, es ahora director general
del Banco Internacional de Pagos, la primera autoridad bancaria mundial).
Y es también corrupción que nadie se preocupe de estas
cosas, que ante denuncias como las de Antonio Moreno no haya jueces y fiscales
que actúen ni gobiernos que pidan cuentas.
Luego se extrañan de que la gente se indigne.
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