Por
Luis Doncel
El País,
10/10/2018.
Han
pasado diez años de la crisis que lo cambió todo, y las heridas de los bancos
no se han curado del todo. El Fondo Monetario Internacional hace ahora un
diagnóstico con claroscuros del sector financiero global: resalta sus mejoras
—las entidades cuentan con más capital y liquidez que en los años de la
tormenta—, pero insiste en sus vulnerabilidades no resueltas, como el excesivo
nivel de deuda de algunos clientes y el descenso de su valor en Bolsa.
“La
creciente deuda de familias y empresas ha dejado a los bancos de algunos países
expuestos a clientes con una elevada carga”, asegura el Informe de estabilidad
financiera global presentado en Bali. El texto recuerda que algunos países ya
han tomado medidas para afrontar estos riesgos. En China, por ejemplo, las
autoridades están tratando de reducir el crecimiento del crédito. Y en Francia
se están poniendo en marcha medidas para limitar la exposición de las entidades
mayores de 30.000 millones de dólares (26.000 millones de euros). Estos
clientes pueden ser especialmente peligrosos para los bancos ahora que los
tipos de interés van a subir en varias zonas monetarias.
Más
peligrosa en potencia aún es otra tendencia de la que alerta el Fondo. Vuelve a
tomar fuerza la combinación de países muy endeudados con elevadas carteras de
bonos en manos de los bancos. Esta mezcla explosiva podría reiniciar el círculo
vicioso de deuda pública y privada que tuvo consecuencias desastrosas en la
Gran Recesión. Además, algunas entidades están muy expuestas a los activos
ilíquidos u opacos, alerta el documento.
Pero
al FMI le gusta empezar por la parte positiva. El organismo que encabeza
Christine Lagarde alaba el fortalecimiento del balance que han hecho las
entidades desde la crisis financiera global. Y las reformas de la última década
han dado algunos de los frutos deseados: el nuevo marco regulatorio y de
supervisión ha mejorado sustancialmente la situación, destaca el documento. Sin
embargo, los problemas no se han evaporado.
Una
de las preocupaciones es la cotización en Bolsa. “En la zona euro, China, Japón
y Reino Unido la ratio entre el valor agregado y el precio que consta en libros
es menor de uno”, asegura el documento, en lo que supone un toque de atención
sobre la pérdida de valor en el mercado de algunas entidades. “Si las
valoraciones de mercado se usan para calcular ratios de capital, algunos bancos
tendrían una capitalización de mercado ajustada de menos del 3%, el nivel
mínimo”, añade.
El
FMI enumera otra forma de comprobar la salud de los bancos: con simulaciones de
ratios de capital en periodos de dificultades, las famosas pruebas de estrés.
“Pese a que la última simulación de necesidades de capital está ahora muy por
debajo que antes y durante la crisis, los resultados sugieren que algunos
balances de bancos podrían fortalecerse aún más”, concluye el documento.
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