Por Guillem Bou Bauzàes
Público.es, 06/10/2018.
Desconcierta que sea el Tribunal
Justicia de la Unión Europea quien deba indicarle al Tribunal Supremo de España
que defienda a sus propios ciudadanos.
Ante la reiterada publicación de
publicidad fraudulenta sobre el IRPH por parte de las entidades bancarias, el
Tribunal Supremo sentenció que los clientes debían ser “perspicaces”.
La Comisión Europea corrige al Tribunal Supremo
Una vez más Europa corrige al
Tribunal Supremo de España en materia de derechos de los consumidores. Ha sido
la Comisión Europea quien, en su informe preliminar, ha indicado que por muy
oficial que fuera el índice IRPH, no se puede dejar desprotegido a nadie. El
Tribunal Supremo había sentenciado en noviembre de 2017, ante la complejidad
que encierra entender qué es el IRPH, que los españoles de a pie debíamos ser
“atentos y perspicaces”.
Una forma popular de leer la
sentencia del Supremo sería esta: “Si sois unos despistados y además un poco
cortitos, no os quejéis si el banco os ha engañado”. Pero ante la contundencia
jurídica de este enunciado hay que preguntarse si los ciudadanos son así o, por
el contrario, si fueron víctimas de un engaño sutil, retorcido y ciertamente
doloso. Así pues, cabe preguntarse cómo es posible que determinados clientes
contrataran un índice alternativo extraño (IPRH) cuando todo el mundo
referenciaba los préstamos hipotecarios al Euribor. ¿Fueron poco perspicaces o
fueron víctimas de una campaña publicitaria fraudulenta?
Publicidad del IRPH: la hipoteca estable para la clase media
Todo el mundo en el sector
bancario sabe que los préstamos IRPH se comercializaron como un tipo de hipotecas
“anti subida”. Se inundaron las oficinas de folletos que ofrecían un préstamo
vivienda de tipo estable, que protegía de las subidas abruptas del Euribor. Y
los directores repetían hasta la saciedad que el IRPH era la opción segura. Era
falso. Era un engaño y la víctima iba a ser la clase media, los autónomos, los
asalariados y las PYMEs.
Con el transcurrir de los años,
el Euribor se disparó y el IRPH, lejos de mantenerse estable, le superó al
alza. Y con la bajada que empezó en el 2009, el Euribor se desplomó y entonces
el IRPH, lejos de bajar, se mantuvo. Se había perpetrado una de las mayores
tomaduras de pelo contra la clase media española. Pero no porque fueran poco
perspicaces ni porque estuvieran desatentos, sino todo lo contrario: porque
precisamente se leyeron los folletos que les facilitaron los bancos. O porque
escucharon detenidamente las explicaciones de unos directores que, a la postre,
resultaron ser unos trileros.
Los folletos que la banca querría destruir
Caixabank(antes La Caixa) emitió
folletos donde se exponían las ventajas del IRPH frente al Euribor. Donde se
aseguraba que era un índice estable. Por añadidura, en ellos se sostiene que el
Banco de España recomienda referenciar las hipotecas a dicho índice. Con el
agravante de repetir este mensaje desde el año 2002 hasta el año 2008. Y con el
agravante de, en un juicio concreto en Girona, afirmar que en realidad nadie en
el 2008 era incapaz de prever la evolución de los tipos de interés en el
mercado hipotecario. ¿Cómo se podía sostener entonces Caixabank que el IRPH iba
a ser más estable si reconoce que desconocía la evolución de los tipos?
Ibercaja fue más allá en su
publicidad, pues dejaba claro que la estabilidad significaba unas cuotas
estables durante la vida del préstamo, libres de “la fluctuación de tipos de
interés en el mercado”. El Banco Popularsostenía en su Hipoteca Premium, que “[el
IRPH] se trata de un índice mayor que el Euribor, pero que no sufre tantas
variaciones como este”. BBVA, todavía en 2015, insistía en que los préstamos
IRPH “son poco volátiles y sufren variaciones lentas” y que “[el Euribor] ha
demostrado ser una auténtica montaña rusa”. No es hasta 2017, con cientos de
miles de familias engañadas y con cuotas altas en tiempos de intereses bajos,
el BBVA escribe que “el Euribor suele ser el índice más ventajoso para los
clientes en la mayor parte de las hipotecas que se contratan”.
Cuando todos los bancos mintieron menos uno
Pero si algunas entidades
financieras jugaron un triste papel suministrando información falsa, no menos
honesto fue la actitud de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que agrupa
a casi todas las entidades de crédito de nuestro país (BBVA, Sabadell,
Santander, Caixabank, Bankia, Ibercaja, Unicaja, Abanca, Banco Caixa General,
UCI, ING, Kutxabnak, etc.). Un seguimiento a las declaraciones de su gerente,
Lorena Mullor, puede servirnos de base para la elaboración de un manual de
intoxicación informativa:
2 En febrero de 2009, Mullor auguró que los préstamos IRPH iban a bajar a partir del verano. Es decir, el mensaje a los IRPH era que se estuvieran tranquilos, ya que también tendrían cuotas bajas (nunca las tuvieron).
3 En la misma entrevista, la señora Mullor se hizo un lío y manifestó una contradicción: por un parte, que el Euribor era el índice más volátil (siempre era malo, ese tal “Euribor”) pero, por otra parte, que el IRPH tenía un comportamiento paralelo al Euribor, si bien menos impulsivo. En efecto, no se espanten: la gerente de la AHE no entendió el significado del concepto “paralelo” cuando cursó la secundaria.
4 En 2015 la AHE editó una guía hipotecaria dónde se sostenía que todos los índices era igual de ventajosos para el consumidor, puesto que todos tenían “ventajas e inconvenientes.
5 Y, finalmente, en 2017 la AHE afirmó que el Euribor y el IRPH no eran paralelos. ¡Por fin los banqueros aprendieron las matemáticas de la ESO!
Como se puede observar, nunca se
suministró tanta información falsa, tendenciosa, contradictoria a los
consumidores sobre un producto vinculado a un derecho fundamental: el derecho a
la vivienda. En este festival de la falsedad, sólo tenemos una declaración
sincera de un banquero que haya reconocido que el IRPH era ventajoso para las
entidades financieras. En la Comisión de Investigación del Parlament de
Catalunya (2012) sobre responsabilidades de la gestión en las entidades
financieras, el exdirector general de Caixa Laietana tuvo a bien decir en su
defensa que su entidad era solvente por cuanto “tenía la indexación de créditos
que era la más ventajosa para nosotros a base de IRPH, ya que daba un margen
financiero más elevado que otras muchas entidades que jugaron con el Mibor o el
Euribor”. Por fin un banquero que no mentía… aunque fuera para calificar de
“buena gestión” el haber colado un índice desfavorable a sus clientes (sic)
¿Se puede realizar publicidad engañosa en España e irse de rositas?
La esperanza de cientos de miles
de ciudadanos siempre ha sido que, en efecto, vivimos en un país del primer
mundo, y no es fácil perpetrar una estafa a gran escala. Tenemos organismos de
control y supervisión.
¿Se imaginan que pasaría en
cualquier país europeo si una farmacéutica comercializara un producto
antitérmico que, en realidad, no bajara para nada la fiebre? Pues bien, en
nuestro sistema jurídico la publicidad obliga, es decir, tiene valor
contractual. Si un banco publicita préstamos con cuotas estables, tienen que
ser estables. Por esta razón, esos cientos de miles de ciudadanos tenían fe en
el sistema. Se habían creído que vivíamos, como no dejan de repetirnos
últimamente, en una “democracia avanzada”.
Estos ciudadanos, en más de 10
años de lucha, no han visto al Banco de España advertir a ninguna entidad por
el IRPH. No han visto a ninguna administración sancionar a ningún banco por la
publicidad engañosa. Pero estaban tranquilos porque sabían que eran europeos, y
que todos los países miembros de la UE se impregnan de una legislación europea
que es de las más avanzadas del planeta (estado el bienestar, estado de
derecho, derechos de los consumidores, etc.). De ahí la sorpresa cuando el
Tribunal Supremo emitió su sentencia. Una sentencia de algún siglo anterior,
pero no del siglo XXI. La sentencia del Supremo viene a decir que vivimos en
una sociedad avanzada (el IRPH es un índice oficial y, por tanto, “pulcro”) y
que, en todo caso, los retrasados son los clientes que firmaron IRPH. En
resumen: cornudos y apaleados. Y encima tildados de estúpidos (o “poco
perspicaces”, que es la manera jurídica de decirlo).
Por añadidura, quizá los miembros
del Supremo ser rodean sólo de ciertas compañías, ya que el IRPH es tan abusivo
que muchos financieros lo llaman “el índice de los tontos”. La publicidad es
sólo una de las muchas irregularidades, créanme, que se podrían exponer sobre
este índice.
En cualquier país europeo, el
litigio IRPH sería un caso en bandeja.En él no sólo el poder judicial
condenaría el engaño y el abuso, sino que recordaría de manera ejemplar los
cimientos de este constructo ciudadano llamado Unión Europea. Y los jueces se
felicitarían a sí mismos por defender unos derechos alcanzados después de
cientos de años de sacrificio.
Pero en España no sucedió esto ni
de lejos. Para empezar, choca que el Tribunal Supremo en la sentencia de
noviembre de 2017 hable con naturalidad del diferencial que se aplica al IRPH,
con lo que muestra su total ignorancia técnica sobre lo que está juzgando. “Si
algunos jueces fueran peces” –me dice un amigo- “estarían muertos”. Pero choca
mucho más que el Supremo desoiga las advertencias previas de la Unión Europea
en las cláusulas suelo, vencimiento anticipado y la reiteración de informes que
les recuerdan que el cliente tiene derechos que debenrespetarse. Nuestro TS se
asemeja a un estudiante adormilado al que el profesor le repite una y otra vez
cómo hacer las cosas bien. Desconcierta que sea siempre el Tribunal de Justicia
de la Unión Europea quien deba indicarle al Tribunal Supremo de España que
defienda a sus propios ciudadanos.
No se me ocurre ningún caso
parecido. Bueno, sí, dos que nos vienen como anillo al dedo. El primero: en una
ocasión, cierto ayuntamiento malagueño fue intervenido porque ya no trabajaba
para defender los intereses de sus vecinos. Una administración superior tomó el
control. Y el segundo: cierto Papa, recientemente, consideró que no tenía
fuerzas para defender la Iglesia ante los grandes retos que debía afrontar.
Coherentemente, se retiró. Sin embargo, ¿no hay un solo juez del TS de los que
firmó la sentencia del IRPH que sea lo suficientemente valiente como para pedir
que le releven? ¿No hay ninguno de entre los que redactaron la sentencia,
obviamente quitando a los votos discrepantes, que siga el ejemplo de un anciano
de 80 años que entregó la responsabilidad de dirigir la Iglesia a otro Papa
mejor preparado? ¿Tanto les cuesta a nuestros jueces documentarse adecuadamente
sobre derecho en la Unión Europea, después de más de 20 años (sic) de que
entrásemos en ella, y de cómo afecta a todos los consumidores españoles?
En definitiva, los ciudadanos
españoles de a pie, un día, felizmente, se convirtieron en europeos de pleno
derecho. ¿Entienden por qué, dolorosamente, uno tenga que plantearse si el
Tribunal Supremo les defiende realmente? Quizá ése sea al problema: que tenemos
un Tribunal Supremo que no defiende a los españoles con las herramientas que
Europa facilita. En la vecina Francia, eso se lo aseguro, sería inconcebible. Si
se llega a perpetrar un engaño mayúsculo a los consumidores como el IRPH,
asaltan de nuevo la Bastilla. La Cour de Cassationestá al servicio, ante todo,
de los ciudadanos franceses. Entonces, ¿Podemos decir lo mismo en España?
Para saber más:
Informe del Síndic de Greuges que
Catalunya: el primer informe de una administración que habla de “Afectados” y
adjunta al final unos cálculos simples que prueban la inestabilidad del IRPH.
Testimonio de una cliente de
Caixabank que debería dar vergüenza en cualquier país civilizado(“¿es que no
hay nadie que se acuerde de nosotros?”)
Detalle de las afirmaciones
sostenidas por las entidades bancarias sobre e lRPH puede consultarse en el
Informe IRPH como Euribor Amortiguado Congreso de los Diputados -Guillem
Bou_Verónica Dávalos
Disponible en:
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