Por Daniel
Fernández
Diario Público.es,
29/06/2013.
América Latina continúa
alimentando su proceso de integración regional al tiempo que construye
una alternativa al sistema económico de corte neoliberal imperante en los
países del Norte. El Banco del Sur, que celebró su primer Consejo de Ministros
el pasado 12 de junio en Caracas, constituye el último paso de semejante
empresa.
"El Banco del Sur es el resultado
lógico en un continente que quiere romper con la dependencia del Fondo
Monetario Internacional (FMI), responsable de los planes de ajuste desde los
años 70 que condenaron a esos pueblos a la miseria", afirma el profesor de
Ciencia Política, Juan Carlos Monedero.
Fundado en
2007 a iniciativa de los fallecidos Hugo Chávez y Néstor
Kirchner, antiguos presidentes de las repúblicas de Venezuela y Argentina,
el Banco espera completar un fondo de 20.000 millones de dólares, aunque sus
accionistas hasta la fecha sólo han desembolsado 7.000 millones: Ecuador,
Paraguay, Uruguay, Brasil, Bolivia, además de los dos países impulsores. Es
decir, los integrantes del MERCOSUR más Ecuador. Según relata la
profesora de Relaciones Internacionales de América Latina, Susanne Gratius,
"Nicolás Maduro y Elías Jaua rescataron el proyecto para reafirmar el
protagonismo de Venezuela en Sudamérica y particularmente en el MERCOSUR, cuya
presidencia pro tempore asume Venezuela el 1 de julio".
Si Venezuela gana peso, Paraguay
no para de perderlo, ya que fue el único de los seis Estados que no estuvo
representado en la Primera Reunión Ministerial después de ser apartado de
diversas instituciones continentales a raíz del golpe parlamentario
contra el presidente Fernando Lugo en junio de 2012.
Impulsar el desarrollo
"La finalidad del Banco del
Sur es la creación de un fondo para la financiación de obras estructurales que
impulsen el desarrollo económico de Sudamérica", explica el
profesor de Economía de América Latina, Omar de León, "sin tener que
depender de las fuentes tradicionales que son los organismos multilaterales
(el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo) y de los
condicionamientos con que estas entidades suelen acompañar a sus
créditos". "También permitiría cierta capacidad de planificación de
las líneas estratégicas de desarrollo de los países, ya que haría posible
acometer grandes proyectos sin tener que responder, desde el comienzo, a
los intereses de las empresas transnacionales que participaran en los
mismos", concluye el profesor León.
"La
alternativa es lo que hemos visto en Venezuela, Bolivia y sobre todo
Ecuador" No obstante, las principales cualidades de la nueva
institución "responden más a políticas simbólicas que a una
política de transformación radical de la institucionalidad o de las relaciones
de poder", como explica el profesor de Economía Política de la Universidad
de Málaga, Alberto Montero. Esta postura viene apoyada por el también profesor
de Ciencia Política, Pablo Iglesias, quien explica que "la creación del
Banco del Sur es un paso más en la vinculación soberana de la región
frente a Europa, donde el Banco Central Europeo (BCE) se ha convertido en un
espacio de los lobbies alemanes, que ha impedido a los países tener autonomía
en su política económica, carecer de política monetaria."
La dirección política asumida por
diferentes países de América Latina marca la diferencia respecto a la vía que
ha adoptado el Viejo Continente, subyugada todavía a los parámetros dictados
desde los organismos internacionales. "Las políticas impuestas por éstos,
que en Europa se concretan en la troika están empobreciendo cada vez más a los
ciudadanos", argumenta Iglesias. "La alternativa es lo que hemos
visto en países como Venezuela, Bolivia y sobre todo Ecuador, que ha mejorado
todos sus indicadores en los últimos tiempos recuperando la soberanía
-lo contrario que se hace aquí-, reconquistando las funciones soberanas del Estado.
Da la impresión de que en América Latina están reforzando las instituciones
colectivas para empoderar más a los gobiernos, exactamente lo contrario
que vemos en Europa".
"El FMI
y el Banco Mundial funcionaron como los agentes de los acreedores durante el
episodio de la deuda externa en América Latina" Como alega el
profesor Montero, "el FMI y el Banco Mundial funcionaron como agentes
de los acreedores durante el episodio de la deuda externa", en
referencia a los ajustes estructurales que se concretaron en el Consenso de
Washington de comienzos de la década de 1990. Se trata de "lo que está
ocurriendo ahora en Europa, con las mismas políticas, los mismos actores y los
mismos actos previsibles: se machaca a las poblaciones para pagar la deuda a los
acreedores sustituyendo el pago de la deuda financiera por deuda social",
concluye Montero.
"Superar los ajustes
neoliberales del FMI era una exigencia para reinventar el continente",
plantea Monedero. "Por eso ellos crecen y la Unión Europea se hunde. No
estaría nada mal que España perteneciera al Banco del Sur, junto con Grecia y
Portugal".
No todo son grandes augurios en
torno al Banco del Sur. "Existen múltiples intereses para que el
proyecto fracase", advierte León, "el principal es la reorientación
de Estados Unidos hacia la región después del fracaso definitivo, en 2005,
del proyecto de construcción del ALCA". En consecuencia, Washington ha
planteado una estrategia basada en "el acercamiento a los países de
gobiernos liberales y el fortalecimiento de una alianza alternativa a MERCOSUR
y UNASUR", explica el profesor de Economía de América Latina: "en los
últimos dos años se avanzó rápidamente en la constitución de la Alianza del
Pacífico (México, Colombia, Perú, Chile y Costa Rica), países que tienen
firmados tratados de libre comercio con Estados Unidos".
"El continente está en una
posición geopolítica muy interesante: Brasil aspira a ocupar una posición de potencia
regional en el continente y Estados Unidos vuelve a mirar a América Latina
de forma evidente", plantea Alberto Montero, quien considera que "la
articulación del eje del Pacífico refleja las tensiones entre Brasil y Estados
Unidos, que desde ese eje del Pacífico trata de hacer saltar por los aires a
Venezuela y ocupar la región".
"Estados
Unidos trata de ocupar la región a través del eje del Pacífico" La
Alianza del Pacífico se torna un elemento clave para el futuro de las
relaciones entre Estados Unidos y el subcontinente, a pesar de que pueda
suponer un perjuicio para sus miembros latinoamericanos, ya que "significa
la fosilización de sus estructuras económicas como exportadores de
materias primas y, por tanto, importadores masivos de manufacturas",
señala Omar de León. En consecuencia, "esta apuesta, casi sin retorno,
favorece a los grandes intereses que dominan sus economías nacionales, pero
condena a la mayoría de sus poblaciones al subdesarrollo".
A pesar de que el canciller
ecuatoriano, Ricardo Patiño, celebró el primer Consejo de Ministros afirmando
que se trataba de "un acto histórico para la vida de América del
Sur y de América Latina", lo cierto es que todavía "no se sabe
cuándo empieza a funcionar" el Banco del Sur, explica Gratius.
"Aunque ya se localizaron tres sedes (Caracas, La Paz y Buenos Aires), no
se determinó cómo serán las aportaciones de los socios ni la operativa del
banco", añade el profesor Omar de León.
"No
estaría nada mal que España perteneciera al Banco del Sur, junto con Grecia y
Portugal" "Ya existen otras entidades en la región con
funciones similares, entre otros el FOCEM o la CAF", explica Susanne
Gratius, "es difícil pensar que Venezuela, ante los problemas políticos y
económicos internos que afronta, asuma un gran compromiso financiero".
Algo semejante ocurre a su juicio con Brasil, una potencia emergente que
"se ha comprometido con otro proyecto que le interesa más: el Banco
de Desarrollo de los BRICS", por lo que la única salida que la profesora
ve viable es el empuje que sea capaz de mantener Argentina: "si no
es ella que lo financia, de momento no veo que sea un proyecto con un gran
futuro en la región".
Este pesimismo no tiene cabida
para Pablo Iglesias, quien considera que "las medidas que están tomando
los gobiernos populares latinoamericanos, sobre todo los que van en dirección
de construir instrumentos de integración nacional están representando avances;
por ello yo creo que sí les va a ir bien". Alberto Montero recoge
el testigo y afirma que "la geopolítica permite la conformación de
instituciones que hace unos años eran impensables y que hoy son viables porque
hay recursos, hay voluntad y hay necesidad, incluso."
Aunque considera que "el
Banco del Sur nunca va a poder llegar a los recursos monetarios del FMI",
el profesor Montero concluye que "se trata de empezar a articular
instituciones financieras que, desde la humildad y la modestia, sean una
alternativa a las instituciones convencionales."
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