Diario Público.es,
01/07/2013.
El director general del Instituto
para las Obras de Religión (IOR), conocido como Banco Vaticano, Paolo
Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli, han presentado este
lunes su dimisión.
La dimisión de ambos, que fue
aceptada por la Comisión de Cardenales y la dirección de la superintendencia,
llega tras la detención el
pasado viernes del alto prelado Nunzio Scarano, acusado de fraude y
corrupción en una investigación sobre las supuestas irregularidades de
la institución bancaria vaticana.
"El director del IOR, Paolo
Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli, han dimitido de sus cargos. Tras
muchos años de servicio, los dos han tomado esa decisión en el mejor interés
del instituto y de la Santa Sede", señaló el Vaticano en una nota. El
comunicado agrega que el Consejo Supervisor y la Comisión de Cardenales
"han pedido al presidente del IOR, Ernst von Freyberg, que asuma de manera
interina las funciones de director general con efecto inmediato" .
La Autoridad de Información
Financiera (AIF), organismo creado en 2010 para vigilar la transparencia
financiera de la Santa Sede, ha sido informada y la Comisión especial creada
por el papa Francisco el pasado 26 de junio para la reforma del IOR también,
precisó el comunicado.
Von Freyberg estará ayudado por
Rolando Marranci, que asumirá de manera interina la vicedirección del IOR, y
Antonio Montaresi, como responsable de proyectos especiales. Marranci ha
trabajado en un banco italiano en Londres como jefe de operaciones y
Montaresi en varias entidades de Estados Unidos como director de
riesgos.
Scarano ha declarado este lunes
ante la jueza en Roma y ha asegurado que solo fue un "intermediario"
y que quería hacer "un favor a los primos Paolo y Cesare D'Amico"
debido a la relación de amistad que le une con la familia, informaron los
medios de comunicación italianos.
Los investigadores acusan a
Scarano, perteneciente a la Archidiócesis de Salerno (sur de Italia), de dar
400.000 euros al excarabinero Giovanni Maria Zito, exagente de los servicios
secretos italianos (AISI), para que éste llevara de vuelta a Italia, desde
Suiza, fondos de la familia D'Amico. Zito, quien por su condición podía eludir
los controles aeroportuarios, supuestamente debía trasladar de Suiza a
Italia, a bordo de un avión privado, 20 millones de euros confiados al
intermediario financiero Giovanni Carenzio y pertenecientes a los D'Amico.
El alto prelado explicó durante
el interrogatorio que los D'Amico le pidieron que mediara con Carenzio, a quien
éstos habían confiado la gestión de sus fondos en Suiza, estimados en unos
cuarenta millones de euros, para conseguir que el dinero regresara a Italia. La
operación quedó fijada para el traslado de veinte millones de euros, aunque
finalmente no pudo concluirse. La situación "degeneró", según
explicó Scarano, cuando Carenzio puso dificultades para la operación y por la
petición de Zito de un pago de 600.000 euros.
Carenzio y Zito fueron detenidos,
al igual que Scarano, el pasado viernes, tras la orden de arresto dictada por
las autoridades judiciales de Roma ante la entrada ilegal en Italia de 20
millones de euros procedentes de Suiza. La línea de la defensa de Scarano, que
ha pedido que se le conceda el arresto domiciliario, se ha basado en que el
sacerdote no actuó por interés personal. Antes de la detención, Scarano
había sido cesado por el Vaticano de todos sus cargos, después de que se
conociera que la Fiscalía de Salerno le investigaba por blanqueo de dinero por
un caso relacionado con cheques justificados como donaciones de origen poco
claro, por un total de 580.000 euros.
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