Por David Lombao
El Diario.es, 22/05/2018
- 20:36h
José Luis Méndez, director general de Caixa Galicia durante
tres décadas, fue coprotagonista de algunas de las imágenes que se han convertido en iconos de
la fracasada fusión con Caixanova de la entidad que encabezaba. Sin embargo,
Méndez ya no estaba cuando, el 29 de noviembre de 2010, las dos cajas gallegas
firmaron su unión con una estilográfica Mont Blanc grabada para la ocasión por
la Xunta. Las crónicas de la época cuentan que el Banco de España no lo quería
en la fusión por su mala gestión en Caixa Galicia, pero la explicación oficial
de su retirada fue la providencial llegada de la jubilación: había cumplido 65
años y abandonaba la actividad profesional.
Lejos de los focos y con una jubilación millonaria -se estima
en unos 12 millones brutos-, jubilarse justo antes de la fusión le permitió
esquivar los procesos judiciales que han acabado llevando a la cárcel a otros
exdirectivos y tener que dar explicaciones públicas apenas una vez, cuando
acudió en 2013 a comparecer a la comisión de investigación abierta en el
Parlamento de Galicia sobre el fracaso de Novacaixagalicia. Méndez fue llamado
hace pocos meses a petición de En Marea a otra comisión de investigación, la
que indaga en el Congreso de los Diputados sobre el rescate bancario; en esta
acusión no ha acudido alegando problemas de salud, pero sí ha respondido por
escrito. En sus respuestas el exbanquero mezcla una defensa cerrada de su
gestión con alusiones a la falta de memoria sobre operaciones concretas, como los
1,8 millones de euros en créditos que Caixa Galicia perdonó al PP gallego en
1996, año de la llegada de José María Aznar a la presidencia del Gobierno de
España.
En la segunda tanda de preguntas que Méndez ha tenido que
responder, remitida al Congreso a finales de abril, el grupo de Esquerra
Republicana recuerda al directivo que "en 1996, coincidiendo con la
llegada al poder del señor Aznar, Caixa Galicia con usted al frente condonó al
Partido Popular préstamos por 300 millones de pesetas". El partido catalán
instaba a Méndez a aclarar si hubo "alguna relación" entre
"aquella condonación" y "el señor Pablo Crespo", el
actualmente ya condenado como uno de los máximos responsables de la trama
Gürtel, pero en el momento de los hechos secretario de organización del PP
gallego y antes, como resalta ERC en su pregunta, "director de una oficina
de Caixa Galicia", concretamente en Vilagarcía de Arousa.
"No recuerdo la operación a la que hace
referencia", señala Méndez cómo única respuesta, sin dar más aclaraciones
sobre un perdón de deudas que el propio PP llegó a reconocer ante el Tribunal
de Cuentas. En la página 82 del informe del ente fiscalizador sobre las cuentas
de los partidos políticos correspondientes a 1996, hecho público en 1999, el
Tribunal explica que la "sede regional de Galicia" del PP
"canceló cinco operaciones de endeudamiento (...) con una caja de
ahorros". Esas deudas se arrastraban desde 1986, 1987 y 1990 y eran
formalmente de Alianza Popular, pero habían sido "asumidas por el PP en
1995".
Siempre según aquel informe del Tribunal de Cuentas, los
créditos pendientes sumaban algo más de 108 millones de pesetas -unos 650.000
euros- de capital y más de 322 millones de pesetas -1,93 millones de euros- en
intereses. No obstante, el PP había pagado únicamente 133 millones de pesetas
-algo menos de 800.000 euros-, cuantía que "coincide con la acordada para su
liquidación con la entidad de crédito". Así, la caja dio por cancelada la
deuda del PP sin cobrarle los 297,8 millones de pesetas que faltaban, esto es,
el equivalente a 1,8 millones de euros.
Aunque aquel informe del Tribunal de Cuentas no mencionaba el
nombre de la caja que le había perdonado los créditos al PP, fue el propio
partido el que lo hizo en sus alegaciones a dicho informe. Como recordaba El
País en una información de 2005 sobre deudas bancarias condonadas a PP y PSOE,
los populares argumentaban que "la Caja de Ahorros de Galicia consideró
que la única posibilidad de cobro" de aquellas cantidades pasaba por la
"devolución del capital prestado" y la realización de una "quita
de los intereses teóricamente devengados". Este perdón era, en cualquier
caso, "una práctica habitual en casos similares por parte de las entidades
financieras", resaltaba el PP. El Tribunal de Cuentas recordaba en su
informe, no obstante, que "la condonación de deuda no está incluida entre
las fuentes de financiación" de los partidos políticos que la ley preveía
en aquel momento.
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