Por Luis Suárez
El Boletín, 11/05/2018.
La gran banca internacional sigue pasando por caja para
purgar los pecados que condujeron a que se iniciara la crisis financiera en
EEUU. Sin embargo los dos últimos casos, de los británicos Royal Bank of
Scotland (RBS) y Barclays, dan a entender que el Departamento de Justicia
estadounidense está teniendo una actitud más ‘dialogante’ con la Administración
Trump que la que tuvo con su predecesor, Barack Obama.
Ayer mismo, RBS comunicaba un acuerdo con las autoridades
estadounidenses para pagar una multa de 4.900 millones de dólares, algo más de
4.130 millones de euros al cambio actual, para poner fin a una investigación
sobre su actuación antes del estallido de la crisis financiera centrada en la
venta de productos financieros, entre ellos valores respaldados por hipotecas tóxicas,
entre 2005 y 2007.
Aunque estos 4.900 millones de dólares son una cifra nada
desdeñable, las estimaciones habían apuntado a una multa de entre 9.000 y
10.000 millones. El resultado fue que ayer las acciones del banco, que cubrirá
unos 3.600 millones con provisiones ya realizadas, registraron subidas del
entorno del 4% tras haber llegado a dispararse más de un 5,5% durante la
mañana. El banco, controlado todavía en un 70% por el Estado británico ha
pagado multas por valor de 28.400 millones de dólares, pero con este último
pago deja atrás su etapa más oscura.
El acuerdo anunciado por RBS se produce apenas un par de
meses después del que alcanzó el también británico Barclays para pagar 2.000
millones de dólares y cerrar de ese modo una causa judicial abierta en 2016 por
negociar con valores financieros ligados a hipotecas de dudoso cobro. El
Departamento de Justicia, que abrió su investigación en los últimos días de la
Administración Obama, había buscado una multa de 5.000 millones de dólares,
pero se encontró con la negativa del banco a desembolsar esa cifra en una
estrategia de confrontación que finalmente le salió bien.
El dudoso honor de la multa más alta por las hipotecas
subprime le sigue correspondiendo a Bank of America, que en 2014 se vio obligado
a pagar 16.650 millones de dólares. Esta sanción supera la de 13.700 millones
impuesta a JP Morgan Chase, el mayor banco del país, y la de 7.400 millones
impuesta a Citigroup.
En lo que se refiere a los bancos europeos, una de las
multas que más ríos de tinta hizo correr fue la impuesta a Deutsche Bank, de
7.200 millones de dólares. En un primer momento se había filtrado que el
Departamento de Justicia reclamaba 14.000 millones de dólares al gigante
bancario alemán, lo que desató dudas en los mercados sobre la estabilidad de la
entidad.
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