Por Eduardo Bayona
Público.es,
19/05/2018.
Las comisiones bancarias están ganando tal peso en el
negocio bancario español que su aumento en los cuatro últimos años supera con
creces lo que el sector timó a sus clientes con las cláusulas suelo durante la
burbuja inmobiliaria: los 9.637 millones de euros ingresados entre 2014 y 2017
sobre el registro de 2013, cuando el Supremo marcó la doctrina sobre el fraude
hipotecario que la justicia comunitaria corregiría a favor de los consumidores,
triplican los 3.170 que consignaron las principales entidades para hacer frente
a las demandas.
En esos cuatro años, los bancos que operan en España
ingresaron por comisiones cobradas a sus clientes 94.891 millones de euros, con
un aumento de 9.704 sobre los 21.572 de 2013, a los que se suman otros 13.430
recaudados por las cajas entre 2014 y 2016 (no hay datos de 2017 todavía), en
este caso con una pérdida de 67 sobre el nivel del ejercicio de referencia.
El pago de esas comisiones por servicios financieros, cuya
creciente cuantía se sitúa ya en el entorno de los 29.000 millones anuales,
está resultando clave para un saneamiento, reestructuración y cambio de modelo
de negocio del sector financiero cuyos costes soporta el ciudadano tanto de
manera directa como indirecta: a los 42.590 millones de euros en dinero público
del rescate iniciado en 2012 que el Banco de España ya da por perdidos se les
suman los alrededor de 50.000 millones que las entidades financieras han
obtenido en intereses de la monumental deuda pública del Estado, consecuencia
del desbocado déficit generado por el Gobierno pese al notable incremento de la
recaudación tributaria.
190.000 millones de
euros en siete años
En el caso de los bancos, la partida de ingresos por
comisiones ha aumentado en más de 5.000 millones de euros al año si se toma
como referencia 2010, el ejercicio en el que el ejecutivo de José Luis
Rodríguez Zapatero comenzó a intervenir en el sector de las cajas de ahorros,
cuando la anotación por ese concepto era de 20.207 millones, y 2017, cuando se
había disparado hasta 25.361, según indican las cuentas consolidadas de la
Asociación Española de la Banca (AEB). La horquilla baja hasta los 3.681 si se
toma como punto de partida el 2011, el último ejercicio previo al rescate.
En esos siete años, los bancos españoles ingresaron 160.008
millones de euros por comisiones; 138.328 si el contador se pone a cero en las
vísperas del rescate. Los ingresos por ese concepto se han reducido en las
cajas de ahorro, aunque en una cuantía muy inferior al crecimiento que han
experimentado en la banca: 803 millones entre 2010 y 2016 (último ejercicio con
datos), cuando cayeron de 5.127 a 4.324, y menos de 500 en los dos años
anteriores, ya que la recaudación alcanzó los 4.520 en 2014 y los 4.586 en
2015.
A pesar de ese desplome, que coincide con una etapa en la
que los bancos han arrebatado a las cajas 100.000 millones de euros en
depósitos y casi cinco puntos del pastel del crédito, estas últimas ingresaron
28.476 millones de euros en los seis primeros años de esta década, lo que
situará la recaudación conjunta por comisiones en el sector financiero por
encima de los 190.000 millones entre 2011 y 2017.
Ya suponen más de la
quinta parte de los ingresos comerciales
Llama la atención cómo en el caso de los bancos los ingresos
por comisiones se dispararon a partir de comienzo de la recuperación de las
variables macroeconómicas en 2014. La partida, que ese año creció en 345
millones, lo haría en 1.646, 527 y 1.311 en los siguientes en los bancos. En
las cajas, 2014 fue el primer ejercicio en el que se frenó la caída, con un
aumento de 21 millones al que le seguirían otro de 66 antes de pinchar con 262
en 2016.
De hecho, las comisiones son hoy uno de los puntales del
negocio bancario español tras ganar tres puntos y medio de peso en los ingresos
de origen comercial: suponían el 17,74% antes del rescate, con 21.680 millones
de 122.162, y ya representan el 21,2%, con 25.361 de 119.619.
El margen que dejan en las cuentas de los bancos se ha
incrementado en más de 1.500 millones de euros desde 2011, al pasar de 17.558 a
19.107, mientras el de la otra para principal del negocio, los intereses de los
créditos, crecía en más de 8.000 (de 50.726 a 59.009) pese a que el volumen se
reducía en más de 6.000 al caer de 100.482 a 93.988.
En ese periodo, el margen bruto de explotación de las
entidades bancarias crecía de 75.553 millones de euros a 84.930, mientras las
ganancias netas aumentaban de 9.808 a 15.264 y los impuestos pagados por esos
beneficios lo hacían de 1.628 a 6.530.
Ese aumento de casi 5.000 millones de euros en la factura
fiscal del sector financiero tiene dos causas: la mejora del negocio, por una
parte, y, por otra, el progresivo consumo de los descuentos fiscales que las
entidades arrastran desde el inicio de la crisis, conocidos como TDA (Activos
Fiscales Diferidos, por sus siglas en inglés) y cuya reducción ralentizó el
Gobierno al librar a la banca de la rebaja de cinco puntos del impuesto de
Sociedades de 2015.
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