Por Pepe Álvarez.
Secretario General de UGT.
Nueva Tribuna,
27/05/2018.
Desde la Unión General de Trabajadores hace tiempo que venimos
considerando la industria un motor del cambio en la economía y un elemento
clave para la creación de empleo digno y de calidad. Por esta razón, hace
aproximadamente un año, en las jornadas de Industria realizadas por nuestra
Federación de Industria, Construcción y Agro (UGT-FICA) en Burgos, propusimos
al Gobierno, con el fin de generar debate político y social, una subcomisión en
el Senado sobre industria. Este pasado lunes inauguramos esa comisión.
La crisis ha puesto en evidencia el papel que la industria
puede llegar a desempeñar. Los países con una industria más desarrollada han
conseguido salir de forma rápida, mientras que esta misma crisis se ha
prolongado en las economías más débiles, con efectos devastadores sobre el
desarrollo de empresas y del empleo.
Por ello, reindustrializar Europa es una necesidad que lleva
años en la agenda europea, y esta propuesta no viene de ahora. Desde muchos
años antes de la crisis, UGT ha defendido la necesidad de un cambio de modelo
productivo que permitiera un patrón de crecimiento más sólido y estable, un
proyecto definido y con vocación de permanencia en el tiempo. Para ello es
necesario un verdadero plan estratégico, con una política integral dirigida a
modificar nuestro modelo de crecimiento, incrementando el peso de los sectores
industriales.
El Gobierno debe actuar
Una de las actuaciones imprescindibles pasa por la
estabilidad del empleo y la formación. La denominada cuarta revolución ha hecho
más importante, si cabe, la necesidad de actuar de forma decidida en la
formación y la capacitación profesional. Todos los trabajadores y trabajadoras
deben poder tener acceso a la formación profesional para contar así con las
capacidades y cualificaciones apropiadas a todos los niveles. Esta formación
pivota sobre dos ejes: la recualificación, dirigida a las plantillas afectadas
y enfocado a la adquisición de nuevas competencias de alto valor; y la
Formación Dual, con el objetivo que parte de la formación de los trabajadores
se realice en las propias empresas y esté conectada a la realidad, reforzando
el peso de las prácticas dentro de los planes de estudio y garantizando que no
sea una vía de contratación temporal a bajo coste.
Debemos, también, apostar por la inversión en investigación,
desarrollo e innovación (I+D+i), aumentando la inversión pública directa y, por
supuesto, mejorando las condiciones laborales de los investigadores de
organismos públicos.
Es necesaria también una política energética que asegure el
suministro, la eficiencia económica y el respeto al medio ambiente,
configurando un pacto de estado sobre el modelo energético. Los recursos
autóctonos y las energías renovables de las que disponemos en nuestro país
deben convertirse en un elemento importante, permitiendo un mix energético
equilibrado y diversificado.
Y creemos fundamental favorecer la financiación, evitando la
paralización de proyectos y estrategias industriales. La financiación bancaria
en España se ha situado en los mismos niveles que antes de la crisis y, por
esta razón, precisamos de un banco público que atienda la necesidad de las
empresas. El ICO, pese a su importancia, es insuficiente para realizar esta
labor. Debemos aprovechar la reestructuración que se está llevando a cabo en el
sistema financiero para la creación de esta banca pública que se dedique a la inversión en sectores
estratégicos, contribuyendo a la inversión productiva y garantizando el
mantenimiento del empleo
Para UGT es imprescindible que el diálogo social presida
toda la estrategia en materia de política industrial, concienciando e
implicando a todos los partidos políticos, interlocutores sociales y al
conjunto de la sociedad en el objetivo de reindustrializar España. Si queremos
tener un papel en la política industrial europea, necesitamos tener una
política industrial española transversal y con consenso político y social.
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