Por Pilar Blázquez
El Diario.es, 10/09/2014
Tres grandes multas millonarias
en España, numerosas gestiones legales en el extranjero y un enorme fajo de
acuerdos personalizados forman la factura con la que Banco Santander está
atravesando la crisis financiera.
La entidad presidida por Emilio
Botín ha estado implicada en los casos de abusos más complicados desde que
estalló la burbuja de las hipotecas subprime, aunque las excelentes habilidades
negociadoras de su equipo de abogados han conseguido que todo ello apenas haga
ruido mediático.
El Boletín Oficial del Estado
publicó ayer dos sanciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores
(CNMV) por un total
de 16,9 millones de euros contra el Banco Santander. El
regulador español acusa al banco presidido por Emilio Botín de incumplir la Ley
del Mercado de Valores vigente en 2007, cuando vendió unos arriesgados bonos
convertibles a ahorradores que no cumplían el perfil de riesgo adecuado y, por
no informar posteriormente de la evolución de riesgo del producto a lo largo de
sus cinco años de vida.
El resultado, como ha venido
informando eldiario.es, es que los
129.000 clientes que subscribieron los Valores Santander tuvieron que asumir
pérdidas de más del 50% de su inversión (sin descontar la
rentabilidad que aportaron los títulos durante los cinco años de vida).
El encontronazo con la policía
financiera es el último de una larga lista que acumula la entidad.
Desde que estalló la crisis, el Banco Santander ha estado implicado en casi
todos los grandes escándalos financieros que han surgido, no a nivel español,
sino mundial.
Las grandes fortunas que
confiaron en la gestión de la banca privada de Santander antes de 2007, que por
aquella época se denominaba Banif, fueron las primeras en sufrir en sus propios
bolsillos el quebranto de una gestión poco prudente. Banif había comercializado
bonos estructurados de Lehman Brothers. Con la quiebra del
banco estadounidense, en septiembre de 2008, también se esfumaron 500 millones
de euros de clientes.
La estrategia del banco en aquel
momento fue solucionar lo más rápidamente el entuerto. "Con muchos negoció
resarcir parte de lo perdido. Sólo unos pocos decidieron llevarlo a juicio y
apenas ninguno está dispuesto a contarlo", explica un abogado que
representó a alguno de esos afectados.
"Si un pequeño ahorrador
denuncia un engaño, parece que todo el mundo lo acepta, pero parece que los
ricos, además de dinero, también tienen formación, y no es así. Todo lo
contrario, muchos confiaron todo a la gestión de la banca privada y sufrieron
cuantiosas pérdidas", explica otro.
La versión oficial, que ningún
afectado ha conseguido rebatir, es que el 98% de los afectados recuperaron su
dinero.
Tal vez por eso, porque eran
ricos y avergonzados, ni a ellos ni a los medios de comunicación les interesó
difundir demasiado el tema. La habitual joya de la corona del mundo financiero,
la banca privada, se convirtió en el estallido de la crisis en uno de los
principales quebraderos de cabeza del banco cántabro.
Así, el fondo inmobiliario de
Banif, que en su día compró edificios como el España,
se congeló en 2009 dejando atrapados a cientos de inversores. La Fiscalía se
ocupó del caso después de la denuncia de una asociación de inversores y
concluyó que el fondo era "especulativo"
y que vendía "a precios simulados".
También con una potente inyección
económica trató el banco de solucionar su implicación en la estafa del
estadounidense Bernard Madoff. Apenas una semana antes del
estallido del escándalo, el fondo de inversión Optimal, de Banco Santander,
había emitido una comunicación a sus clientes en la que calificaba esos
productos de "impecables". Con base en ello, no dudó en invertir
2.300 millones de sus clientes en la sociedad de Madoff, que, como se supo
después, no era sino una de las mayores estafas financieras de la historia.
En 2008, el banco gastó 500
millones para emitir 1.380 millones de participaciones preferentes, con una
rentabilidad anual del 2% y un vencimiento a 10 años, con las que compensó a
los afectados.
Pero los errores del Santander en
la crisis no fueron sólo errores de inversión. Santander también recibió en
2012 una de las mayores multas de la historia de la CNMV. En concreto, su
gestora Santander Asset Management fue sancionada con 14 millones de euros por
una dudosa gestión de las comisiones, que, según la CNMV, infringían la
normativa de las instituciones de inversión colectiva. De esta forma, Santander
es la entidad registrada que ha recibido las dos multas más elevadas por parte
del regulador.
En aquel momento, igual que hoy,
Banco Santander recurrió la multa ante la Audiencia Nacional. Aunque en el caso
de Valores Santander la situación es más complicada que en los casos
anteriores. Como dice la contestación oficial que ha emitido Banco Santander,
"la emisión de los Valores Santander fue aprobada por la propia Comisión
Nacional del Mercado de Valores, que consideró que la documentación empleada
era adecuada para informar a los clientes sobre los términos de la
emisión".
Desde el punto de vista de
imagen, en cambio, Valores Santander va a ser más complicado de controlar. El
número de afectados es mucho mayor, y noticias como la de la multa de la CNMV
van a animar a muchos de los 129.000 afectados a denunciar algo que hasta ahora
la mayoría apenas se habían planteado, lo que puede dar lugar a un fenómeno en
línea con las preferentes.
"Una denuncia de este tipo
se contrapone a la excelente labor de desmotivación que hacen en las entidades,
diciendo a la gente que nadie gana un juicio contra el banco Santander",
asegura el abogado especializado en el caso Juan Manuel Brun. La realidad es
que hasta ahora Banco Santander sólo tiene dos sentencias judiciales firmes en
contra por Valores Santander, frente a 50 favorables.
En cualquier caso, el colectivo
de afectados están encantados con la noticia, ya que "servirá para que los
jueces puedan tener un mayor conocimiento del producto y descubran que, como en
el caso de las preferentes, también hubo errores por parte del banco. Los
argumentos de la CNMV para justificar la multa son muy similares",
apuntan.
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