Por Javier Macías
El Mundo.es, 10/09/2014.
La crisis ha descarnado muchas
situaciones, pero sin lugar a dudas la preponderancia de los bancos con
relación a cualquier otro segmento productivo en materia de permisividad, ha
ofrecido ejemplos que no sólo rebasan de largo las cuestiones morales, sino que
entran de lleno en lo que podríamos calificar de privilegios de un sector en
detrimento de los otros. Que el Banco de España en muchos casos mira hacia otro
lado está comprobado, y que los políticos de los principales partidos ante
situaciones nada edificantes callan luego otorgan, es otra actitud que se ha
constatado fehacientemente.
Desconociéndose las razones de
por qué ciertos Bancos han llegado a condonar importantes deudas a algunas
formaciones políticas y jamás han ofrecido este gesto a los pequeños
empresarios, obliga a deducir que las compensaciones sotto voce deben haber
funcionado de forma eficaz, ya que a estas alturas pensar que los hombres que
ganan dinero con el dinero han tenido un ramalazo franciscano, puede quedar
ridículo.
Mientras al constructor, promotor
o simple mortal para vender un piso con financiación bancaria le contemplan un
interés alto, con una valoración exigua y aplicando un porcentaje sobre la
tasación muy ajustada, cuando se trata de enajenar los inmuebles propiedad de
la entidad bancaria el interés es preferente y la financiación se realiza sobre
el íntegro de la operación. «Justicia si, pero no por mi casa», exclamó el
cacique ante el temor de que lo metieran en cintura. ¿Y el Banco de España a
través de sus sucursales, no podría plantear estas mismas condiciones a los
ciudadanos que lo soliciten?. Imposible, llegaría a incomodar a quienes hoy son
un auténtico monopolio.
El hecho de que apellidos
ilustres de los principales partidos políticos sean consejeros de bancos
(tampoco pierdan de vista a sus familiares), es la salvaguarda que tienen las
entidades bancarias llegado el momento de soslayar la ortodoxia o simplemente
imponer cargas onerosas. Los importes que cobran por el mantenimiento de las
cuentas, la cifra de penalización que consideran por el retraso del abono de la
cuota del préstamo, el costo del seguro del inmueble sobre el que realizan las
hipotecas y un largo etcétera, demuestra claramente que campan por sus
respetos.
La banca en el plano de
influencia ha superado a la Iglesia, pues si cabecea y mientras sus dirigentes
se cubren las espaldas rápidamente el papá Estado sale en su ayuda, eso si, dejando
a los compradores de «productos tóxicos» a la buena de Dios. Si encuentra
excesiva la opinión, pregúntese por qué la banca llegado el momento de facturar
su rendimiento base como son los intereses no tiene que contemplar el IVA y
usted si. No hay respuesta.
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