Por Claudio Fabián Guevara
Telesur, 28/08/2018.
La revolución
técnico-científica que ha transformado el mundo en pocas décadas nos ha dotado
de mano de obra, materiales e inteligencia colectiva para crear prosperidad
para todos. Sin embargo, en el mundo real la mayor parte de los países sufren
austeridad, deuda insostenible, creciente pobreza y necesidad. ¿Por qué?
Un gran problema
radica en el sistema de intercambio centrado en el "dinero" que los
bancos almacenan y distribuyen. En lugar de permitir el libre intercambio de
mano de obra y materiales, el sistema bancario privado actúa como un obstáculo
para la producción. Los bancos desvían ese flujo hacia un fondo
auto-alimentador de beneficios que crece exponencialmente. Socio forzoso de
todos los factores de la producción, y con un poder cuasimonopólico, el sistema
financiero concentrado se ha convertido en un parásito que drena los recursos.
Sin embargo, no
podemos prescindir de las funciones del "dinero" en una economía
moderna. Lo que sí podemos es evitar que la creación de dinero siga siendo un privilegio
de empresas privadas.
Para entender el sistema bancario
La banca privada se
enriquece con un recurso que no le pertenece.
El sistema bancario
vive de acumular depósitos ajenos -sobre todo, grandes empresas y entidades
estatales- y “crear” un dinero que en realidad no tiene a través del sistema de
reserva fraccionaria. A partir de contabilizar como “disponible” un porcentaje
adicional a los depósitos reales, se habilita un dinero virtual para préstamos.
Esto explica por qué, si todos los usuarios retiran su dinero al mismo tiempo,
el sistema bancario quiebra.
Históricamente, este
crédito creado de la nada en los libros de los bancos ha permitido que las
ruedas de la industria giren. Los empleadores necesitan crédito en cada etapa
de la producción, y los bancos deben ser capaces de crear crédito para
responder a esta demanda. Sin el anticipo del crédito, no habría productos o
servicios para vender; y sin productos para vender, los trabajadores y
proveedores no pueden recibir pagos.
Sin embargo, los
bancos tienen una ventaja injusta en este juego, porque han logrado obtener el
control de los grifos del crédito, y usan este control, no para servir a las
necesidades de la industria y la sociedad, sino para su ventaja privada. Pueden
activar y desactivar el crédito a voluntad, bloquearlo para sus enemigos o
utilizarlo para sus propias empresas especulativas. En el medio, recogen el
interés como intermediarios.
El sistema vive de
intereses y comisiones, y tiende a crear deuda en todos los niveles, muchas
veces de carácter usuraria y en forma forzosa.
Luego, al tener la
potestad de fijar el precio del crédito, se convierte en la palanca clave de la
economía, en un árbitro todopoderoso capaz de hacer prosperar a una sociedad, o
arruinarla.
Para colmo, si las
negocios salen mal, los bancos son rescatados por el gobierno a expensas del
erario público, ya que el sistema no puede funcionar sin la garantía del
Estado.
¿Hay alternativas?
Banca pública, factor clave del éxito chino
Ellen Brown, abogada
y fundadora del Publick Banking Institute, dice: “Las virtudes de un sistema de
crédito expansible se pueden conservar mediante el establecimiento de una red
de bancos públicos que sirven a las personas porque son propiedad de las
personas, al tiempo que se evita la explotación parasitaria a la que los bancos
privados son propensos”.
Al hacer que la
banca sea una empresa de servicios públicos, el sistema financiero se puede
orientar a servir a las personas y a la producción en lugar de servir a los
propios bancos. Liberar el flujo de crédito permite que la industria y la
empresa libre prosperen, y la economía alcance su máximo potencial.
Esa es la política
empleada por China, donde una poderosa banca pública conformada por cinco
grandes entidades apoya la economía que más velozmente crece en el mundo.
Ellen Brown cita
como ejemplo “One Belt, One Road", una iniciativa de infraestructura china
de un billón de dólares, que involucra carreteras, oleoductos, líneas de
transmisión, puertos, centrales eléctricas, fibra óptica y ferrocarriles que
conectan China con Asia Central, Europa y África. Es el proyecto de
infraestructura más grande iniciado por una nación en la historia.
Otro ejemplo son las
12.000 millas de trenes de alta velocidad, construidos en apenas una década.
El dinero de la
gigantesca red de infraestructura china proviene en gran parte de los préstamos
de los bancos estatales de China. Los cinco bancos más grandes del país son
propiedad mayoritaria del gobierno central y prestan principalmente a grandes
empresas estatales.
¿De dónde sacan los
bancos el dinero? De la misma manera que la banca privada, no solo reciclan los
depósitos existentes, sino que “crean” dinero al registrarlo en las cuentas de
depósito de sus prestatarios.
Además, en China, ni
las empresas ni la gente invierten su dinero en el mercado bursátil, sino que
lo ahorran en sus cuentas bancarias. Así, una enorme masa monetaria está
disponible para financiar proyectos productivos.
Este entretejido de
relaciones arroja como resultado un sistema financiero sólido.
En un artículo
publicado en diciembre pasado en Financial Times, el estratega de investigación
financiera Chen Zhao escribió: “El riesgo soberano de China es extremadamente
bajo. Es importante destacar que los balances de los bancos estatales chinos,
el gobierno y el Banco Popular de China están todos interconectados. En estas
circunstancias, una crisis de deuda en China es casi imposible”.
Crédito cualitativo: receta para el
desarrollo
Las teorías
monetarias en boga en el capitalismo occidental sostienen que si el crédito es
barato, se produce un exceso de demanda en la economía que dispara la
inflación. Por lo tanto, propician una sistemática restricción monetaria y
crediticia, y un aumento de las tasas de interés. Huelga decir que este enfoque
sólo beneficia a los bancos, ya que implica que el Estado solo puede recurrir a
la banca para financiar el desarrollo. Se denomina “teoría cuantitativa de la
moneda” a esta presunción de que la inflación depende de la cantidad de dinero
circulante, y por lo tanto, si se lo restringe y se encarece el crédito, la
inflación tenderá a estar controlada. La experiencia práctica de nuestros
países indica que esto en realidad no sucede así.
La teoría
cualitativa de la moneda, en cambio, sostiene que el nivel de precios no depende
tanto de la cantidad de moneda como de su destino. Si se crea dinero con fines
productivos, no solo no es inflacionario, sino que incluso puede ir contra la
inflación. A modo de ejemplo digamos que si se concede crédito barato para la
adquisición de tecnologías que faciliten y multipliquen la producción de pan,
el precio del pan tenderá a bajar aunque haya más dinero circulante.
Esta teoría implica
que la creación de dinero por parte del Estado es la mejor receta contra el
paro y la recesión si se dirige a destinos productivos.
Esta es la fórmula
aplicada por el gobierno chino, que posee la mayoría de los bancos del país, y
puede dirigir la financiación según las necesidades nacionales.
El Banco Popular de
China emite dinero para infraestructura de una manera directa. La liquidez se
dirige a proporcionar financiamiento asequible a sectores seleccionados, y
refleja la intención de Pekín de “dictar tasas de interés para algunos
sectores”, analizan economistas de Citigroup.
La política
cualitativa al estilo chino es en realidad menos inflacionaria que la
cuantitativa que aplican los bancos centrales occidentales. Para 2017,la tasa
de inflación de China fue de un modesto 1.8 por ciento.
Los esquemas de
banca pública reducen el costo del financiamiento para el desarrollo en torno a
un 50 por ciento, dice Ellen Brown. El principal obstáculo para aplicar estas
soluciones a gran escala en el mundo actual es meramente político.
Por un lado, domina
las mentes de los economistas oficiales la teoría liberal de que no se puede
favorecer un sector frente a otro (horror al intervencionismo estatal).
Por otro lado,
abaratar el crédito va contra los intereses de la élite financiera. Si los
Estados generan su propio dinero, no lo piden a la banca mundial y no se endeudan,
con lo que se pierde el control político de los Estados.
Hasta ahora, los
pocos que han intentado enfrentarse a este poder han pagado con su vida la
osadía. Pero corren buenos tiempos para ganar batallas pendientes.
Fuentes
- “La teoría cualitativa de la moneda. Contra el monetarismo, la inflación y el paro”. Walter Beveraggi Allede. 1982.
- “Why China Is Running Circles Around America”. Ellen Brown. 26 de febrero de 2018. https://www.truthdig.com/articles/china-running-circles-around-america/
- “What are public banks and how they operate? An introduction”. Ellen Brown for the Deep Dive Berlin Conference, September 2015
- https://ellenbrown.com/what-are-public-banks-and-how-do-they-operate-an-introduction/
- ¿Qué son los bancos públicos y cómo nos benefician?12 DE NOVIEMBRE DE 2016
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