Por Íñigo de Barrón
El País, 23/02/2014.
La recuperación de los mercados
financieros siempre se adelanta a la economía real. Por eso, Mariano Rajoy tiene
recursos para presentar un balance positivo de la situación económica y
financiera desde el anterior debate del estado de la nación. El Gobierno ha
firmado el final del rescate bancario por el que las entidades quebradas
recibieron 40.000 millones. Las autoridades europeas consideraron que el
sistema financiero no necesitará más dinero de la línea de crédito que llegaba hasta
los 100.000 millones. No obstante, eso no significa que la poderosa
troika (Comisión Europea, FMI y BCE) no mantengan una vigilancia intrusiva de
la política económica.
Además, en el terreno financiero,
la prima de riesgo, que mide la confianza de los inversores extranjeros en
España, ha mejorado desde los 352 puntos hasta los 189 actuales. La Bolsa
también se ha enderezado: el Ibex 35 ha subido un 23,2%. Y la deuda pública ha
seguido este mismo camino virtuoso: en febrero de 2013 el Estado tenía que
pagar un 5,18% para que un inversor comprara la deuda del Estado a 10 años y
ahora se conforma con el 3,53%.
Esta mejoría es incuestionable,
aunque es cierto que se partía de cifras muy deterioradas. Los mercados
reflejan las expectativas que tienen los grandes inversores en que la economía
mejore. Igual que se han enderezado en poco tiempo, se pueden dar la vuelta. Y
la clave para ello será el papel que juegue la banca, que mantiene cerrado el
grifo del crédito porque duda de la solidez de la recuperación económica. De
hecho, los principales directivos bancarios han declarado que este año seguirán
cayendo los préstamos. La semana pasada, el propio
Fondo Monetario Internacional alertó del “abrupto” corte del crédito
que vive España y recomendó drásticas medidas para que se refuerce el capital
de los bancos si se pretende que los préstamos fluyan para empresas y familias.
Según el Banco de España, hasta
diciembre de 2013 las entidades habían concedido 1,86 billones en créditos a
empresas y familias, un 5,6% menos que en 2012. La cifra supone regresar a los
niveles de 2006. Las familias siguen sin consumir, el paro está en el 26% y la
morosidad bancaria alcanza el récord del 13,6%, que puede llegar al 15% en
pocos meses. Las incógnitas planean sobre el futuro de algunos bancos, mientras
los contribuyentes han visto cómo se ha vendido Novagalicia Banco con una
pérdida definitiva para el contribuyente de 8.000 millones. Por mucho que salga
una pequeña parte del capital de Bankia a Bolsa, es imposible recuperar la
mayoría de los 61.000 millones enterrados en las antiguas cajas quebradas. Mientras,
la ciudadanía ve con impaciencia que los procesos judiciales contra los
banqueros corruptos no ha hecho más que empezar y que el escándalo de las
preferentes sigue abierto para buena de los inversores. Rajoy puede alardear de
la recuperación de los mercados pero sin crédito la mejora de la economía
seguirá cogida por alfileres y no lo percibirá el contribuyente.
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