Por Miguel Alba
Vozpopuli.com, 09/01/2014.
El Banco Central Europeo
está dispuesto a desnudar a la banca europea antes de que caiga bajo el manto
de la supervisión única en noviembre próximo. Pese a que no será hasta finales
de este mes cuando se definan las grandes líneas de los test de estrés, el
sector confía en que algunas intenciones de Mario Draghi no se
lleven a efecto. En especial, la posible eliminación de los ingresos de las
entidades generados por el conocido como 'carry trade' (tomar dinero barato
-por debajo del 1%- en la ventanilla de Francfort para después colocarlo en
deuda pública) para conocer cómo soportarían los diferentes escenarios con sus
ingresos recurrentes.
"El BCE quiere conocer al
detalle la rentabilidad de cada entidad, lo que realmente está generando con su
negocio puramente bancario, eliminando así los ingresos por el carry
trade", explica un alto ejecutivo a Vozpópuli. Incluso el propio
Mario Draghi, según confirman otras fuentes del sector, ya realizó algún
comentario en este sentido a alguno de los presidentes y consejeros delegados
de entidades españolas con los que mantuvo una reunión el pasado 18 de noviembre.
Toda la Troika, no sólo
el Banco Central Europeo, está preocupada por el exceso de deuda pública
española en el balance de las entidades de nuestro país. La
eliminación de los ingresos generados por el 'carry trade' de cara a los test
de estrés del BCE castigaría especialmente a las bancas italiana y, en
especial, española, que han apelado a esta práctica para compensar la caída de
su margen de intereses. Un ejemplo. Un estudio de Analistas Financieros
Internacionales (AFI), del pasado mes de octubre, aseguraba que uno
de cada cuatro euros que ingresan las entidades de crédito por operaciones
financieras procede de comprar y vender títulos públicos de renta fija.
En concreto, unos 17.300 millones de euros que representan el 26% de sus
ingresos financieros totales en 2013. Los ingresos derivados del crédito, según
los cálculos de AFI, se reducen a la mitad.
Según los datos agregados de la
AEB, los resultados de operaciones financieras (ROF), donde se apuntan estas
operaciones, se dispararon el 34,3% en el primer semestre hasta 4.045 millones.
Esto contrasta con la caída del 10,7% del margen de intereses -que mide el
negocio puro bancario de tomar dinero prestado para prestarlo- e incluso la del
4,5% de las comisiones.
El informe de noviembre del Bundesbank alemán (BUBA) dirigía su
aguijón sobre este asunto. El banco central teutón criticaba como la banca
española e italiana han llenado sus balances de deuda pública con títulos de
cada uno de sus países desde el 30 de noviembre de 2011 al 30 de septiembre de
2013. Buena parte del período de mayor volatilidad de los mercados y de los
meses donde la prima de riesgo no encontraba su techo.
En concreto, las
entidades españolas, según el informe del Bundesbank, han incrementado sus
títulos de deuda pública desde los 166.000 millones de euros (noviembre 2011)
hasta los 299.000 millones (septiembre 2013), un 81% más en menos de dos años.
Los datos del Banco de España reducen ese volumen de deuda soberana en manos de
los bancos en el entorno de los 30.000 millones, justo el volumen de fondos del
Tesoro que detenta el supervisor español en su balance. De esta manera, el
conjunto de las entidades financieras de crédito poseen el 45% del saldo vivo
de la deuda pública española que asciende a 664.000 millones.
En el caso de la banca italiana,
el incremento de las compras a su Tesoro se eleva en un 73% en estos casi dos
años. Las entidades transalpinas han aumentado su tenencia de deuda pública
italiana desde los 240.000 millones de euros hasta los 415.000 millones.
La mayoría de las entidades
españolas, en mayor o menor medida, han comenzado a retirar posiciones en deuda
pública ante el temor de que finalmente se produzca algún tipo de penalización
a las carteras soberanas, pese a los
continuos mensajes del BCE de que no será así. La tendencia empezó a
notarse en septiembre cuando las entidades financieras nacionales vendieron
deuda pública por valor de 3.400 millones de euros. Pero en octubre, según los
datos del BCE, la cifra casi se ha triplicado al alcanzar los 8.900 millones de
euros.
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