sábado, 25 de enero de 2014

¿Quién le pone el cascabel a la banca alemana?


Por Enrique Utrera
Te interesa.es, 21/01/2014.

A casi nadie le cabe ya la más mínima duda de que los test de estrés que las autoridades europeas van a hacer al sistema financiero serán blanditos, tirando a muy blanditos. Un estudio de la European School of Management and Technology de Berlín en colaboración con la Universidad de Nueva York dice que la banca europea tiene un déficit de capital de 770.000 millones de euros de los que 285.000 corresponden a las entidades francesas y 199.000 a las alemanas.

No es que las cifras sorprendan, porque desde hace ya muchos meses los analistas han dejado claro que serán los bancos de las dos grandes locomotoras europeas los que más van a sufrir en las pruebas. Importa más que el estudio llegue desde Berlín y que coincida con el primer gran ‘profit warning’ del año: Deutsche Bank se ha adelantado a la presentación de sus cuentas trimestrales con el anuncio de que registrará unas pérdidas brutas de 1.153 millones de euros y de que los ingresos caerán un 16%.

Se trata, claro está, del mayor banco de la mayor economía de la Eurozona. Para que se hagan una idea, si BBVA o Santander se permitieran el lujo de presentar unos números rojos de esta calado a estas alturas de la película, se produciría un desplome de todo el sector financiero español. ¡Nos han engañado con el proceso de saneamiento la banca española!, bramarían los informes de los bancos de inversión internacionales.

A nadie se le escapa que las entidades financieras alemanas esconden mucha miseria bajo las alfombras. El poder omnímodo de Merkel ha evitado que ‘sus’ cajas hayan pasado por los anteriores exámenes de Bruselas. Y nadie ha abierto la boca para decir que convendría saber al menos una pequeña parte de la verdad, no vaya a ser que los 250.000 en activos tóxicos que podrían esconder estas entidades acaben hiriendo de muerte al sistema financiero europeo.

Frente a las brutales necesidades de las entidades galas o germanas, las de los bancos españoles o italianos suenan a broma. Son, según el estudio, de 92.000 y 45.000 millones de euros. Con estas cifras en la mano, el radio de acción de Mario Draghi para tensar la cuerda en las pruebas de estrés es mínimo… al menos para los países fuertes.

Ahí está el anuncio de que la deuda pública no se valorará a precios de mercado, lo que por cierto habría favorecido mucho a los bancos españoles, tras la gran subida de los precios de los bonos nacionales.

Como hay que mantener las apariencias, Draghi sigue guardando celosamente el secreto sobre cómo cuál será el escenario de estrés que se aplicará en las pruebas y sobre cuál será la definición de capital. Pero a cambio va preparando al mercado para unos test de perfil bajo como demuestra que la exigencia de capital se ha reducido al 6% desde el 8% previsto. Una cifra que no hace reventar a los bancos alemanes y franceses a los que ya no quedan armarios para guardar los muertos.

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